Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Cine colombiano. Buenas tomas y el recuerdo de un triunfo

La Tierra y la Sombra de César Acevedo.

Para los cinéfilos colombianos resulta muy grato saber que nuestro cine comienza a cosechar lo que se ha venido sembrando con buena mano. En los últimos meses, los espectadores del cine nacional hemos recibido buenas noticias de cuenta de las realizaciones de jóvenes directores con disímiles trayectorias y experiencias que sustentan el futuro de la cinematografía colombiana.

En el pasado hemos tenido cintas laureadas como Cóndores no entierran todos los días (1984) de Francisco Norden, la preciosa Confesión a Laura (1990) de Jaime Osorio, La Estrategia del Caracol (1993) y otras realizaciones de Sergio Cabrera, las menciones a las películas de Víctor Gaviria ó Paraiso Travel (2008) de Simon Brand, pero lo del último año debe resaltarse.

En el reciente Festival de Cannes se ha premiado a La Tierra y la Sombra, ópera prima de César Augusto Acevedo, así como El abrazo de la Serpiente, que le apuesta a una estética en blanco y negro en el escenario de la selva amazónica. Ciro Guerra en su tercera película, va consolidando su carrera iniciada con La Sombra del Caminante (2004) y Los Viajes del Viento (2009).

El Abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra.

Por su parte Libia Stella Gómez ganó en la última edición del Festival Latinoamericano de Cine, FELCIT en Argentina con Ella. También debe mencionarse Gente de Bien de Franco Lolli que triunfó en el 18 Festival de Cine de Lima en Perú y mientras escribo estas líneas la película Mateo de María Gamboa, está nominada a mejor ópera prima en los premios iberoamericanos Platino.

Ella de Libia Stella Gómez

Este año algunos privilegiados durante un festival cultural latino en Dubái (EAU), tuvieron oportunidad de apreciar Sofía y el Terco de Andrés Burgos, bella película en la cual los silencios son tan elocuentes como los diálogos, con una extraordinaria banda sonora además. La película en 2012 ganó el premio de la audiencia del festival de Biarritz.

Sofía y el Terco de Andrés Burgos

En los casos mencionados se trata de cineastas con talento y formados en la academia. Acevedo de la Universidad del Valle, Libia Stella con una Maestría en Teoría e Historia del Arte de la Universidad Nacional y docente de la Javeriana, Ciro Guerra de la Facultad de Cine de la Universidad Nacional de Bogotá, María Gamboa egresada de cine en la Universidad de Nueva York y del FEMIS de París, en donde también estudió Franco Lolli. Andrés Burgos egresado de la Universidad de Antioquia y de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba. Estos son algunos nombres de quienes traerán historias creativas y refrescantes a la cinematografía nacional.

Mateo de María Gamboa

Sobre el tema conservo un grato recuerdo del cine nacional, cuando asistí a un Curso Interamericano sobre Migraciones Internacionales en Mar del Plata, Argentina, en marzo de 2002. Durante aquellos días la estación cambiaba del agobiante verano al sorprendente otoño, con sus repentinas oleadas de frío. Mar del Plata aparte de ser refugio de turistas y lobos marinos, es conocida dentro y fuera de Argentina por su festival de cine, que en esa oportunidad llegaba a su XVII edición, salpicada por la crisis económica generalizada en el país, que obligó a mucha austeridad en las ceremonias de inauguración y cierre.

El XXIV Curso Interamericano sobre Migraciones Internacionales, organizado anualmente por la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), contó con representantes de quince países latinoamericanos, su rasgo fundamental fue la exigencia académica con dedicación total, aunque existía gran interés en el festival de cine. Cuando supimos de la presentación de la película colombiana Bolívar soy yo, no dudamos en asistir varios de los estudiantes. Así la noche del miércoles 13 de marzo pasadas las siete de la noche, arribamos al Teatro Auditorium, un poco tarde pues la película llevaba unos segundos de ser proyectada. Luego nos sumergimos en una historia, en donde la ficción parece mezclarse con la realidad y el juego de roles adquiere su máxima expresión.

Bolívar Soy Yo de Jorge Alí Triana

Santiago Miranda, actor principal de una telenovela basada en los amores del Libertador Simón Bolívar y Manuelita Sáenz, decide rebelarse ante la versión bastante libre del guión televisivo, que incluso cambiaba la forma de morir del héroe americano, con el fin de subir el “rating” de audiencia. El artista quien tiene su propia versión del personaje que interpreta, escapa de la tiranía de los productores en un arrebato de paroxismo, donde actor y personaje se confunden creando un problema de doble personalidad.

Resultó emocionante sentir la reacción final de los asistentes en aquel precioso teatro, un largo y sostenido aplauso del público marplatense, que había tenido un momento igualmente emotivo, cuando en un apartado el protagonista proponía el no pago de la deuda externa. Los asistentes se identificaron con una película vigente y oportuna para ese momento. Los argentinos sumidos en una crisis económica jamás vista y los demás latinoamericanos con nuestros conflictos e injusticias cotidianas nos identificamos con la puesta de escena y sobre todo con el personaje del líder visionario. La película se anticipó a esta era de indignados del mundo.

Cuando nos retirábamos de la sala, descubrimos la presencia del Director y su Actriz, Jorge Alí Triana, el creador y Amparo Grisales, la diva. A Triana lo saludaban unos pocos conocedores, en cambio Amparo estuvo rodeada por largos minutos por quienes deseábamos verla, tener un autógrafo y robarle un beso. En medio del público argentino, los migrantes académicos logramos saludar a quien prestó sus curvas para representar a la Libertadora del Libertador (aunque dudo que Manuelita tuviera semejante contorno ni el secreto de su eterna juventud). Lástima que los celulares de la época solo servían para hacer llamadas y no como ahora que toman fotos, videos y sirven para muchas cosas menos para hablar por teléfono. Lamentablemente no se encontraba Robinson Díaz, quien en buena medida era el responsable del éxito de la cinta, por su convincente interpretación.

Amparo Grisales

El sábado 16 de marzo de 2002, amanecimos con la grata noticia que Bolívar soy yo, había ganado el Ombú de Oro, máximo premio del Festival de Mar del Plata. Por primera vez se galardonaba una cinta latinoamericana en dicho festival, motivo de orgullo para los estudiantes colombianos, quienes continuamos el resto del curso con una sonrisa de triunfo.

Catalina Sandino

Sonrisa que se ha repetido estos años, como cuando Catalina Sandino fue nominada como mejor actriz en los premios Oscar en 2005 o por estos días que celebramos la buena salud del presente y esperamos las grandes noticias que nos traerá el cine colombiano.

Dixon Acosta Medellín

Actor de reparto en Twitter como @dixonmedellin

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