Las palabras y las cosas

Publicado el Diego Aretz

Nora Riani sobre la Eutanasia y el papel de la medicina en la Bioética en Colombia.

 

Ha sido muy difícil hacer entender a la Corte la importancia de dar una muerte digna.

¿Quién es la doctora Nora Riani? Es médica cirujana especialista en pediatría de la Universidad de Rochester en Nueva York con máster en bioética de la Universidad de Valencia, actualmente se desempeña como asesora científica en la clínica de Versalles y es líder de comité de ética, bioética y de convenios docentes sociales, también ejerce como pediatra y es miembro del Consejo Nacional de bioética y por supuesto vamos a hablar de su trabajo, de su visión de la bioética, de su visión ante lo que está sucediendo, también frente a estos temas en Colombia particularmente la eutanasia que es un tema de estudio muy importante para la Doctora Riani.

He sido una médica clínica toda la vida y a raíz de la sensibilidad que tengo por el enfoque en los niños, las familias y por mi inclinación de cuidar a los que envejecen me despertó la inquietud y descubrí la ética o bioética clínica o ética biomédica, realmente es un campo extenso porque hay varias áreas como lo es; la ética médica, la ética en el ejercicio de la profesión como cuando hay dilemas al manejar pacientes y sus familias. Es así como todo esto de los comités de ética de investigación sirven para que nosotros los médicos hagamos las investigaciones con sumo respeto por los pacientes y por los participantes de las investigaciones, y todo lo que conllevan sus derechos, en el respeto a la vida donde se desprende en esta gran disciplina. Más adelante en mi edad madura, en mi práctica y experticia he complementado la formación de cuidados paliativos generales y me he enfocado en pediatría. Realmente fue una gran oportunidad haber sido escogida después de la convocatoria para el primer Consejo Nacional de Bioética con designación presidencial y aquí estamos para servir al país en cuanto a concierne a estas inquietudes.

Hagamos una especie de cronología de la discusión bioética en Colombia, ¿Cómo ha sido esa discusión? digamos ¿Cómo entran estos temas en la agenda pública y cómo enfrentan el tema los médicos y las médicas en momentos como la pandemia?

A partir de la perspectiva en el ámbito de la salud en Colombia desde los años 60 venimos manejando estos temas porque los avances técnico científicos de la medicina en Colombia están muy de la mano a pesar de ser un país en desarrollo, tenemos un excelente sistema, ya que tiene mucho acceso a salud y de ahí empiezan los dilemas en cuanto a qué hacer, hasta dónde hacer cuando los pacientes entran a las UCIS, pero en los 90s empiezan estos temas que ya ponen en contraposición lo que se hace en el acto médico y lo que son otros procedimientos que los médicos no ven como deber de ellos el aborto, la eutanasia e inclusive antes de la pandemia temas como la castración hormonal de los niños que no se identifican con su sexo biológico. Finalmente fue la pandemia la que nos puso el reto en cuanto a poder obrar lo mejor posible, cuando hay escasez de recursos, puesto que hubo un rebosamiento de necesidades de recursos en un momento dado, en cualquier parte pueden ser cortos para la cantidad de enfermos que están necesitando recibir unos servicios que técnicamente por el alto nivel de complejidad no alcanzaban.

Entonces claro que la bioética ayuda muchísimo. Una bioética muy consolidada que no es relativista, bien argumentada en la lógica, en el respeto por la realidad científica, para poder deliberar, discernir y analizar elementos bioéticos, nos ha ayudado muchísimo como ciudadanos a entender estas dinámicas y a tomar las mejores decisiones.

Constantemente las médicas y los médicos se enfrentan a estas preguntas en las salas de urgencia, hoy recientemente uno ve en casi todos los lugares que le entregan a las personas un formulario de consentimiento informado, pero se pregunta ¿Qué retos hay respecto a la medicina, en un país (Colombia) con una dificultad educativa tan grande? Y ¿Cuál es el papel del “consentimiento informado”?

La verdad es que el educarse en temas médicos es difícil para el público porque muchos tendrán acceso a lo que justamente llamamos doctor Google que es el “consultar con la máquina” pero realmente en la formación básica todos deberíamos recibir dentro de los cursos de biología en bachillerato unas bases muy generales de biología humana, pero realmente es muy difícil de entender para una persona que no es profesional de la salud. Entonces, el consentimiento informado es un método que le permite al médico compendiar y transmitir una cantidad de información, y que el paciente pueda entender lo suficiente para aclarar sus dudas, entender los riesgos y firmar que ha sido informado y entender lo que se ha leído. El objetivo del médico es transmitir de una forma bien comunicada, deliberada y persuasiva lo que él cree que es mejor para el paciente, llegando a saber que el -consentimiento informado- es como una herramienta para proteger al médico de la parte “médico-legal” y hacer saber que hizo respetar los derechos del paciente de estar informado, es así el acto del intercambio comunicativo más valioso en la relación médico-paciente.

Pensando un poco en la eutanasia que ha sido un tema que usted ha tratado mucho, estos diálogos son para no caer en el estar a favor o en contra que es tan común en este tipo de discusiones que no llevan a nada, desde el Consejo de lo que se trata es precisamente fomentar un diálogo honesto y profundo con distintos actores. Le pregunto ¿Cómo ha avanzado la discusión y la legislación sobre la eutanasia en Colombia? ¿Cómo se está leyendo la eutanasia en Colombia? en todo sentido el avance no sólo legislativo sino también cultural.

