¿Cómo es la vida de una persona Trans?
Las conversaciones que se han dado alrededor del tema Trans están frescas y todavía queda mucho camino por delante en este asunto. El director español Adrian Silvestre nos muestra gran parte de este mundo por medio del cine. El arte siempre ha estado a nuestra merced para sacarnos de lo cotidiano y cuestionarnos nuestras formas de vida como seres humaos. Esta conversación se da en el marco de la Muestra de Cine Español.
Me encantó tu película, me gustó mucho. Además, es contada en Colombia. Es otra cosa que contada en España. Pero, realmente lo primero que quiero preguntarte es como entras tú a abordar este tema? ¿Cuál es tu vínculo con el tema? ¿Cómo te conectas tú con el tema trans?
Bien. Me conecto porque como creador formo parte de la comunidad y como cineasta siempre tengo la responsabilidad, la motivación y el interés de retratar igual los relatos que son más minoritarios o que han estado más silenciados.
En ese sentido, durante muchos años pensé que en España no se había abordado mucho la temática trans. Por ejemplo, hablar de identidad de género y de expresión de género o de romper las normas de disidencia, me parecía mucho más potente poder hacerlo con otras personas que todavía estaba siendo más silenciadas y luchando, que haciendo una historia de los gays que obviamente también forman parte de una minoría.
Pero, me parecía de repente que hablar de género con personas trans era idóneo porque había mucha desinformación en el país. También, había muchas cosas que no habían sido contadas y que cuando se contaban muchas veces no lo hacían con ellas y con ellos ni con elles, sino que eran ficciones representadas por actores cis. Un poco perpetuando lugares comunes y estereotipos. Entonces, ya cuando hice mi segunda película dije: quiero convivir un tiempo con personas trans y hacer una película con ellas desde otro lugar más franco, más honesto.
Cuando uno piensa en las generaciones anteriores de cineastas, de directores, directoras en España, particularmente Julio Medem, Almodóvar, etc, uno se pregunta ¿qué está haciendo el cine en España? ¿Cuál es o cuáles son las temáticas que está manejando realmente? ¿Qué les está interesando a los cineastas jóvenes como tú?
Creo que no te podría contestar a eso porque al final cada cineasta tiene su universo. Sus motivaciones y mundos. No sé, creo que hay una buena diversidad, creo que a lo mejor cuando pasen 15, 20 años podré decirte pues mi generación estaba obsesionada con esto, no? Pero, ahora mismo no podría. Bueno, yo creo que estamos rompiendo una serie de reglas como un estilo. Porque al final en España tanto en la literatura como el arte, como el cine, hemos producido tanto que al final tenemos una tendencia también a que los alumnos tengan un lenguaje que se repita constantemente, un estilo que es muy difícil romper. Lo decía antes en la charla, no esa frescura que yo encuentro que en Latinoamérica, siempre se ha dado porque a lo mejor no ha habido tantos años de literatura, de tradición. Eso te permite reinventarte y crear desde un lugar más fresco y más honesto. No sé si me explico, pero creo que en España durante mucho tiempo hemos hecho un cine muy parecido, una manera de actuar que a mí me resulta impostada, muy presente. Creo que ahora estas generaciones, como seremos recordados, podemos empezar a trabajar con mayor frescura, con una puesta en escena más orgánica. La cuestión del género ya la estamos asumiendo. Ya tenemos un montón de directoras que por fin son reconocidas y cuentan historias con perspectiva de género. Formalmente ya tenemos una forma más libre, más experimental. Ya tendemos -como directoras y directoras- asistir a los principales festivales de clase A y que no son los más mainstream ni los más comerciales en los casos en los que tiene una mayor sello autoral, no? Pero, por lo demás, no te puedo decir que los cineastas ahora quieren hablar de algo en concreto. No, no tengo esa respuesta.
Pero, quizá es lo que decías antes, que de alguna manera no sentías que se estaba representando un tema. Pues muy de alguna manera lo escribí explícitamente como volver a hablar, o más bien que volver a hablar. No, más bien de romper con este tema, contar cosas que nos estaban contando.
No sé si es porque ahora vivimos en una sociedad donde para mí el mundo está condicionado por los algoritmos de las redes sociales. Es decir, para mi: cómo piensa el mundo Facebook. Y me llegan noticias de mi mundo, pero no del que yo desconozco. Y al final, lo que se manifiestan en miles de manifestaciones artísticas, no necesariamente en largometrajes que también, en performance, en cortometrajes, en otras manifestaciones. Yo sí creo que no había visto en España largometrajes de personas trans contados con personas trans. Que ya ahora si hay, no soy ni el primero, ni el segundo, ni el último, ni el único. Pero, digamos que lo hice con esa intención y he tenido la suerte de repente ser leído como alguien que está haciendo esto en un espacio donde todavía no hay tantas representaciones. Yo creo que faltaba un poco eso, representar esas minorías de una manera más realista y de una manera más colaborativa y participativa con esas propias personas.
