Antonio Caballero fue uno de los periodistas más influyentes de su generación en Colombia, fue un mordaz crítico político y un hombre consultado muchas veces por el poder, en esta conversación de 2018 que fue probablemente su última entrevista y que no había sido publicada hasta ahora, habla de su vida en la política, de Colombia, de su oficio como escritor y periodista y de personajes del país como Gustavo Petro,  Juan Manuel Santos o Álvaro Uribe.

DA: Antes de las cosas de que vamos a hablar, esta este libro que escribiste que me parece muy interesante, se titula Historia de Colombia y sus oligarquías, pues comenzar contándonos cómo es eso de las oligarquías, ¿Por qué este tema?

AC: Los países siempre han sido gobernados por oligarquías, lo que pasó es que en Colombia se habla siempre de la oligarquía y eso me parece que es una equivocación, porque no ha sido en Colombia una única oligarquía, pero distintas oligarquías sucesivas. Evidentemente se han renovado más o menos por cooptación, pero también por guerras y por matanzas, y de todas maneras la historia de Colombia ha sido contada siempre evidentemente por las oligarquías, es decir por quienes mandan, por quienes controlan el país, por quienes tienen el gobierno y el poder económico. Y me parece que valía la pena contarla señalando también que son ellos los que lo manejan.

P: ¿Es un proyecto de hace años?

R: Yo tenía este desde que estaba en el colegio, en cuarto, quinto, sexto de bachillerato me llamaba mucho la atención que cada vez se empezaban a enseñar de nuevo la historia de Colombia desde la conquista y parábamos en la patria en primero, en segundo en tercero en cuarto. Y entonces cuando estaba como en sexto tal vez desee hacer una historia de Colombia, también con dibujos como esta, pero mucho más exclusivamente con dibujos o prácticamente solamente de dibujos y textos muy breves. Empecé a publicar en la revista Cromos en los años sesenta. Pero no hice sino unos quince o veinte episodios, entonces yo tenía esas ganas desde mi adolescencia. Entonces hace un par de años le propuse la idea a Consuelo Gaitán, la directora de la biblioteca nacional y le pareció muy buena idea para hacerlo en internet. Esto lo hice publicando mensualmente capítulos en internet a través de la biblioteca nacional. Y eso dure más o menos año y medio haciéndolo, son trece capítulos. Al principio un capítulo por mes, después me empezó a costar demasiado trabajo y eran cada dos meses, tal vez haciéndolos y termine hace seis meses.

P: Que le llamo la atención o que descubrió, obviamente porque si es un proyecto desde su infancia, su juventud, pues es un proyecto de hace bastantes años, pero después ya ha terminado, ¿Qué descubrió? ¿Qué puede contar que haya descubierto en esas oligarquías?

R: Descubrí por ejemplo que, digamos sobre etapas que yo conocía bastante mal, fundamentalmente la colonia y los primeros cincuenta o sesenta años de la república después de la independencia. Descubrí que en tiempos de la colonia la iglesia fue mucho menos dañina de lo que yo había creído siempre que había sido. La iglesia en Colombia siempre ha habido digamos dos iglesias enfrentadas un poco desde mucho antes de que existiera la teología de la liberación Desde el siglo XVI, desde la conquista en Colombia existía todo un sector de la iglesia enemigo de las oligarquías justamente, enemigo de las autoridades locales, sobre todo, no necesariamente la corona Española. Y eso ha existido siempre desde el siglo XVI hasta los obispos que hoy denuncian las matanzas en redes sociales. Y eso me llamo la atención yo pensaba que la iglesia había sido homogéneamente y constantemente dañina y ultra reaccionará.

P: Claro, eso se ve por ejemplo en el CINEP, en gente como Francisco De Roux…

R: Pero eso yo creía que era un fenómeno reciente, y resulta que no, viene desde el siglo XVI.

P: Camilo Torres también fue parte de esa …

R: Hace cincuenta años, eso ya es posterior al Concilio Vaticano Segundo y a la teología de la liberación. Camilo Torres es un autor de la teología de la liberación. A mí me llamo la atención y le digo sobre todo en la época de la colonia, cuando la iglesia era realmente protectora de los indios frente a los abusos de los encomenderos de las autoridades Coloniales. Pero fundamentalmente a los abusos de los locales, es decir de los que eran las oligarquías en ese momento, los grandes latifundistas y las autoridades.

