1949 – Abismos de amor – La Vorágine.

Nota preliminar: Celebramos el centenario de La Vorágine y los setenta y cinco años de la única versión cinematográfica que ha tenido la novela, una producción mexicana de 1949, que nos sirve además para rendir tributo a una actriz colombiana imprescindible, Alicia Caro, a quien debemos rescatar del olvido.

Durante el presente año, se celebran los cien años de una novela fundamental en Hispanoamérica, La Vorágine, escrita por José Eustasio Rivera, la gran obra que rompió los esquemas hasta ese momento imperantes, irrumpiendo en la modernidad, con su carga de violencia y denuncia social, la gran novela de la selva. 

José Eustasio Rivera, murió en Nueva York en 1928, cuando se encontraba negociando los derechos de la traducción de la novela al inglés, así como de su versión cinematográfica, proyectos que se truncaron ante una muerte inesperada y prematura, a los 40 años, cuando estaba pleno de proyectos y la escritura de una nueva novela, La Mancha Negra, (relacionada con el recurso del petróleo), cuyo manuscrito se extravió.

Director Miguel Zacarías.

El sueño de Rivera de ver La Vorágine en el cine, sería una realidad 20 años más tarde, gracias al director y productor mexicano Miguel Zacarías y a una actriz colombiana radicada en México, quien fue estelar en el llamado periodo de oro del cine mexicano. Beatriz Segura Peñuela, nombre de pila de Alicia Caro, protagonizó diversas películas alternando con figuras como Pedro Armendáriz, Jorge Negrete, Libertad Lamarque, Fernando Soler y bajo la batuta de diversos directores, destacando a Luis Buñuel. La actriz nació en Bogotá el 8 de julio de 1930.

Poeta Laura Victoria, madre de Alicia Caro.

Conforme lo que menciona el biógrafo Gustavo Páez Escobar, Alicia Caro estudió en el Colegio de la Presentación de Duitama y siendo muy joven se trasladó a México, en donde su madre, la poeta Laura Victoria había sido nombrada funcionaria de la Embajada de Colombia en México. Resulta muy interesante la figura de Laura Victoria, pseudónimo de Gertrudis Peñuela (Soata, Boyacá, 1904 – Ciudad de México, 2004), quien fue una joven escritora, talentosa y rebelde, pionera de la poesía erótica, lo que le valió críticas en su época, pero que también promovió, un buen número de seguidores, no sólo en Colombia, en los países andinos, centroamericanos, México y Estados Unidos, a donde llegaron sus libros.

Laura Victoria, fue amiga de grandes escritoras como Gabriela Mistral, Alfonsina Storni o Juana de Ibarbourou. Su libro Llamas Azules de 1933, fue exaltado como uno de los mejores de su tiempo. Su trayectoria diplomática se extendió a Italia, pues desempeñó el cargo de agregada cultural en la embajada de Colombia en Roma. Sin duda, la poeta Laura Victoria ejerció una gran influencia en los intereses artísticos de su hija. 

No sería la primera vez que Alicia Caro, estuviera relacionada con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, pues en 1956 se casó con el destacado poeta colombiano Fernando Arbeláez, quien fue designado primer secretario en la Embajada de Colombia en Suecia. Como se observa, en aquella época, los poetas eran designados en el servicio exterior colombiano, lo cual no era extraño, porque más de un presidente, también era poeta o aspirante a serlo. 

Jorge Martínez de Hoyos.

Regresando a la historia de Alicia Caro, debe observarse que aquel matrimonio duró muy poco y ella regresó a México, a proseguir su carrera artística, casándose en segundas nupcias con el actor Jorge Martínez de Hoyos, siendo su padrino de boda, el escritor Gabriel García Márquez, quien era amigo de la pareja. Justamente la última película de Martínez fue Edipo Alcalde, con guion del genial autor colombiano. Para los cinéfilos curiosos, debe recordarse que Jorge Martínez de Hoyos, participó en varias películas en Hollywood, especialmente westerns, como los recordados “The Magnificent Seven” (1960) o “The Professionals” (1966), en ese mismo año protagonizaría “Tiempo de Morir” de Arturo Ripstein y guion de García Márquez. Estuvo casado con Alicia Caro hasta su fallecimiento en 1997.

Alicia Caro.

Ahora bien, el inicio de Alicia Caro en el mundo de la actuación fue más bien casual, porque ella estaba interesada en la danza y era profesora de baile, una de sus alumnas, fue la actriz y cantante Libertad Lamarque, quien la recomendó al ya mencionado Miguel Zacarías, director y productor de cine, fundamental en la carrera de la actriz colombiana.