Una de las cosas que más me impresionó de la película fue quizás, el tratamiento de la sexualidad, por supuesto. Fue como entonces, cuando comienzo a ver cómo tratas la sexualidad. Pones en un escenario a quienes están viendo tu película, los retas también preguntarse cómo viven el amor, como viven la sexualidad. Por ejemplo, esto de las múltiples parejas, tratas muchos temas, tratas otros temas como el miedo. Me parece muy interesante, es como que vas de frente a hablar de la sexualidad. Claro, que hay sexo explícito, pero creo que eso es lo que eso no me llama tanto la atención me parece que ahí está bien. Pero, siento que quieres problematizar un tema y abrirlo y hablarlo y hacer que la gente lo hable. Y eso, me parece muy interesante ¿cómo llegas a eso?
Pues te agradezco el comentario y de hecho incluso si pesa Foucault porque Foucault está ahí, no está en la película de una manera intelectualizada, pero está en mí, en mi inspiración, en mi búsqueda en el sentido de cómo somos víctimas de la presión de la sociedad sobre el cuerpo. Y esto sigue ocurriendo en todos los periodos. La película es excitante -también- como están cuando están en el museo y hablan de la edad de que el cuerpo es un objeto del discurso social del momento. Y esto ocurre claramente con las personas trans. Ocurre porque la sociedad te dice cómo tiene que ser tu cuerpo, tanto si es si eres una persona binaria, como si eres una persona que está transitando a una expectativa de cómo tienes que operar y manipular tu cuerpo, operar en un sentido más abstracto. No hablo únicamente de una reasignación genital, sino de de qué cuerpos son válidos y cuáles no, y como eso no se puede romper y como no te puedes desligar y tú eres lo que tu cuerpo dice, y cómo y eres leído como tu cuerpo se proyecta. No sé si me explico, pero eso está ahí, muy presente. Y en una película como esta, que en principio habla de cómo se va forjando la identidad y de sus miedos a ser quiénes somos o ser lo que nos dejan ser. El cuerpo juega un papel fundamental y en ese sentido, y con esto acabo, la película tenía que mostrar el cuerpo, tenía que ser carnal, tenía que ser sexual, tenía que desmitificar el amor, pero también el sexo y demostrar muchas veces cómo somos arrojados a tener un tipo de relaciones amorosas. Pero, también sexuales, como aprendemos a partir de los errores, de las experiencias traumáticas, también como luego podemos reconstruirlas. Y, para mí y gracias también lo entendió la película, tenía que ser muy sexual, no en el sentido de ser erótica ni ser sexy, sino que tenía que mostrar las cosas tal y como son, sin filtros.
Hay una acción que me gustó mucho cuando pude ver la película. Muchas mujeres que estaban alrededor mío en la obra, en la sala, estaban muy felices y disfrutaban mucho, como que había un disfrute, un poco esa libertad y ese juego y que creo que también es una lucha muy dura que se ha dado desde hace 50 años para que precisamente esas libertades puedan ya hacer parte de lo cotidiano. Todavía es difícil. De hecho, uno va a ver a las salas de cine casi nunca. El sexo que se muestra es el sexo heteronormativo, visualmente romántico, dominante, que es otra cosa que tú atacas o que lo que dejas entrever un poco. ¿Ese es el amor Disney? De alguna manera sí es una crítica al amor Disney. Te quiero preguntar por eso cómo y por qué otros tipos de amor has descubierto en esto que otro tipo de lógica se ha descubierto en oposición también a ese amor Disney que del que te ríes un poco también?
