Para Gustavo Petro no ha sido fácil abordar la realidad que debe afrontar su partido, pero sobre todo su proyecto personal, un proyecto lleno de ambiciones históricas, sueños, deseos largamente frustrados. Pienso a veces que las personas sumidas en esas tragedias políticas que él ha vivido toda la vida, no les queda otro remedio que apelar a seudologias fantásticas para seguir andando, a Utopías que al final de cuentas no logran cumplir, pero para las cuales preparan una batería de discursos, porque el problema no es fracasar, el problema es reconocer que se fracasa.
“El problema no es fracasar, el problema es reconocer que se fracasa.”
Vamos casi un año de intentos reformistas, intentos que no expondré en detalle en esta columna, por lo basto de la tarea y porque no es el propósito de este texto.
Los intentos han sido frustrados por muchas cosas pero sobre todo porque las fuerzas tradicionales con las que Petro pactó para llegar, le dieron la espalda en casi todas sus reformas, algunas de estas fuerzas argumentan precariedad en las propuestas, no son pocos los gremios y sectores extremadamente alarmados por las propuestas de Petro, no son solamente en el lado derecho de esta democracia, también en el centro y la izquierda tiene muchas voces en contra, el primer gobierno que llegó con la izquierda al poder, pero que no es fácil leerlo en ninguna matriz clara del izquierdismo latinoamericano.
Su mayor aliado en la política tradicional Roy Barreras, un zorro viejo de la política Colombiana, que por años fue el símbolo del pragmatismo, debe hacer un paso al costado pues sus logros en el congreso fueron escuetos, si juzgamos por sus resultados pareciera que estaba trabajando contra el proyecto Petrista y no a favor.
Petro ha tenido aciertos que todos deberíamos reconocer; la apertura de la frontera con Venezuela, el intento general de diálogo con el ELN. Pero son pocas cosas, cosas obvias que no requerían ni una gran estrategia ni grandes capacidades políticas, voluntad política tan solo. En materia internacional es un líder respetado, en la medida del mediano poder y el lugar que ocupa Colombia en el mundo. Naturalmente que en un mundo de “nueva guerra fría” como lo ha dicho Stiglitz, los poderes internacionales buscan nuevos aliados y moverse en río revuelto…irónicamente Putin con su posición en Ucrania ha “subido el valor” de países como Colombia, lo que podemos aprovechar para negociar nuestras posiciones y lo que en efecto Petro está haciendo.
Creo que hay un contraste grande con varios ex presidentes de Colombia, casi todos habían tenido experiencia de Estado antes de llegar a la Casa de Nariño, eran presidentes que habían sido ministros o habían tenido cargos de mucho nivel en el Estado, y en cualquier empleo la experiencia es LO MÁS importante. Por la historia de las izquierdas en nuestro país, por la falta de integrar posiciones diversas de parte de los gobiernos durante décadas, pocos líderes de izquierda fueron integrados en los gobiernos de Colombia.
Creo que las cosas no van bien para el gobierno, afortunadamente creo que van mejor para Colombia, algo que también se le puede anotar a Petro es no haber desarmado el Statu Quo en casi un año de gobierno, si no mejora la situación para todos, al menos no la empeora. La mala parte de eso es la desigualdad que sin tregua azota a la mitad del país, y contra la cual no estamos haciendo mucho.
Gustavo Petro tiene un reto complejo que se auto impuso y que lo llevó a la presidencia; “transformar el país” ser el “gobierno del cambio”, llevamos 9 meses y siendo serios debemos reconocer la dificultad de la tarea y los pocos resultados. Hay dos posibilidades para Petro en el futuro; una que haga más modestas sus ambiciones, que para lograr avances concretos, asuma la dificultad de los cambios que requiere el país, la otra es que fracase en utopías no cumplidas, y que se vuelva al final, el mejor argumento de las fuerzas retardatarias.♦
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Diego Aretz es un periodista y activista Colombiano, candidato a master en reconciliación y estudios de paz de la Universidad de Winchester, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal, colaborador de El Espectador. Director de la ONG Por la Frontiere.
Diego Aretz
Diego Aretz es un periodista, investigador y documentalista colombiano, máster en reconciliación y estudios de paz de la Universidad de Winchester, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal y colaborador de El Espectador. Ha trabajado con la Unidad de Búsqueda y con numerosas organizaciones defensoras de DDHH.