Las palabras y las cosas

Publicado el Diego Aretz

Ministro Encargado

Para todo el sector de la cultura en Colombia ha sido una sorpresa negativa los planteamientos que Gustavo Petro ha presentado sobre la cultura al  país, la falta de compromisos serios, comprensión profunda y diálogo con un sector históricamente de izquierdas. A casi un año del inicio de su mandato deberíamos hacer algunas preguntas.

Al gobierno le ha faltado comprender y acercarse a las artes, que fueron en gran medida las que le prestaron la estética y buena parte del discurso para llegar al poder.

Hace poco en la Feria Internacional del libro de Bogotá la inasistencia del presidente (primer presidente en no asistir a la inauguración en la historia de la FIlbo) deja una especie de confirmación extraña sobre un patrón que parece repetirse y que quisiera exponer. 

La salida poco menos que ninguneante a Patricia Ariza, y las sucesivas cartas que la ex ministra le ha enviado al presidente, publicadas por la revista Cambio. Muestran también un vínculo roto con un sector dentro del sector de la cultura; que es el teatro, quizás el sector menos apoyado en la historia del ministerio de Cultura. Patricia Ariza también fue un pacto simbólico con una generación de artistas que le apostó a la vida después de todo, un sector extremadamente comprometido con los cambios sociales y que NUNCA tomó las armas. Su salida sin muchas más palabras, es una manera poco elegante de cerrar ese pacto y por supuesto dejó preguntas aún en las personas más cercanas al gobierno.

El ministro encargado Zorro, que parece ser el ministro que le da confianza a Petro…no le da tanta confianza, no es posible dejar tantos meses a un «ministro encargado» sin que hayan preocupaciones profundas de si es la decisión acertada. En cada evento del ministerio llega ese penoso momento protocolario en que nadie sabe cómo dirigirse al Ministro sí «señor ministro encargado»o «Ministro Zorro». La confusión es la punta del iceberg de la gran confusión con la cultura que tiene el presidente. 

Desde hace muchos años el sector de la cultura ha insistido con innumerables voces, empezando por Gabo, que la verdadera transformación, el verdadero cambio que requiere Colombia solo es posible con la cultura, y eso solo es posible con las personas que dedican su vida y su corazón a la cultura. No es posible realizar ese cambio con un ministerio al cual no se le da la altura, la dimensión y el respeto que debe tener.

Para las personas que llevamos trabajando años en este sector es claro que ningún gobierno ha tenido una mirada profunda de la cultura, un conocimiento extenso en alguna rama o un acercamiento honesto a algún arte. Resumiendo podríamos decir que no hemos sido liderados por hombres especialmente cultos, tampoco por personas que reconozcan en la riqueza de las expresiones culturales algo más que mecanismos de propaganda. 

La poca importancia que le da este gobierno a la cultura debería recordarnos el para qué de la cultura. La cultura transforma a los humanos para ser mejores humanos, los transforma también para poder ver y poder escuchar, muchas veces la falta de cultura lleva justo a eso, a no poder ver y no poder escuchar.

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Diego Aretz es un periodista y activista Colombiano, candidato a master en reconciliación y estudios de paz de la Universidad de Winchester, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal, colaborador de El Espectador.  Director de la ONG Por la Frontiere.

 

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