Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

BULLITT, 50 AÑOS DE UN MITO FÍLMICO

 

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Cumple cincuenta años “Bullitt” (curiosamente titulada en español como Bullit, con una sola «t»), película que llevó al estrellato a su protagonista Steve McQueen. Dirigida por el británico Peter Yates es ampliamente conocida por los cinéfilos del mundo, incluso por quienes no la han visto, pues la escena de la persecución de autos por las calles de San Francisco, saltando por las rampas del pavimento es de la más famosas en el género de acción, crimen o policíaco.

El teniente Frank Bullitt es un personaje que al inicio de la película, parece más bien anodino, casi intrascendente, pero va creciendo y sin necesidad de mucho parlamento, pues la película es parca en materia de diálogos, pero generosa en miradas y gestos. No vamos a revelar la trama del filme, pero lo importante es saber que la misión de Bullitt es mantener con vida en San Francisco a un testigo, miembro del crimen organizado de Chicago. Steve McQueen quien ya era un actor reconocido, aquí alcanzó el estatus de superestrella, sobre todo porque en varias escenas de riesgo, no utilizó dobles y el director Yates aprovechó eso para darle credibilidad a la cinta, enfocando el rostro de McQueen, especialmente en secuencias de la famosa escena de autos.

La película ganó un premio Óscar a la mejor edición (Frank P. Keller). Para resaltar la actuación de Robert Vaughn, quien logra un personaje odioso, sacándose de encima el fantasma de Napoleón Solo, su rol más recordado en “El agente de CIPOL”, la serie de espías de los años sesenta. Aparece Robert Duvall en un pequeño papel de taxista, lo que no es de extrañar pues Duvall demoraría en ser reconocido como actor de carácter, pero en los sesenta trabajó mucho en películas y series de televisión, así como una joven y bella Jacqueline Bisset.

Steve McQueen y Robert Vaughn en escena de Bullit.
Steve McQueen y Robert Vaughn en escena de Bullit.

El argumento de la película es muy bien logrado, redondo en su confección, adquiriendo ribetes de tragedia irónica, obra de Alan Trustman y Harry Kleiner. Aunque debe decirse que la famosa escena de persecución, no aparecía en el guion original ni en la novela de Robert L. Fish en la que se basó la cinta, titulada “Mute Witness” (Testigo Mudo). Como dato interesante, si bien en varias imágenes de promoción, el personaje de McQueen sale empuñando la pistola, solo la utiliza una vez en toda la película. El apellido del personaje que en inglés puede sonar a bala (bullet) insinuaría a un héroe que va disparando a diestra y siniestra, pero no. No damos más información para no arruinarle la historia a quien no la haya visto.

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Ahora bien, resulta interesante la crítica que le hace el gran director estadounidense William Friedkin, uno de los realizadores que más ha jugado con nuestras emociones como espectadores (nos aterrorizó con “El Exorcista”), quien dirigió quizás la escena de persecución automovilística más emocionante de la historia fílmica, la de la oscarizada “Conexión Francesa” (1971). A Friedkin quien considera a Bullitt como la mejor película policíaca que ha visto, no le convence mucho la escena de los autos, pues aunque visualmente impacta, para el realizador si se compara esa escena con la que él preparó en su película, la de Bullitt no da la impresión de naturalidad o espontaneidad, se nota mucho más elaborada. Todos tendrán su opinión, pero es interesante saber lo que piensa una autoridad en la materia. Si permiten la mía y repasan la escena, verán que  no hay transeúntes en las calles o muy pocos, algo difícil de encontrar a cualquier hora en una de las ciudades más turísticas del mundo.

En todo caso, si uno tiene la fortuna de visitar San Francisco, indefectiblemente recordará la película, sus calles onduladas, zigzagueantes que siempre morirán en la bahía, están marcadas por las llantas de los autos de Bullitt.

Dixon Acosta Medellín

En Twitter conduzco despacio como @dixonmedellin

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