P: Este libro, como usted mismo dice es una crítica al concepto oligarquía como un lugar fijo sino como usted trata de mostrar oligarquías. Pero es también auto critico en un punto quiero decir, evidentemente Ud tiene apellidos muy fuertes en la historia reciente de Colombia.

R: Las oligarquías son una clase digamos … es el gobierno de unos pocos, es decir son los que gobiernan o los que tienen el poder económico. Yo no he tenido nunca poder económico. Que haya tenido tíos y abuelos y bisabuelos que hayan gobernado y han tenido poder económico es otra cosa, pero a mí no me ha tocado, eso no he podido lograrlo, no lo vivo desde adentro si es eso usted lo que pregunta. Entonces para mí es lo bastante tan desde afuera criticar a Gonzalo Jiménez como criticar a mis parientes Holguín que fueron presidentes hace 100 años …

P: Siente igual distancia digamos

R: Si claro … Pues no veo que tenga ninguna responsabilidad …

P: Sin embargo, es importante los narradores. Colombia siempre tenía una historia de narradores conectados a los políticos y de cierta clase.

R: Claro, inevitablemente porque es que de todas maneras la educación en Colombia es una cosa muy reciente, la educación ha sido un privilegio. Entonces, las personas que pueden leer y escribir han sido siempre una pequeña minoría. Cosa que ha cambiado bastante en los últimos treinta o cuarenta años, o incluso hasta la época en que yo me eduque, los educados en Colombia no éramos muchos, éramos una minoría y naturalmente … soy blanco soy educado nunca ha tenido hambre entonces mi visión de la historia naturalmente es una visión … todo el mundo tiene una visión propia pero ya le digo no me siento responsable de ninguna de las oligarquías que ha tenido este país.

P: Pero el tema lo atrae y el tema también define atracción …

R: Es que me parece, como lo decía al principio, las oligarquías son quienes gobiernan cualquiera que sea el país cualquiera que sea la época. Puede hablar de las oligarquías en tiempos del imperio romano, tanto que la palabra es inventada por Aristóteles. …

P: Quiero ir atrás un poco, a sus 23 años, se encuentra usted en Paris en mayo del 68 y celebramos hoy el 2018… ¿Cómo era eso? ¿Cómo era ser un joven latinoamericano en Paris a los 23?

R: Pues yo era estudiante en Paris, estudiaba en el instituto de ciencias políticas, Sciences Po y una cosa que me llamo la atención es que Sciences Po era un instituto universitario bastante de derechas y encuentro en mayo se convirtió homogéneamente de izquierdas, de una manera que me pareció inverosímilmente servil frente a los grupúsculos de izquierdistas que en ese momento dominaron el mundo estudiantil en Francia. Es decir, los salones de clase, los anfiteatros de Sciences Po tenían nombres de altos funcionarios decimonónicos de Francia, de pronto se cambiaron por Che Guevara, y me pareció absolutamente grotesco. Pero en general lo que fue mayo 68 en Francia fue un festival, una fiesta estupenda, pero una farsa realmente. Eso nunca fue una revolución y aunque pretendía hacerlo naturalmente, pero lo que fue, fue un carnaval.

P: ¿Por qué farsa?

R: Porque … Digamos el hecho de que fue una farsa se muestra en que no hubo ningún muerto. Era una rebelión de los hijos de la burguesía contra sus padres, no era una rebelión social ni muchísimo menos, no participaban los obreros. Digamos Cohn Bendit que fue uno de los estudiantes líderes de la revolución insultaba a los comunistas porque no llevaban a los obreros a la revolución. Naturalmente los comunistas no estaban interesados en esa revolución de hijos de papa. Y eso era lo que a mí me pareció muy divertido. Yo participaba en las marchas y las manifestaciones hasta el momento en que llegaba la policía y en ese momento me retiraba, yo no iba a pelear con los policías, no matar porque ya le digo la policía en ese momento no mataba a nadie, pero era muy brutal como ha sido siempre la policía francesa. Pero eso se volvió serio cuando entraron los trabajadores de Francia, pero en este momento los trabajadores y los sindicatos negociaron la huelga general con el gobierno a cambio de ventajas sindicales, cosa que indigno a los grupúsculos ultraizquierdistas de los estudiantes que querían hacer la revolución cultural en la manera de China. Eso estaba dividido entre Prochinos, Trotskistos como lo esta siempre también en la izquierda en Colombia. Y en ese momento en Francia yo creo que fue cuando se inventaron todas esas subdivisiones. Era mucho mas serio lo que estaba pasando en Alemania en ese momento entre los estudiantes alemanes. Es que Francia con esa concepción de la gran revolución francesa por supuesto, las revoluciones francesas han sido más farsas de teatro, me parece a mí.

