Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Colombia 5 – 0, la película que debemos superar

«El fútbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio se puede querer u odiar tanto a alguien».

Francoise Sagan (1935 – 2004)

Cuando era niño, había una serie de televisión llamada Hawái 5 – 0, historia policíaca con banda sonora impactante (para quien nunca la vio, va el enlace de la presentación de su versión original y su música extraordinaria   https://www.youtube.com/watch?v=AepyGm9Me6w ). Ahora bien, en Colombia, también hemos creado una película con el mismo nombre (5 – 0), que pareciera ser lo único importante que hemos conseguido en la vida y que mientras no la superemos, no vamos a poder progresar, al menos en lo que en el fútbol se refiere.

Por estos días, algunos medios de comunicación  festejan el aniversario del famoso 5 -0, de aquella victoria de Colombia a Argentina e incluso hablan que ese marcador cambió el fútbol mundial! Personalmente me preocupa que sigamos dependiendo de resultados de partidos y no de campeonatos. Si seguimos conmemorando el resultado de un partido como si fuera el 20 de julio, difícilmente vamos a aspirar a mayores cosas en el fútbol.

Celebramos una victoria aislada a un país dos veces campeón del mundo, pero acaso ese marcador nos convirtió en campeón mundial? Claro que no y la verdad cómo se ha demostrado en otros deportes (ciclismo, boxeo, patinaje, pesas, atletismo), tenemos el talento humano para llegar a lo más alto pero para ello, debemos pensar en grande, actuar en consecuencia y no conformarnos con resultados parciales.

A riesgo de resultar incomprendido, pienso que no se ha analizado seriamente un partido que a la larga nos hizo más daño que beneficio. Quien haya visto con objetividad ese juego, sabe que ese día la diosa fortuna estuvo de nuestro lado y se cumplió efectivamente el viejo axioma futbolero, el que no hace los goles los ve hacer. Argentina dominó buena parte del encuentro pero fue incapaz de reaccionar ante el maravilloso talento del Pibe Valderrama y la velocidad de nuestros atacantes que ese día fueron atinados en la definición.

Al momento sonaron las voces de algarabía exagerada, hubo gente que le adjudicó el título de campeón anticipado a nuestro equipo nacional para el mundial de Estados Unidos. Luego vino una historia triste de escándalos, indisciplina, peleas internas en el grupo, que se reflejaron en la pobre campaña en ese mundial con el terrible colofón de la tragedia que significó el asesinato del gran Andrés Escobar. Quizás hubiera sido mejor haber perdido aquel partido, llegando con los pies en la tierra al mundial, con menos distracciones y farándula de por medio.

Hoy día, sentimos que la frontera con Brasil se acerca cada vez más y creemos que la nueva selección Colombia está ganando con autoridad el boleto para el mundial de 2014, todos estamos contentos y ojalá se mantenga la serenidad y la disciplina. El grupo humano que integra nuestro equipo está hecho de la mejor materia prima y si continúa atendiendo las indicaciones de su director técnico, podemos esperar renovadas alegrías, para ello también los periodistas y espectadores tenemos cuota de responsabilidad, ayudar al clima de calma sin perder la ambición por logros mayores. Poco a poco los objetivos que nos lleven a la cima se irán alcanzando. El actual equipo está para cosas grandes, está creciendo con buena salud. No hay que confundir el triunfalismo facilista con el anhelo por triunfar y el sacrificio que conlleva.

El  técnico argentino José Néstor Pékerman es admirable no sólo por la sapiencia en su oficio, sino por la prudencia con la que maneja al equipo, alejándolo de las veleidades de los medios. Es un hombre maduro, que transmite esa cualidad a sus jugadores, deberíamos espectadores y periodistas ganar en madurez también.

Se puede mencionar el famoso partido del 5 – 0 como una anécdota bonita, pero que fue solo eso, un resultado pasajero que no cambió ni mucho menos al fútbol mundial y del cual sólo nos acordamos los colombianos regodeando nuestro provincialismo. Lo más importante del 5 – 0, es aprender de los errores cometidos después de ese resultado, para no repetir historias tristes y poder celebrar triunfos mayores.

Otra cosa es destacar aquellas batallas memorables (así la guerra esté pendiente todavía). Todos tenemos un partido favorito en la historia de la selección Colombia. Algunos recuerdan todavía el 4 – 4 en el mundial de Chile contra la antigua Unión Soviética. Personalmente me quedo con el 1 -1 con Alemania en el mundial de Italia 90, único partido que no pudo ganar el equipo que a la postre fue campeón, pero además por la manera cómo lo jugó nuestro combinado, el suspenso hasta el minuto final y la explosión de alegría tras un empate con sabor a victoria.

Queda la invitación a pensar en grande y el día de mañana, si la suerte acompaña la calidad de los jugadores y la inteligencia del cuerpo técnico y somos capaces de destacarnos a nivel mundial, ese día celebraremos carnaval, pero ya está bien de sacarle brillo a un resultado que como sucede en el fútbol, fue más ocasional que algo definitivo. Lo definitivo son los campeonatos, no los partidos. Pensemos en cosas enteras, no partidas.

Dixon Acosta Medellín

@dixonmedellin

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