Sí, claro. Me río porque cuando conocí a Rafi era su obsesión. Era un tanto haciendo la película como fuera. El tema era siempre la aceptación a partir del amor romántico, su necesidad desesperada de encontrar a un hombre. Pero el precio de encontrar ese amor era tener relaciones sexuales que no siempre le apetecía y era el peaje que ella tenía que pagar para llegar a eso. Hasta que poco a poco se va dando cuenta de que el amor, aunque sea un cliché, empieza por ti y por la gente que tiene alrededor, tus amigas, tu familia y tú, tu autoestima y tu seguridad. Y, tu amor propio se va forjando en esas pequeñas cosas y no siempre lo vas a tener, vas a tener días malos, nunca te vas a querer al 100%, pero vas a tener que aprender a convivir con ello. En ese sentido te vas dando cuenta de que el sexo puede contribuir o puede ser otra cosa. Y por eso esta película. Yo celebro que la gente celebre -y valga la redundancia-, que haya tantas escenas de sexo. Porque para mí cada escena de sexo está contando algo distinto, hay partes que son dolorosas y que aparentemente son consentidas y no son agradables. Y, ahí estamos hablando del consentimiento. Yo te digo, quiero hacer esto, pero hasta qué punto nos arrojamos a tener sexo porque socialmente, el sexo tiene un valor y necesitamos ese valor ¿no? Pero, también puede ser lúdico, también puede ser pasional y erótico desde un lugar que no esperábamos y que no habíamos planeado, como al final, hay mil maneras de tenerlo y por eso es importante que ella pasara como por todas esos lugares, y me encanta sobre todo que las mujeres hayan conectado con eso. Un gran riesgo ha sido ese, que una vez más vemos escenas de sexo filmadas por un hombre con una mirada masculina, donde ella es un objeto y al final yo quería que el sexo se contara a través de sus ojos, ya no de una mujer trans, sino de una mujer y muchas mujeres se han conectado con ella, me han dicho, es que eso lo he vivido yo, cada una de esas situaciones la he vivido y te agradezco, o sea a Ralphi le agradecen que no se haya querido proteger, ni camuflar eso, que lo ha mostrado tal y como es, sin pudor sin vergüenza, porque no, no tiene de que avergonzarse, allí es donde están sus mayores valores.
Volviendo un poco al tema Freudiano, hablas de Tinder como un personaje de la película, este es uno de los personajes que decides mostrar. Además, muestras en la pantalla, aparece gigantesco las interacciones y básicamente nos muestras una pantalla privada, una pantalla gigante de manera pública y eso me parece un juego superdivertido, como algo que quizás con las personas que usan Tinder lo usan de la manera más privada. Pero, tú quieres mostrar esa privacidad y lo que descubres, lo que muestras, también es mucha violencia, mucho desamor, mucho maltrato y hablas un poco y hablaste en otra entrevista de esto, de como de alguna manera mantenemos una pócima, una lógica de lo políticamente correcto, ya el discurso de cancelación ha hecho que de alguna manera todo el mundo de alguna forma este de acuerdo, pero en lo privado siguen siendo las mismas violencias los mismos paradigmas de violencia que se mantienen y quizás mostraste, me gustarías que nos contaras.
Sí, no son los mismos, pero están ahí y esto fue uno de los aprendizajes que tuve con ellas, es decir, que ocurre cuando quiero hacer una película en 2020 con un grupo de mujeres trans en una ciudad como Barcelona, donde siguen representando una comunidad vulnerable, pero también muchas luchas se han ido persiguiendo han podido, también conseguir cosas que antes eran inviables. Con esto estoy hablando de apoyo familiar, carreras universitarias, trabajo, pues una vida mucho más habitable, que ocurre, que cuando te juntas con ellas, citas que tipo de película quieres hacer, que ellas no quieren volver al streaman, ninguna de ellas quería hacer una película especialmente trágica, esencialmente violenta, donde estuvieran todo el tiempo saliendo de un problema tras otro, quería verse fortalecidas sin frivolizar y contar que ya está todo conseguido porque evidentemente, todavía es complejo ser trans y lidiar con la sociedad y con la presión social, era uno de los desequilibrios que tenemos que encontrar y yo encuentro que en caso de Rafi. Era un perfil perfecto porque es una persona que ya muy joven tenía un apoyo familiar excelente, estudios, un trabajo cotidiano donde le iba bien, donde tenía buen ambiente, donde se lleva bien con sus compañeras y bueno tiene esa obsesión como muchas personas han tenido en algún momento de la vida, sobre todo cuando tengo la insistencia de quiero el amor, quiero ya, quiero ser amada y quiero encontrar esto en medio de todo. Bueno, voy al turrón, que ocurre, que es un Tinder donde encuentro esa violencia, porque hay políticas y las relaciones sociales cuando hay terceras personas hacen que cuidemos un lenguaje, ya que realmente ella en ese momento no había tenido situaciones de agresiones físicas, de maltrato, todo eso no estaba en su vida, yo no digo que en la vida de Rafi no estaba, sin embargo era abrir su cuenta de Tinder y la malisia está en el lenguaje y en los tiempo, es donde ves ese mercado de la carne y ese inmediato de consumo que está en todo, digo el sexo es una cosa en donde tienes que comportarte aquí, de esta manera, aquí y ahora y no hay otra manera y de eso no es culpable Tinder. Somos culpables todos. Tinder es una aplicación, pero detrás hay personas y cuando hay una persona con una determinada conducta puede ser un descerebrado, pero cuando todos son partícipes, socialmente nos pasó algo, ahí hay algo que es un problema estructural del que todavía no, hasta que no pasen los años no vamos a poder reflexionar y a aprender y a corregir.