P: Esta idea del 68 como farsa, realmente es muy distintiva la narrativa oficial …

R: … Que es heroica. Y eso de verdad, ya le digo muy divertido porque parís estaba paralizado, no había tráfico, no había transporte público, la gente andaba por la calle … Llevaba años viviendo en Paris y por primera vez vi que los franceses se hablaban los unos a los otros en la calle, por ejemplo, eso no había sucedido nunca, probablemente desde los tiempos de Vercingetorix y Julio Caesar… Era muy interesante y divertido, pero no era serio, nunca me pareció serio desde el primer momento, no solo a mi sino a mucha gente.

P: Cuando vuelve a Colombia de una manera más fuerte, venía cada cierto tiempo?

R: No yo pasé mucho tiempo sin venir, no tenia con que venir, a pesar de que usted considere … Muchos años, casi diez años en Francia sin venir a Colombia. Me fui a España y luego vine para Colombia, justamente cuando se fundó Alternativa, en 1974, seis años después de la revolución de mayo en Paris. Y vine para eso, para la revista Alternativa y me quedé unos cuantos años, los años que duro Alternativa.

P: Quien invito alternativa, a García Márquez, ¿Enrique Santos …?

R:  Enrique Santos y García Márquez, los dos.

P: Ya lo conocían, conocían su trabajo, ¿lo que estaba haciendo?

R: Si, con Enrique nos conocíamos desde la adolescencia digamos, y con García Márquez lo conocía desde hace varios años.

P: ¿Lo conoció en Europa?

R: Si.

P: ¿Y cómo fue ese encuentro con García Márquez, cómo se conocieron?

R: No recuerdo exactamente, alguien nos presentó en la calle en Paris, y en ese momento García Márquez ya era un escritor famoso ya había publicado Cien años de Soledad, no era todavía el premio Nobel y el ídolo de los colombianos (risas), pero era un escritor importante yo lo había leído y nos hicimos amigos.

P: Vuelve Colombia, deciden fundar Alternativa, y lo llaman a usted, pero todo era con cartas …

R: Si con cartas o el teléfono, pero el teléfono era muy caro en esa época.

P: ¿Y esas cartas las preserva todavía?

R: No, yo nunca he guardado cartas, ni pensado en la posteridad. Yo trabajaba en revistas, en periódicos de artistas, en Inglaterra, en Francia, en España y entonces como ellos estaban fundando una revista y no tenían experiencia en eso pues Enrique Santos tenía experiencia de periódico, pero yo que había participado en la fundación de una revista en España que se llamaba Cambio 16, que fue la primera revista antifranquista que apareció, en vida todavía de Franco, intentando hacer lo que se podía, es decir la época cuando el Franquismo ya estaba debilitado y se empezó a poder hacer algo así, claro. Pero la España de los años setenta, de los últimos anos de Franco era una España muy avanzada digamos, y muy civilizada entre otras a causa de que se había vuelto en un polo de atracción del turismo de toda Europa, y los millones de turistas que entraban en España habían transformado mucho la sociedad española. Digamos para poner un ejemplo importante, le habían quitado el inmenso poder a la iglesia católica que en los primeros años del Franquismo era realmente el gobierno español bajo los primeros años de Franco, mitad ejercito mitad iglesia, los últimos años tanto la iglesia como el ejercito habían perdido muchísimo poder y muchísimo prestigio.

P: ¿En Londres trabajó con la BBC, el Economist también?

R: Si, pero en una revista español, el Economist para América Latina, y luego con la BBC también para América Latina, en español.

P: Cambio 16 y Alternativa me hacen pensar en ese periodismo un poco izquierdo, en un periodismo critico … ¿Que pensaba usted de ese periodismo en esa época, para meterse en proyectos así?

