Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Blade Runner en Medellín (girando alrededor de Órbita 9)

 Nota Preliminar: Este artículo se ha publicado en El Sitio de Ciencia-Ficción de España.

Órbita 9 es la ópera prima en cine del guionista y director Hatem Kraiche, una coproducción colombo-española de ciencia-ficción de 2017, protagonizada por Clara Lago, Álex González y Andrés Parra.

Aunque el título de la presente columna, evidencia el claro homenaje que hace el director Kraiche de otra cinta de referencia, Blade Runner, gracias a una escena, en la cual se repite a los personajes principales probando comida asiática en una ciudad multicultural, bajo una lluvia permanente y luces de neón por doquier, la verdad es que Órbita 9, es mucho más y en cierta forma plantea temáticas más cercanas de lo que podamos sospechar.

La historia de la película, es sobre un proyecto científico, que prepara las condiciones para llevar a colonos humanos a un planeta descubierto con condiciones similares a la Tierra. La protagonista, es una joven que ha pasado buena parte de su vida en una nave y no ha conocido nada diferente a su pequeño entorno.

La cinta es una gran radiografía de nuestra realidad, especialmente después de haber sufrido la pandemia, incluyendo meses de confinamiento, la vigencia de las comunicaciones por las pantallas, la preocupación por el destino de nuestro planeta por el calentamiento global y sus consecuencias, que obligan a pensar en otras posibilidades de hogar para el ser humano, ante su fracaso de poder administrar de manera inteligente a la Tierra.

Clara Lago es excepcional como Helena, quien lleva el peso de encarnar a una chica sin mayor experiencia en la vida, pues no ha tenido contacto humano, a excepción de unos padres que la han dejado sola. En ese sentido la interpretación tiene que ser la de un descubrimiento permanente, especialmente cuando se encuentra con el amor. Álex González es convincente como el ingeniero, que rescata a Helena de la soledad.

Capítulo aparte, el gran actor colombiano Andrés Parra (recientemente galardonado en los premios Platino), quien interpreta un personaje que podría ser el villano, aunque al final, tiene su particular oportunidad de redención, quizás no sea casualidad que su nombre sea Hugo, tan relacionado con el género de la ciencia-ficción. Destaco también a la reconocida Belén Rueda en breve pero determinante rol y la colombiana Kristina Lilley, cuyos parlamentos están en inglés.

No quiero dar pistas sobre la historia y el final, porque otra de las virtudes de la cinta, son las sorpresas que nos reserva.

No dudo en recomendar Órbita 9, no se trata de una pequeña joya, pues le quitaría lo de pequeña, una gran película de ciencia-ficción que demuestra que en español, este género puede funcionar y ser creíble, no es sólo patrimonio de los anglosajones.

La otra protagonista es Medellín, la ciudad en donde se desarrolla buena parte de la historia. Aunque no se diga abiertamente, la confirmación viene en la dirección en la cual viven los padres de la protagonista, pero no es casual que tenga un papel preponderante. Medellín es una ciudad que muestra las grandes contradicciones de nuestro tiempo, una belleza natural, la cara moderna y ordenada de Colombia, pero también con aquellos asentamientos populares, las comunas, o los barrios marginales de los países latinoamericanos.

Colombia ha sido interpretado como un país a la vanguardia de los grandes retos de nuestra época contemporánea. Fenómenos como el narcotráfico, la violencia, pero también el resurgimiento, la resiliencia, la cultura y el talento de sus habitantes. Medellín, siendo la segunda ciudad del país, en algunos temas, sin duda ocupa el primer puesto.

En Órbita 9, aunque haya tecnología y sea muy convincente en ello, ante todo prima la humanidad, con sus problemas, miedos y esperanzas, que pueden resumirse en una palabra, la soledad. La soledad de una persona, la soledad de todo un planeta.

Dixon Acosta Medellín

En Twitter veo buena C-F como @dixonmedellin

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