Hay una frase de uno de los personajes, que dice: mira, no estoy buscando una media naranja, por qué yo soy una naranja y yo te pregunto ¿qué tipo de fruta eres tú?
Yo soy un aguacate, jaja, pero es porque es mi fruta favorita, no lo sé, no sé qué contestarte.
Quizá la pregunta va también a, si te transformo también en tu identidad, tu sexualidad, también como tú lees las cosas, como te transformo también ahora ver esta película ya hecha, porque claro mucho de ti está ahí también seguramente, pero como se transforma ver el proceso y ver ahora a ti, como sientes que te trasformo eso.
Sí, es una pregunta muy compleja y que no sabría contestártela, por qué yo también como director me protejo mucho hablando de otros para no hablar de mí, pues al final es como cuando te apoyas mucho en la escucha, al final utilizo la empatía. Obviamente es hablando de mí. Pero, a través de otras personas, yo con ellas me he dado cuenta de que me siento muy afín y me ha permitido cuestionar conceptos que tenemos muy arraigados como el género que tenemos. Pues sí, yo soy un hombre y que es ser un hombre, o sea realmente ellas han traicionado y yo no, pero luego compartimos muchas ideas, miedos, cuestiones, una doble visión del mundo que al final con Rafi me siento muy unido a pesar de que ya sea una mujer y al final siento que soy alguien que se cuestiona todo cada vez más, me parece que todo está construido, que somos productos de una socialización de nuestra ápoca. Pero bueno que todo es mucho más relativo a cuando me lo enseñaron y luego hacer todas estas películas me han convertido en alguien mucho más sensible, en alguien mucho más emotivo, me ha permitido abrirme a ellas, no tener vergüenza de tener sentimientos, de ser como soy, de mostrarme públicamente, por qué a la final las personas trans nos han abierto un camino, se han enfrentado a cosas a las que muchas personas cisgénero jamás se nos hubiera pasado por la cabeza, enfrentarnos a nuestro entorno, a nuestra familia, a empezar de cero, a buscar un trabajo, a decir aquí estoy y voy a luchar por mí, nosotros muchas veces tenemos nuestro fin de privilegio donde fluimos con la corriente y bueno, somos lo que somos por qué así se nos lo han dicho y ya está, y de repente dices: wow ¿realmente soy lo que creo que soy?
La última pregunta es, bueno, fue muy discutida en España y se dio la ley trans hace ya un poco más de un año y claro que es un tema muy discutido aquí, en Colombia, en América latina, también, pero un poco de esa lucha política y de lo que se ha ganado de lo que se ha logrado, yo quisiera que terminaras con una respuesta acerca de eso, una reflexión sobre ¿que ha sido esa lucha política y que se ha ganado y que falta ganar o dónde está esa discusión ahora y cómo está hoy día?
Bueno, a mí me da pena porque es una lucha que se ha instrumentalizado bastante, incluso cuando la ley ha conseguido una voz, que han querido dilatar, un debate que no tiene más sentido de repetir una y otra, ves algo que es absurdo y que no tiene ningún fundamento para que al final las voces más reaccionarias lo repitan y lo repitan y sobre todo esa disidencia no han tenido un contacto real con estas personas, en otras palabras, me da mucha pena que hay mucha gente que no conoce nada sobre la realidad trans, no pueden opinar sobre los derechos que puede tener una persona trans y los que no, y al final ese eco mediáticamente ha sido mucho más grande que las personas que luego están en contra y que se han opuesto a la ley, entonces ahora yo solo puedo repetir que la ley es un hecho que ya muchas veces las leyes llegan antes de la aceptación social. Pero que eso es una cuestión de tiempo, ya está sucediendo y tendrá que manifestarse de manera democrática porque esto es un derecho conquistado y adquirido y solo podemos ir hacia adelante.♦
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Diego Aretz es un periodista y activista Colombiano, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal, colaborador de El Espectador. Así mismo es jefe de comunicaciones del Consejo Nacional de Bioética y consultor de Terre Des Hommes Alemania. Director de la ONG Por la Frontiere.
Con el apoyo de: Estefania Diaz Trejos