R:  Pues, a mí siempre me aparecía y me sigue pareciendo que el periodismo es un instrumento para hacer política. Por supuesto que se trata de informar, pero es que la información es política siempre y la información, la manera de transmitir la información y la opinión sobre la información son actividades políticas. Yo creo que toda la prensa es política, inevitablemente, y me parece muy bien. Tanto lo que fue Cambio 16 en España como después lo que fue Alternativa en Colombia, sin que Cambio 16 pretendía ser representativo de la pura izquierda como lo fue Alternativa después, pero eran órganos de periodismo de combate, para combatir statu quo, para combatir el gobierno franquista. Y después en Colombia Alternativa era una cosa dirigida contra el frente nacional de nuestros partidos liberal conservador y que pretendían no representar la idea única de un partido, como existían varias publicaciones en Colombia del partido comunista de algunos grupos trotskistas de los maoístas, que tenían cada cual su revista o su periódico sectario y cerrado. Alternativa pretendía ser completamente abierta a todo lo que fuera izquierda democrática digamos inclusive a las guerrillas que eran fundamentalmente ELN y las FARC y los comienzos del M – 19.

P: ¿El M – 19 era muy cercano también, mucha gente que hace parte del M -19 escribió también en Alternativa, como era eso? ¿Sabían ustedes que eran militantes?

R: Más o menos si, los sabíamos. Es decir, nosotros teníamos relaciones con todos los grupos armados. Nosotros nos veíamos … Era más difícil que las FARC aceptaran que nosotros tuviéramos relaciones con ELN y viceversa, o que tuviéramos relaciones con M – 19 a que lo aceptara que se el ejército.

P: ¿Para el ejército era un hecho y un problema su ideología de izquierda?

R: Absolutamente nosotros éramos subversivos, sobre todo en la segunda época de Alternativa cuando empezó el gobierno de Turbay y el estatuto de seguridad. Pero si, de todas maneras, para el ejercito nosotros éramos el enemigo. Pero para los grupos de la izquierda también, tanto los armados como los desarmados. Los grupos de la izquierda siempre trataron de cooptar Alternativa y también trataban de infiltrarnos clandestinamente. Nosotros sabíamos de personas que eran de los grupos, pero también había infiltrados subterráneos de que no sabíamos. La izquierda colombiana ha sido siempre una olla de grillos.

P: Y, volviendo a su último libro, también hay ciertos patrones de comportamiento clasista entre los líderes de izquierda en Colombia, ¿lo ve usted? Yo tenía una experiencia visitando y hablando con muchas personas de las FARC, y lo que me encuentro es que es muy piramidal. Absolutamente piramidal, los comandantes viven de una manera y los de bases viven de otra manera…

R: Digamos, en las FARC es absolutamente natural, se trata de una ejercito es una organización jerárquica y disciplinada, hay los jefes, los subjefes y los soldados. Pero además en cualquier grupo que venga de organizaciones como lo fueron originalmente el partido bolchevique de Lenin es que existe esa organización piramidal como usted dice, los llaman el centralismo democrático. Es que manda el jefe sobre el grupo de los jefes que es el politburó digamos así, que mandan sobre el partido, el cual manda a su vez sobre las masas. Eso es así en todos los partidos de izquierda desde Lenin. Anteriormente en el siglo XIX los partidos de izquierda pretendían ser democráticos, antes de que Lenin inventara la expresión centralismo democrático. No había ningún partido de izquierda y entre otras cosas por eso nunca llegaron al poder, justamente por no tener una organización jerárquica y prácticamente militar.

P: ¿Lo ve todavía en los movimientos de izquierda?

R: Si claro, sigue siendo así aquí y en China en Vietnam y en los países capitalistas y en los países que todavía se llaman socialistas.

P: Quiero saltar ahí a preguntarle, ya que estamos hablando de las FARC, como los ve haciendo política, como los ve a ellos, usted pudo ver al M – 19, puede usted ver muchas cosas, narrar, escribir…

R: Los veo haciendo muy torpemente política, pero siempre ha sido así. Es decir, porque ellos fundamentalmente son un grupo militar, saben hacer la guerra y no saben hacer política, entre otras cosas, por eso han sido tan odiados. Digamos el contraste entre como fue recibido el M – 19 cuando dejo las armas y como fueron recibidas ahora las FARC cuando dejan las armas, los unos con simpatía y los otros con gran antipatía. El M-19 dejo las armas y a continuación gana un tercio de los votos para la constituyente. Las FARC dejan las armas a continuación ganan 52 000 votos en todo el país. Eso muestra lo que se han ganado en cincuenta años de guerra, es decir que nunca han hecho política, sino que siempre han visto el aspecto militar de la guerra. Me parece a mi que eso se esta reflejando en como hacen política ahora, al margen de que los están tratando muy mal, se están incumpliendo todos los pactos que se están rompiendo, todas las promesas.

