Triqui, triqui Comienza el desfile De mujeres casquivanas, Provocativas, provocadoras, Deliberadamente maquilladas Ocultando tras un barniz rosado, Dos sombras y un pintalabios La ternura de la inocencia. Bailarinas sin caja musical Gitanas que ignoran su destino Sólo atinan a tomar la mano De quienes soportan el disfraz De las arrugas y las canas. En…
Bogotá de perfil. (Foto tomada por Dixon Acosta Medellín, vista alternativa del espacio entre los cerros de Monserrate y Guadalupe).
Triqui, triqui
Comienza el desfile
De mujeres casquivanas,
Provocativas, provocadoras,
Deliberadamente maquilladas
Ocultando tras un barniz rosado,
Dos sombras y un pintalabios
La ternura de la inocencia.
Bailarinas sin caja musical
Gitanas que ignoran su destino
Sólo atinan a tomar la mano
De quienes soportan el disfraz
De las arrugas y las canas.
En contravía,
Viene una legión de hombres
Luciendo el rostro prestado
Del último héroe de papel,
Esgrimen armas de plástico
Resueltos a llenar las bolsas
Con el dulce botín.
Profieren crueles amenazas
Contra los descreídos
Que cierran las ventanas.
La acera se acelera,
Primeras manchas
Del puntual aguacero
De finales de octubre,
Se corre el maquillaje
Los vestidos se encogen
Mientras el mágico conjuro
Se desgrana en la brisa mojada.
La calle se queda sola
Sin poder escampar bajo el tejado.
En el cielo
Estacionadas sobre una nube opaca,
Dos brujas ríen
Camuflando sus carcajadas
En un par de truenos.
En la última campanada de la noche
Cuando mujercitas y hombrecillos
Sufren las dulces pesadillas
Por su pecado de gula,
Recorreré las esquinas
Donde los inquilinos del asfalto
Toman sus lugares
Para iniciar su propio aquelarre.
Hombres se disfrazan de mujeres
Y mujeres se enfunden el traje brillante
Que las hace ver
Como ese obscuro objeto del deseo.
En el improvisado salón de baile
Sin un vals que acompañe,
Los globos rojos que caen
De las desvencijadas puertas
Todos se aprestan a disimular
En una dolorosa sucesión de caretas.
Al terminar mi ronda,
Volveré a casa
Y en la fiesta de una hoja blanca
Me disfrazaré de seudónimo
Bajo la sombra del punto final.
Dixon Acosta Medellín
(Tomado del poemario inédito “En Otras Palabras”, algún día en su librería favorita).
Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)
Advenedizo extraviado en la dimensión desconocida. Alguna vez aspirante a diletante cronopio y decantado en aceptable fama. De los pecados, errores y calamidades cotidianas me rescata Patricia, incondicional compañera. Cuando salgo del espejo de Alicia, me pongo corbata, apellidos de pila e intento aplicar lo aprendido en la Universidad Nacional de Colombia y otros gratos centros de estudio, en la diplomacia. Estuve en el desierto y ojalá pudiera dejar huella.
En horario no laboral me pueden ubicar en Twitter:
@dixonmedellin
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