De alguna forma tenemos la responsabilidad de ser líderes en estos conceptos bioéticos y la ética clínica, teniendo la claridad además desde la perspectiva de mujer y de profesional médica, etcétera. Principalmente debemos entender que los Derechos Humanos son lo primordial y que dentro de estos tenemos la mejor atención hacia la vida durante todo su transcurso desde la concepción hasta la muerte, es donde hay cabida para tratamientos médicos en el cual debemos abrazar al enfermo, donde el que sufre sienta que no está solo, porque “tenemos dignidad, aunque nos la quieran quitar”. Si podemos garantizar que el dolor y el sufrimiento está bien atendido y podemos garantizar que toda muerte va a ser digna en Colombia, el tema de la Eutanasia, de quienes están a favor o en contra se vuelve secundario, porque vamos a tener todos los recursos para que se sientan bien atendidos y respetados en sus derechos hasta su muerte digna. En conclusión, hemos avanzado bastante ya que ha habido varios foros, audiencias, mucha deliberación y la oportunidad de hablar, lo faltante es poner estos temas sobre la sociedad civil para que entiendan el tema más de cerca.

Hablando un poquito de esta reflexión frente a lo que ha sucedido recientemente que ha tenido discusiones en la Corte Constitucional, ¿Cuál ha sido su postura sobre la ley de cuidados paliativos? ¿Cuál es su reflexión planteada por esta ley y su implementación?

Desde el 2014 tenemos la ley Consuelo Davis de cuidados paliativos y sin embargo en los registros internacionales de medición y de implementación de cuidados paliativos muestra que Colombia está muy atrasada y el ministro de salud que es el ejecutivo al cual responde todo el sector salud tiene la obligación de regular las leyes que son pertinentes. Sin embargo, a esta ley no se le ha dado la importancia que merece, ya que no todas las EPS tienen sistemas de cuidados paliativos, no hay servicios bien articulados de hospitalización en casa, en las áreas rurales la situación es muy dura. Así que, si la ley de cuidados paliativos tuviera mayor importancia y se encontrara bien implementada, estaríamos mucho mejor. A diferencia de esto la Corte Constitucional ha sido muy insistente en tratar de imponer a los médicos los servicios de salud en los hospitales, unos procedimientos que si uno analiza desde la lógica y filosofía médica no son terapias, ha sido muy difícil hacer entender a la Corte la importancia de dar una muerte digna.

Consejera Nora hay un tema y es el trabajo suyo directo en el Consejo Nacional de Bioética como consejera cuéntenos un poco también de su trabajo ¿Qué es el trabajo que se hace en el Consejo? ¿Para qué se hace? ¿Cuáles son las búsquedas que tiene? Y por supuesto ¿Cómo ha sido su experiencia como consejera? ya un año como consejera nacional de bioética.

Llevamos un año desde que hicimos el juramento, primero que todo es abrir camino porque es el primer Consejo Nacional de Colombia, pues ya otros países de Sudamérica lo tenían, pero nosotros hemos avanzado muchísimo en organizarnos internamente para también tener una función consultiva y educativa para toda la sociedad civil.

¿Cómo lo hemos hecho? Con documentos que hemos socializado, divulgado ampliamente, lo hemos hecho con conversatorios muy bien estructurados de temas clínicos, como el de las vacunas contra el COVID-19, el tema de cuando se superó la oferta con la demanda de pacientes como sucedió en España y en Italia eso lo alcanzamos a percibir aquí y no llegamos a tener una situación tan catastrófica. Hemos hablado de las enfermedades prevenibles en espacios educativos de amplio acceso al público y que han quedado allí. El objetivo es siempre seguir adelante tratando de servir y de llegarle a los que más podamos como consejeros de esa forma consultiva y educativa.

Cuando uno piensa en el futuro de la bioética y viendo temas que hacen parte de la agenda pública, como: el consentimiento informado, la interrupción voluntaria del embarazo, la eutanasia, el glifosato, realmente casi que uno se pregunta ¿Dónde no están las discusiones en bioética? Y ¿Qué dificultad tienen desde el Consejo abordar estos temas?, ¿Cómo ve también desde la ciencia, desde su trabajo, desde la experiencia estos tiempos que vienen? No solo los que acabamos de ver, que fueron tremendos sino también los que vienen.

Un aprendizaje que hemos tenido ha sido la frustración de no llegarle a más colombianos, quisiéramos escuchar más, compartir más las inquietudes y poder trabajar más en ellas de una forma comunicativa y directa, para poder llegar a la rama ejecutiva, dónde se van a tomar finalmente decisiones de políticas donde los temas bioéticos pueden ayudar al bienestar de los colombianos.

¿Cuáles son las reflexiones que está teniendo en este momento? ¿Qué está leyendo? ¿Qué está escribiendo? ¿Dónde está realmente su agenda en este momento? y ¿Cómo compartimos también ese lado humano? ¿Qué está pensando y construyendo también?

Bueno ahorita justamente estoy leyendo un libro sobre “La medicina que hace daño”. Es una crítica de un abogado norteamericano que critica las líneas tradicionales de bioética, las corrientes tradicionales de vivir y he aprendido mucho a cuestionar lo que hacemos en la bioética, puesto que no todo por ser bioética es ético e impacta en el contexto que estamos viviendo; que es la época de la Medicina que hace daño y cómo eso de cierta forma está promocionado por algunos grandes en bioética. Afortunadamente somos muchos más los humanistas. Entonces estoy trabajando en profundizar y en el ámbito de medicina con los temas de empatía y compasión para que las personas no se sientan vulnerados en sus derechos, sobre todo las poblaciones más vulnerables. Tenemos mucho que hacer por la maternidad, por los niños, por las personas mayores, por los grupos discriminados, entre otros, porque estamos para servirle a todos.♦

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Diego Aretz es un periodista y activista Colombiano, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal, ha sido jefe de comunicaciones del Festival Internacional de Cine de Cartagena y es el Jefe de Comunicaciones del Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos. Así mismo es jefe de comunicaciones del Consejo Nacional de Bioética.

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