P: ¿Como ha sido la prensa en Colombia en los últimos 20 años, como ha tratado la prensa la guerra, también la paz?

R:  Pues hace treinta o cuarenta años, cuando surge Alternativa mas o menos, la prensa ha negado la existencia de la guerra, era como Uribe hace diez años. La prensa colombiana ha negado la existencia de las guerrillas, hablaba simplemente de grupos de bandoleros. Negaba que hubiera motivos para la subversión política en Colombia, esto era una democracia ejemplo para el mundo. Pero eso cambio, la prensa colombiana hoy es muchísimo más abierta a la realidad, reconoce la existencia de una política exterior a lo que fue el frente nacional liberal conservador, solo eso hace cuarenta años era inimaginable realmente. La prensa ha dejado de ser, por otra parte, partidista, siempre hemos llamado aquí la gran prensa, yo estoy hablando de los pequeños periódicos partidistas de pequeños grupos de la izquierda. Es decir, es una prensa muchísimo mas abierta y mucho más liberal en el sentido real de la palabra no el sentido partidista sino los sentidos de la democracia y de la libertad de lo que había sido nunca. Y naturalmente la prensa, lo que paso es que al mismo tiempo es una prensa que responde cada vez mas a intereses directamente financieros y económicos. Es decir, los tres grandes grupos económicos de Colombia, Sarmiento Angulo Santo Domingo, son los dueños del 80 por ciento  de la prensa colombiana, en radio, en televisión, en prensa escrita.

P: ¿Y ese monopolio económico también lleva monopolio de narrativas?

R: Inevitablemente, claro que sí, pero de todas maneras es perfectamente posible en la prensa colombiana, especialmente en la prensa escrita, llevarle la contraria a los propietarios. En la radio y la televisión, muchísimo menos más difícil, aunque también existe esa posibilidad, que hace unos 30 años sería inimaginable.

P: Imagino que cuando vuelve a Colombia y a participar en un proyecto como Alternativa y hacer lo que usted ha hecho acá de escribir y comprometerse con luchas sociales, hay una visión del país que es deseable. ¿Algo de eso se logró desde que usted volvió hasta ahora, algo de esos deseos de mejorar?

R: Pues, yo también me fui después de Alternativa y volví solo hace unos 15 años. Pero si naturalmente que las cosas han cambiado, la prensa en Colombia ha cambiado por completo. Cosas que yo personalmente nunca he tenido por ejemplo desde la época de Alternativa hasta hoy, habiendo trabajado en periódicos de la gran prensa, es decir en El Espectador fundamentalmente, después en Semana, nunca he tenido el menor problema para decir lo que he querido, sin censura. En Colombia no existe la censura de prensa, existe, y eso es peor, que matan a los periodistas. Eso no es censura, no se puede entender como censura. La censura es cuando se le impide a alguien decir lo que quiere. Si se lo mata por haberlo dicho eso, es otro problema, es un problema gravísimo y intolerable. Pero no es censura, censura ha habido aquí en otras épocas, en Colombia actualmente no existe la censura.

P: Usted cree que, en los periódicos grandes, El Espectador, El tiempo y otros medios, ¿no hay censura en este momento?

R: Yo creo que no.

P: Hay un caso por ejemplo hace unos años Claudia López tenía una columna en El Tiempo y se la sacaron y la retiraron el día que publicó una columna contra El Tiempo.

R: Si, pero ese caso es muy difícil, que alguien permita que se publique algo contra uno mismo. Yo creo que lo de Claudia López fue una cosa diciendo que El Tiempo decía mentiras. Me pareció una tontería, me pareció excesivo su expulsión … Habría que recordar cómo fue exactamente ese caso, pero no me parece que la de Claudia López tampoco fuera censurada.

P: En una columna hace un tiempo en Semana, habló usted de Petro y hizo una especie de perfil, y dentro de las cosas que decía es que Petro le recordaba mucho un personaje de derecha, su manera de ser especialmente. ¿Puede ahondar ahí un poco?

