La vaca esférica

Publicado el eltrinador

¿Cuándo se rebelarán las máquinas?

Estamos a puertas de una revolución que nosotros mismos estamos construyendo. Actualmente, millones de máquinas trabajan para nosotros y los investigadores intentan hacerlas más versátiles dándoles algunas habilidades humanas como reconocer su entorno, aprender, de moverse y de hacer tareas, a veces, mejor que nosotros.

Estas habilidades que, hasta ahora, nos han ayudado a ser la especie más exitosa del planeta podrían ser utilizadas en nuestra contra. Por esto, varias personas, como Stephen Hawking o algunos medios de comunicación como the new york times o the guardian, han planteado la posibilidad de cuando las máquinas superen nuestras habilidades físicas y mentales y tomen la decisión de competir por recursos, acabaremos en la extinción de la misma forma que el Homo Neanderthal sucumbió a nuestra especie ¿Serán los robots el siguiente paso de la evolución y seremos nosotros la especie extinta? o por el contrario ¿Encontraremos una forma de convivir con máquinas y esta rebelión será simplemente una historia fantástica?

Conflictos con robots ha sido el argumento de varias historias en el cine y la televisión
Conflictos con robots ha sido el argumento de varias historias en el cine y la televisión

El momento que temen los fatalistas, es la «Singularidad». Es decir, el instante en el que se diseñe una máquina con una inteligencia mayor a una persona de manera que pueda producir máquinas más inteligentes que ella y estas a su vez, máuinas cada vez más inteligentes que en algún momento entenderán que la raza humana es una competencia y debe ser exterminada.

En Mayo de 1997 pareció llegar el momento en que las máquinas fueran más inteligentes que los humanos. Por esos días, un software de inteligencia artificial llamado Deeper blue, funcionando en uno de los computadores más potentes hasta entonces, derrotó en un encuentro de Ajedrez a Gary Kasparov, campeón mundial vigente.

Hubo una avalancha de medios de comunicación para registrar el evento pero al finalizar el encuentro, sólo uno de los jugadores, Kasparov, dio declaraciones. La razón era sencilla, la super-computadora programada para vencerlo no era lo suficientemente inteligente como para responder las preguntas de los periodistas. Esperaron encontrar una máquina con conciencia o capaz de interactuar con una persona, pero lo que en realidad era Depper Blue era una calculadora programada para, dada una posición, resolver las mejores jugadas posibles.

Los avances en Estados Unidos

Desde entonces, la carrera por producir maquinas con características humanas no ha parado. El los últimos años hemos hecho avances importantes. La investigación en Estados Unidos  ha sido promovida, por universidades y organizaciones militares como DARPA. Dentro de los principales proyectos, cabe destacar algunos como ATLAS que consiste en un robot especializado en caminar sorteando dificultades como desniveles o empujones

También puede destacarse Cheetah, un robot desarrollado por el MIT que imita el movimiento cuadrúpedo de alta velocidad teniendo la habilidad de reconocer y superar obstáculos de manera autónoma.

Uno de los avances con aplicación más directa es el automóvil que se conduce a sí solo. Varios conceptos se han desarrollado al rededor del mundo y google es uno de ellos. El gran avance de este tipo de dispositivos es la capacidad de adaptarse a un entorno cambiante e incluso de interactuar con él.

Los avances en Japón

Sin embargo, en cuanto a robots que puedan interactuar con personas, la vanguardia es marcada por Japón pues es importante la preocupación de los japoneses por encontrar sistemas que ayuden, en sus tareas, a una población que envejece cada vez más.

El robot NAO, desarrollado por la compañía japonesa Aldebarán es una máquina liviana que puede realizar tareas básicas como una caminata aunque no tan sofisticada como el ATLAS, además de reconocer palabras y realizar conversaciones simples. Su inteligencia puede ser modificada libremente pues su sistema operativo es de código abierto

El desarrollo más importante en la actualidad es el robot ASIMO desarrollado por Honda. Liviano y versátil, este robot puede realizar conversaciones simples, interpretar lenguaje de señas, caminar reconociendo y superando obstáculos, bailar, saltar en un pie y coger objetos apretándolos lo suficiente como para no destruirlos ni dejarlos caer. En todos estos aspectos, ASIMO marca la pauta y ha significado un gran avance en la ingeniería.

La inteligencia colectiva

En películas como Terminator, no se habla de un organismo sólo que consigue una superioridad a los humanos sino a una inteligencia colectiva llamada Skynet. La idea es que, al juntarse muchas máquinas, aunque no muy inteligentes, si cada una ocupa una labor, podrían construir una inteligencia colectiva muy fuerte. Además de Skynet el famoso T1000, villano en Terminator 2, sería un ejemplo de esta idea. Este organismo, es constituido por pequeños minirobots y, según la película, puede tomar cualquier forma una vez que estos minirobots pueden auto-organizarse.

Dentro de las ideas de robots cooperativos, son famosos los equipos de fútbol de robots que han desarrollado una red de comunicación para desarrollar una táctica. Los principales problemas de estos equipos ha sido implementar su movimiento bípedo y patear, pero si se quita la restricción de que se muevan como humanos, se ha mostrado que poseen un interesante comportamiento social:

Por otro lado, en la universidad de Harvard ha dado los primeros pasos y ha implementado enjambres de robots que aunque son muy torpes, al actuar en conjunto pueden acomodarse a varias formas. El primer paso para tener algo como el T1000.

