La vaca esférica

Publicado el eltrinador

Los Zombis de la vida real.

Uno de los mejores videojuegos de los últimos años es “The last of Us”. El juego, para aquellos que no lo conocen, se desarrolla en medio de una gran epidemia de una enfermedad causada por un hongo que ataca el sistema nervioso del infectado modificando radicalmente su aspecto físico y psicológico convirtiéndolo, prácticamente, en un zombi.

Estados de la enfermedad producida por el hongo en el videojuego "The last of us"
Estados de la enfermedad producida por el hongo en el videojuego «The last of us»

La idea de un microorganismo que infecta el sistema nervioso central, también mostrada por otros productos de ficción desde películas (World war Z, Resident Evil) hasta series de televisión (The walking dead), resulta muy común en el mundo real.  La verdad, muchas de estas historias han sido inspiradas por casos que podemos encontrar en la naturaleza.

El hongo que devora cerebros.

El caso puntual de “The last of us” fue inspirado por los síntomas de los parásitos del género Ophiocordyceps del cual existen unas 400 especies atancando tanto a insectos como a otros artrópodos. Después de alimentarse de los tejidos de su hospedero, llega a su cerebro y modifica su volutad. Para asegurar su reproducción, el hongo hace que su hospedero suba a un sitio alto para luego matarlo y crecer sobre su cadáver produciendo setas y luego esporas que, desde las alturas, infectan a otros desafortunados.

Un parásito casi tan grande como su hospedero.

Afectado una gran cantidad de insectos, los gusanos del género Paragordius dejan sus huevos en el agua para ser consumidos por sus víctimas. Después de eclosionar dentro del hospedero, una simple cría del gusano consigue crecer hasta convertirse en un buen porcentaje del peso de la víctima. Una vez su desarrollo está completo, se apodera del sistema nervioso del insecto y lo induce a lanzarse al agua. Entonces, el gusano emerge del cuerpo de la víctima, dejándolo sin vida y colocando huevos para contagiar a nuevos insectos.

El parásito que produce vampiros.

El gusano Dicrocoelium dendriticum tiene un ciclo vital donde infecta principalmente a tres tipos de animales. Inicia su vida luego de emerger de sus huevos, inicialmente en heces de vaca y que son tragados por caracoles y allí comienza su etapa juvenil. El sistema inmune del caracol intenta deshacerse de ellos aislándolos en quistes que son esparcidos por la yerba. Antes de ser secos por el Sol, estos quistes son tragados por las hormigas pues corresponden a una fuente muy buena de agua.

Una vez en las hormigas, el parásito buscará llegar a una nueva vaca asegurándose que su hospedero no muera en el intento achicharrado por el Sol. Para ello, espera al anochecer para tomar el control de la mente de la hormiga y la lleva al césped aguardando ser tragada por alguna vaca. Si el intento no da frutos, no hay afán, cuando el Sol aparece la hormiga reacciona y regresa a la colonia a seguir su vida normal. La hormiga infectada seguirá, sin saberlo, su itinerario nocturno hasta ser tragada por una vaca.  Una vez en el rumiante, el ciclo comienza de nuevo.

Las larvas que causan el síndrome de Estocolmo.

Otro caso perturbador, lo representa las avispas parasitoides de las cuales, se estima, pueden haber hasta 800.000 especies. Uno de los géneros más estudiados es el Glyptapanteles cuyas hembras depositan sus huevos en ciertas especies de orugas. Sus crías nacen y crecen en el cuerpo de esta última sin matarla.

Al llegar el momento de la formación de pupas, la mayoría de las larvas emergen del cuerpo de la oruga mientras que otras consiguen dominar su cerebro. La oruga, entonces,  deja sus comportamientos normales como comer y esconderse de depredadores para, deliberadamente,proteger a las pupas de avispa de depredadores externos. Eventualmente, la pobre oruga muere de hambre.

Los parásitos más coloridos del reino animal.

Otros parásitos no sólo modifican las características psicológicas de su víctima sino que incluso su aspecto físico. Algunos caracoles en América del Norte sufren del ataque del gusano Leucochloridium paradoxum. Que se desarrolla en las antenas del caracol modificando su color y haciéndolas parecer orugas. Asimismo, modifican su comportamiento haciéndolo que prefiera lugares abiertos y visibles para las aves.

Cuando un pájaro encuentra el caracol y lo confunde con una apetitosa oruga, se lo come. El parásito, ya en el intestino del ave,  coloca sus huevos que posteriormente son diseminados a través de los excrementos del animal volador. Este excremento, una de las comidas preferidas de los caracoles, será la trampa para contagiar a nuevas víctimas. Sutil.

El parásito que modifica el comportamiento humano.

Existe un parásito que, aunque en general tiene efectos leves en la psicología humana, puede alterarla de manera importante. Algunos estudios parecen indicar que puede afectar a casi un 20% de la población y aunque el sistema inmune lo mantiene latente sin inducir complicaciones, puede estar asociado a sentimientos de propensión al suicidio, neurosis y esquizofrenia. Se trata del Toxoplasma gondii un microorganismo que puede reproducirse sexualmente únicamente en el intestino del gato común y de manera asexual en otro tipo de mamíferos como ratones y seres humanos.

Como el gato es el único huésped en el cual puede reproducirse sexualmente, el T. gondii siempre buscará infectar a uno. Si el microorganismo, a través de comida contaminada por heces de animales enfermos, ha infectado un ratón, buscará llegar a su cerebro para modificar su comportamiento haciéndolo más susceptible a ser atrapado por un gato. Así, el ratón perderá su miedo al olor de la orina del felino, responderá de manera más lenta a estímulos y buscara lugares abiertos. Se convertirá en presa fácil. El gato, finalmente se comerá al ratón y quedará infectado.

La infección de humanos por el T. gondii es netamente casual. Cualquiera de nosotros puede contagiarse si la comida tuvo contacto con heces de un animal infectado (usualmente un ratón) y no fue adecuadamente esterilizada. La incidencia de este microorganismos en casos de esquizofrenia es tan significante que algunos fármacos recomendados para su tratamiento, en realidad buscan matar el T. gondii como el Haloperidol.

El T. gondii también es conocido por causar complicaciones en el embarazo. Sin embargo estas son posibles generalmente solo si la madre contrae el parásito durante la gestación siendo un problema menor si ella, aunque con el parásito, posee suficientes anticuerpos para contrarrestarlo. En últimas, los efectos del parásito aún son objeto de estudio y la mejor forma de luchar contra él es realizar un tratamiento aséptico adecuado a nuestros alimentos.

Todos los ejemplos, nos muestran los asombrosos resultados de la selección natural. Muchos de estos parásitos han atacado a su huésped desde hace millones de años evolucionando junto con él e incluso acoplándose a animales con un metabolismo similar. Aún quedan muchas especies de parásitos por descubrir y de la misma manera que el ébola, animales salvajes en lugares recónditos pueden ser fuentes de nuevas y exóticas especies de parásitos esperando a ser transmitidos. Quien sabe, alguno puede ser como el de “the Last of us”.

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