R: Si, es que el temperamento de autoritario, el temperamento de soberbio, mesiánico de Petro me parece que es muy característico de los líderes de la derecha. Para empezar, yo considero que todo el liderazgo absolutista es necesariamente de derecha, así sea en nombre de la izquierda. El liderazgo de Stalin era completamente de derecha, Stalin era un hombre temporalmente de derecha, como lo era Mao Tse Tung, como lo era el comandante Chávez en Venezuela. Y así Petro me parece que es un jefecillo que podría ser perfectamente fascista o nazi sin el menor problema porque no es lo que le distingue a el temperamentalmente hablando. No son sus ideas sino su carácter, que es un carácter de jefecillo y los jefecillos son siempre de derecha.

P: O sea que hubiera sido de alguna manera un sorpresivo autócrata y autoritario …

R: Sorpresivo no, yo creo que lo fue clarísimamente autócrata y autoritario cuando fue alcalde de Bogotá. Y por eso mismo escribí que me parecía así, por haberlo conocido como alcalde de Bogotá, no fue que me sacara de la manga mi opinión …

P: ¿Como vió las elecciones en México?

R: Ha venido todo el mundo comparando Petro con López Obrador, me parece que no tiene nada que ver, ni tiene mucho que ver México con Colombia, aunque en este momento, tanto en México como en Colombia el principal poder sean las mafias y el narcotráfico. Pero López Obrador viene originalmente del PRI, el Partido Revolucionario Institucional mexicano, que siempre ha tenido sectores de izquierda y hizo toda clase de actos de izquierda, la nacionalización del petróleo, por ejemplo, después el PRI que también es un partido con sectores de derecha, es una especie de lo que fue el frente nacional colombiano. En cierto que no me gusta comparar los dos, porque son totalmente distintas. Pero tanto la historia de López Obrador como la historia de su partido ahora, Morena, han sido una serie de divisiones y subdivisiones del PRI. Lo único que se parece en López Obrador y Petro es que la prensa colombiana los compara, pero supongo que la prensa mexicana no menciona a Petro como modelo de López Obrador.  

P: No, no lo hacen, pero son dos elecciones cercanas, son dos candidatos que le gustan mucho a la gente, que provocan este tipo de reacciones en las plazas públicas. Obviamente en mi opinión Obrador no es tan buen orador, entonces es diferente, pero digamos que provocan este tipo de imagen. Claro no se le hacen unas imágenes más o menos cercanas como también en la izquierda latinoamericana había procesos muy cercanos.  Es el famoso socialismo del siglo XXI parece que hubiera tenido varias versiones muy diferentes, Correa, Chávez …

R: Si pues una con petróleo la otra sin petróleo, Chávez no tiene en mi opinión, a pesar de que entiendo perfectamente que los dirigentes y los partidos políticos busquen posibles aliados en otros países, pero yo no veo que tiene que ver Evo Morales con Hugo Chávez o con Nicolas Maduro, o que tiene que ver la zona rica del Venezuela de Hugo Chávez con la zona de Venezuela miserable de Maduro. Esta muy bien que se alíen para votar en las organizaciones internacionales etc., pero no creo que tenga mucho que ver.

P: Hay una responsabilidad del intelectual, para esta pregunta el intelectual va a ser una persona que piensa, que escribe, que participa a la sociedad con ideas y que tiene incidencia política y social dentro de esa sociedad, usted cuadra perfectamente dentro de ese lugar, entonces hay una responsabilidad de señalar el momento de la crisis en un momento político crítico, de un político a otro. ¿Como es esa responsabilidad, como se afronta esa responsabilidad, si es que la siente?

R: Si, la siento porque mi oficio desde hace muchos anos consiste en opinar fundamentalmente sobre política, y si uno opina sobre política, tiene que opinar también sobre los candidatos que encarnan esa política. Y en consecuencia cuando vienen elecciones especialmente, si son elecciones que pueden llevar a cambios profundos, yo creo que es obligado opinar. Y mas o menos lo he hecho siempre, desde que tenga una columna de opinión, y opino sobre política y candidatos.

P: En estas pasadas elecciones, en un punto usted dice va a votar en contra de Uribe que es su última columna pre elección ¿Cómo medir los alcances de una opinión en un momento político de responsabilidad, cuando hay una crítica necesario a un tipo como Petro …?