Alicia Caro en “Allá en el Rancho Grande”.

Alicia Caro inició su carrera cinematográfica en 1949, con un clásico de Jorge Negrete, “Allá en el Rancho Grande” y la versión de La Vorágine, titulada: “Abismos de Amor”, en papel protagónico, justamente como Alicia, compartiendo cartel con Armando Calvo. El nombre artístico de Alicia Caro, tiene una doble explicación, Alicia por la protagonista de La Vorágine y Caro, porque era admiradora del ex presidente y escritor colombiano Miguel Antonio Caro. El mismo año interviene en una comedia titulada “El Embajador”, dirigida por Tito Davison, en donde el tema diplomático sale a relucir. De igual forma, protagoniza “El Charro del Cristo” un drama musical con Luis Aguilar, dirigido por René Cardona. 

“Don Quintín El Amargao” de Luis Buñuel.

Otro año clave para Alicia Caro fue 1951, ya que participa en una de las mejores películas mexicanas de la época, el drama titulado “Muchachas de Uniforme”, del director Alfredo B. Crevenna, adaptación de una película alemana, sobre un espinoso tema para la época, el enamoramiento entre una estudiante y su profesora en un internado religioso. De igual forma, Alicia protagonizó con Fernando Soler la cinta “Don Quintín el amargao” (también conocida como “La Hija del Engaño”), dirigida por Luis Buñuel, en su etapa mexicana. Repite pareja con Luis Aguilar en el drama bélico “Capitán de Rurales”, dirigido por Alejandro Galindo.

Al año siguiente, estelariza la película “El Ceniciento”, con uno de los mayores cómicos del cine mexicano, Germán Valdés “Tin – Tan”, así como su continuación “Chucho el Remendado”. Terminado el periodo de oro del cine mexicano, Alicia Caro continúa apareciendo en diversos filmes, en roles secundarios y en la década de los sesenta da un giro, protagonizando algunas cintas de acción, misterio y terror. En 1969, participaría en la película “Patsy, mi amor”, en el papel de la madre de la protagonista, cuyo argumento fue escrito por García Márquez.

 

Como dato curioso, debe decirse que Alicia Caro, fue muy popular a finales de la década de los años 50 al protagonizar una serie de películas de lucha libre, con un personaje llamado “La Sombra Vengadora”, en títulos como “La Sombra Vengadora” (1956), “La Sombra Vengadora vs. La Mano Negra” (1956) o “El Tesoro de Pancho Villa” (1957). En principio, el personaje del luchador era ficticio, interpretado por el actor Armando Silvestre y en las escenas de acción, aparecía enmascarado el luchador español Fernando Osés, con los años, habría cierta confusión, porque el personaje saltó a los escenarios de lucha libre real, encarnado por el profesional Rogelio de la Paz, quien fue uno de los luchadores más longevos, en ese tipo de espectáculo, que es toda una cultura en México.

“María” (1972).

Alicia Caro regresó a Colombia para trabajar en la adaptación a la gran pantalla de otra legendaria novela colombiana, la versión de “María” (1972), una coproducción colombo-mexicana protagonizada por Taryn Power y Fernando Allende, éxito latinoamericano en la taquilla de la época. La última intervención cinematográfica de Alicia Caro, fue en 1994 en una comedia de aventura llamada “El Tesoro de Clotilde”. Diez años más tarde, en 2004 fallecería la madre de la intérprete, la poeta, periodista y diplomática Laura Victoria a la edad de 99 años. 

Ahora bien, la noticia es que Doña Alicia Caro se encontraría viva a sus 94 años. Se dice que luego del fallecimiento de su esposo en 1999, se recluyó en la residencia que los dos habían adquirido en Coyoacán, Ciudad de México y esporádicamente se le ha visto en público. Espero que ojalá goce de buena salud y acompañada por familiares y seres queridos. Que esta modesta columna, sirva de homenaje para una destacada artista quien le ha dado lumbre y brillo tanto a la cultura colombiana como mexicana, desde el cine y la televisión. 

El nombre de Alicia Caro siempre estará vinculado a La Vorágine, que el centenario de la obra literaria sirva también para recordar a esta gran intérprete cinematográfica.

Dixon Acosta Medellín. 

Escritor y cinéfilo colombiano.

En el universo paralelo de la diplomacia, conocido como Dixon Moya.

En lo que antes se llamaba Twitter, a la hora del recreo me encuentran como @dixonmedellin     

Avatar de Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

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