Libertad femenina

Publicado el amiradoxa

Ser un macho alfa no es «cool»

Se pasean por sus ciudades de origen llevando de gancho a sus esposas, son los machos alfa que con el paso del tiempo convencieron a sus mujeres de ser los mejores por pagar un mercado mensualmente y haber culminado la hipoteca del hogar que les han ofrecido; tienen razón, vienen de una generación en la que se soñaba con el matrimonio perfecto y con recrear para el resto de la vida el juego aquel del papá y la mamá.

Pero ver esos chachos con ínfulas de macho alfa menor de 30 años es casi una obra teatral, siguen engominándose el cabello hasta que cada fibra en la cabeza se fusiona con su frente y orejas; dedican canciones de reggaetón que ni ellos mismos entienden y dicen piropos como: “reina” “mami” y “delitzia”-insertar acento sabrosón-. Son tan “machos” que no pueden tener relaciones usando un condón porque “no se siente lo mismo” y siguen haciendo referencia a la canción que dice “el primero fue el primero, ya de segundo no quiero”.

Son tan conocedores del acto sexual que practican las poses que ven en el cine porno sin mucho éxito así como el coito interrumpido es su método de planificación predilecto. Ellos son una raza especial, sienten gusto por casi todas las mujeres, pero no se enamoran ni le son fieles a ninguna. Pueden caerle a un grupo de amigas de forma consecutiva o simultánea, dependiendo de cuál les “copia” y cual no.

Se jactan de tener cultura por oír las noticias en Radioactiva, haber leído Juventud en Éxtasis y de tener mucha experiencia por haber perdido la virginidad a los doce años. Son tan machistas que su mejor comentario ante una infidelidad es insultar a sus ex novias con calificativos que comparan a las mujeres con animales, o que son netamente culturales como los nombres vendedores de los esmaltes Masglo.

Uno de sus planes favoritos es ir a una rockola para escuchar al tipo que se “bebió lo del mercado” “se fue donde las señoras alegres”, ¡ah no perdón!, “fue a donde le dio la gana”. Se vanaglorian de ser estrellas en el Twitter usando clichés como: “Linda noche” “Su nivel de P%&* es impresionante” “¿Es guisa? – Pues le gusta la canción del taxi” O mi favorita: “a Katy Perry, yo le doy como a cajón desvencijado”. La mayoría invitan a Melgar o a la Primera de Mayo para impresionar a su “hembra” y su forma de pasar a segunda base es diciendo: “quiero hacerte mía” “quiero hacerte mujer”.

Se ven divinos haciendo todas estas chabacanerías, a las mujeres nos encanta que sean seguros, que cuenten chistes acerca del sobrepeso de alguien, que se partan de risa con chistes racistas o invitándonos a hacer el paso del sándwich con otra amiga, solo porque quieren “pasarla chimba” –cuando en realidad nos quieren dedicar ese verso, solo digno de un poeta del reggaetón que dice “dile a tu amiga, que es bella, y hazle saber que también me atrevo con ella”- “que yo, que yooo”.

 

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