R: Pues, yo creo que mi única responsabilidad cuando opino es opinar con sinceridad, con respecto a lo que pienso, sin hacer cálculos de otra índole. Puedo decir, todos los candidatos me parecen malos, el menos malo me parece De La Calle a pesar de que me parece malo por esto y esto entonces voto por De La Calle. Dentro de que lo que me guía fundamentalmente en los últimos 16 años es estar en contra de el mal mayor que me parece que lo encarna Álvaro Uribe, y lo ha encarnado desde que era presidente, desde su primera presidencia, y desde antes de ser Gobernador de Antioquia. Para la segunda vuelta, eliminado mi menos mal candidato, era todavía contra el peor, que es el candidato de Uribe y contra el peor ya no hay sino una posibilidad que es Petro. La posibilidad del voto en blanco me parecía como lo dije que favorecía al candidato de Uribe, entonces me parecía que, a pesar de mi disgusto por Petro, yo iba a votar por él.

P: Estoy pensando a esta entrevista y en estos cuatro años que se vienen para Colombia. ¿Usted como los ve?

R: Pues bastante mal por todo que representa Uribe y el Uribismo, para empezar el incumplimiento y la destrucción de los pactos de paz con la guerrilla de las FARC, que no son la paz en Colombia por supuesto, pero esa paz con las guerrillas tiene muchísima importancia. Y eso se rompe, eso se incumple y eso puede tener consecuencias muy graves de orden público. Y naturalmente la interrupción que probablemente vendrá de las conversaciones con el ELN mismo. Eso para empezar, pero no solo en ese sentido me parece dañino el uribismo, me parece también dañino en el sometimiento en los caprichos de los Estados Unidos en la renovación de la lucha contra las drogas, mediante el glifosato y mediante la prohibición de la dosis mínima. Es decir, es repetir todos los errores que se han venido cometiendo en los últimos 40 años en el tema de las drogas que es un tema fundamental para Colombia, porque es lo que alimenta todas las violencias. El dinero de las drogas, que es un dinero gigantesco por el único hecho de que las drogas están prohibidas por el capricho imperial de los estados unidos. Eso es muy largo y llevo 40 años diciendo exactamente los mismos cosas todas las semanas.

P: ¿Y no lo han escuchado?

R: No, no me han escuchado, pero curiosamente en los últimos años, Juan Manuel Santos ha sido el único gobernante latinoamericano del mundo que ha dicho que la guerra contra las drogas es una insensatez, siendo gobernante, y no cuando ya se ha retirado como lo han hecho tantos mexicanos, brasileños y afganos. El único que lo ha hecho estando en el poder.

P: Uno de sus ministros Alejandro Gaviria ha defendido …

R: Bueno pero una cosa son los ministros y una cosa son los presidentes. Es decir, muchos ministros en Portugal, en Brasil, ha habido ministros que han dado por fracasada la política contra las drogas, incluso en los Estados Unidos. Pero el único jefe de estado que se ha atrevido a decirlo públicamente ha sido Juan Manuel Santos. Y eso hay que reconocérselo.

P: ¿Había usted un balance positivo del gobierno Santos?

R: No, sería un balance más bien negativo, pero no tan negativo como lo hago de los otros dos gobiernos. Pero es decir Santos es un político neoliberal sometido a los Estados Unidos en prácticamente todo, salvo en ciertos aspectos de la lucha contra las drogas. Y a mi el neoliberalismo me parece que ha sido muy dañino desde que impera en el mundo, es decir desde hace 40 años aproximadamente.

P: ¿Y hacia donde se debería a ir?

R: Hacia … Digamos en el ultimo siglo o siglo y medio, lo único que ha tenido en resultados positivos para la mayor parte de la gente ha sido la socialdemocracia como se ha practicado en Europa occidental entre el final de la guerra mundial y los anos 80, es decir esos 40anos. Yo creo que ese es el camino, el socialismo real como se llama fue un fracaso sangriento y terrible, y el capitalismo real también. Yo creo que solo la socialdemocracia ha dado recetas útiles para todo el mundo.

P: ¿Y quienes acá representan, si usted tuviera que elegir dos o tres personas que representaran a esa socialdemocracia?

R:  Nadie, aquí no veo ninguno.

P: ¿Y usted que estudiaba la historia, que estudiaba las oligarquías, porque cree que no sale ese tipo de gente, por qué no existe?

R: Pues no existe acá pero tampoco existe en la mayor parte del mundo, eso funcionó 40 años en los países de la Europa occidental, no existe en los Estados Unidos, ni en los demás países de América Latina ni en los países asiáticos o africanos. Tal vez en Australia, pero Australia puede ser considerado un país de la Europa Occidental. (riendo)

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