Con la cop16 Colombia se abre a un evento global, quizás el evento de mayor envergadura en el país desde la firma de los acuerdos de paz con las Farc en Cartagena hace varios años. Cali es la ciudad que tiene la fortuna y la gracia de albergar este evento, es un evento que debería plantear muchas preguntas de cara al desarrollo de las próximas dos décadas en el país, no solo en el turismo verde y las infinitas posibilidades que Colombia tiene en ese camino. También en la transición energética y las salidas definitivas a los conflictos internos, es hoy más que claro para todos los y las colombianas, que el conflicto interno; las guerrillas, los paramilitares y los narco-grupos nos hacen un daño colectivo.
Hoy debe haber un consenso en que los grupos anacrónicos que intentan gobernar regiones del país como el Cauca, el Catatumbo o Arauca…deben ser desmontados por el dialogo o por todos los medios posibles para poder consolidar un país dividido en una geografía imposible.
El oro verde es quizás el verdadero “dorado” de la promesa de estas tierras, las densas selvas, paramos, ríos y mares de nuestro país, unido a nuestra posición geográfica y nuestra biodiversidad significan recursos concretos y de magnitud para los presentes y futuros colombianos.
Hay varias cosas a priorizar pero debemos celebrar que hoy contamos con especialistas posicionados en las más altas esferas del ambientalismo global, son esos líderes técnicos los que deben ser tenidos en cuenta para la formulación de políticas asertivas, en este y otros gobiernos.
Hay dos aspectos jurídicos que también hay que celebrar, la participación de las comunidades en las decisiones ambientales, decisiones de enorme importancia para el país, las comunidades deben estar en el centro de estas decisiones, pero es un reto complejo, porque el país tiene que pensar siempre en los avances colectivos y el bienestar general. Los gobiernos deben volverse audaces a la hora de construir consensos en que el país y las comunidades logren avanzar conjuntamente, no puede ser una sin la otra y viceversa. Otro aspecto es leyes claves como la ley 70 y todo lo que les permite a las comunidades frente a su autonomía y su gobierno, hay que recordar que son esas comunidades las que se encuentran en los territorios más preservados de nuestro país.
La cop16 es una oportunidad maravillosa para Cali, tan afectada durante el estallido social, tan deprimida luego de la Pandemia. La he visitado recientemente y es evidente el optimismo de los caleños, las inversiones para la ciudad, la cop16 también fue una oportunidad para mejorar la seguridad de la ciudad y el control de una región para el Estado.
El ministerio de ambiente habla de un futuro donde 500 mil nuevos empleos se abren en estas agendas en el país, las universidades tienen un reto también, ¿Cómo subirse a esta ola verde que puede ser una bendición para el país?.
Hace unos días en un evento en la semana del clima de Nueva York que tuve la alegría de cubrir, alguien hablaba de Colombia, decía que “Dios quiere a todos los pueblos del mundo por igual, pero que cuando va de vacaciones elige Colombia”. Quizás sí, quizás después de tantos años de guerra y desigualdad, nuestro país tiene un momento en el que todos debemos subirnos y apostar.
Diego Aretz
Diego Aretz es un periodista, investigador y documentalista colombiano, máster en reconciliación y estudios de paz de la Universidad de Winchester, ha sido columnista de medios como Revista Semana, Nodal, El Universal y colaborador de El Espectador. Ha trabajado con la Unidad de Búsqueda y con numerosas organizaciones defensoras de DDHH.