Cuando los robots tengan albedrío

A pesar de parecernos impresionantes, estos robots no podrían iniciar una rebelión pues muestran falta de albedrío y diferenciación entre lo bueno y lo malo. Los principales esfuerzos en el desarrollo de robots con «sentimientos» están enfocados en el desarrollo de algoritmos que permitan que la máquina «aprenda» de manera que entienda qué es bueno (para aprenderlo) y malo (para no volverlo a hacer).

El proyecto Leonardo del MIT en Estados Unidos, es uno de los más importantes. Este robot tiene la habilidad de reconocer colores, aprender a partir de incentivo o castigo y exteriorizar «sentimientos».

Sin embargo, sus diseñadores reconocen que está lejos detener pensamiento propio y lo que hace es porque fue programado específicamente para ello.

Los orígenes del pensamiento complejo

Nuestra incapacidad de construir una inteligencia artificial como la nuestra solo nos muestra lo poco que conocemos nuestro cerebro. La verdad es que aún estamos muy lejos de descubrir los pormenores en los que se basa nuestra inteligencia. Para resolver este enigma, actualmente se desarrollan investigaciones desde todas las áreas de la ciencia.

Lo que, por ahora, creemos es que el cerebro no es determinista, es decir, no esta determinado a comportarse de una y sólo una forma así como lo están los computadores actuales. Por el contrario, tiene algún mecanismo que lo dota de autonomía y le permite «rebelarse». Existen dos posibilidades: O nuestro cerebro está basado en el mecanismo de pensamiento usual de un computador y por su complejidad «emerge» un tipo de inteligencia especial o tiene un mecanismo totalmente diferente que aún no conocemos.

El mecanismo por el cual trabajan las actuales computadoras fue propuesto por el matemático inglés Alan Turing en 1945 (de él hable aquí). Según este mecanismo, un sistema basado en compuertas como un transistor, es suficiente para resolver cualquier problema que pueda ser implementado por algoritmos aritméticos: sumas, restas y comparaciones. Esta sistema de compuertas fue llamado, posteriormente «Máquina de Turing determinista» y con determinista me refiero a que dada una orden, el computador llevará un proceso perfectamente definido y no se saldrá del guión. En pocas palabras, las máquinas de Turing no pueden inventar cosas.

Un ejemplo sencillo es un problema matemático:

  • Encontrar un número impar que sea suma de dos números pares.

La manera natural de resolver el problema es observar todos los números empezando desde 0, uno por uno, hasta encontrar uno que cumpla los requerimientos. Sin embargo, sólo la mente humana se dará cuenta que no existe este número. Si sumo dos números pares, siempre, obtendré un número par.

El humano es un tipo de pensamiento diferente al que usan las máquinas y que aún no entendemos.  Algo tan sencillo para nosotros, resulta algo imposible incluso para los computadores más potentes hasta ahora. ¿La razón? Según el matemático Roger Penrose, en su libro Las sombras de la mente: hacia una comprensión científica de la consciencia, definitivamente nuestro cerebro no funciona como una máquina de Turing. Si alguna vez se desarrolla una inteligencia artificial similar a la nuestra no puede ser una máquina basada en circuitos electrónicos.

El camino a los androides

Si queremos reproducir nuestra inteligencia, es necesario entender el funcionamiento mismo de la vida. Intentamos comprender los secretos de una red de neuronas pero aún nos falta mucho por descubrir sobre el funcionamiento de la neurona misma. Aunque nos acostumbremos a pensar que la inteligencia sólo es posible para organismos complejos como nosotros, la realidad es que algo tan simple como una celula o, incluso, una bacteria muestra características como comportamientos sociales, reconocimiento del entorno, toma de decisiones y adaptabilidad. Cosas que, ni el mejor robot actual ha podido desarrollar con un nivel similar.

Una bacteria huyendo de un fagocito. A nivel celular, podemos hablar de inteligencia.
Una bacteria huyendo de un fagocito. A nivel celular, podemos hablar de inteligencia mucho mejor adaptada que organismos más complejos. (imagen)

Es por esto que algunas de las investigaciones actuales se enfocan en producir inteligencia artificial no desde lo electro-mecánico sino desde lo orgánico. Algo así como androides. Ya he hablado algo sobre ingeniería genética aquí y cabe destacar que se han dado los primeros pasos al desarrollarse sistemas robóticos controlados por bacterias (ver aquí), de esta manera, estamos más cerca de algo así como el hombre biónico que de máquinas con pensamiento independiente.

El futuro de la inteligencia artificial

Por todo lo anterior, lo más probable es que las máquinas encuentren su lugar en nuestra sociedad no como nuestro reemplazo sino como nuestra ayuda. Las aplicaciones más visibles de las máquinas, actualmente, necesitan de la supervisión de una persona. Desde computadoras avanzadas que ayudan a un cirujano a hacer procedimientos médicos complejos como davinci, hasta avanzados drones como predator, utilizados en la guerra, han mostrado la eficacia de combinar inteligencia artificial con la humana.

A pesar del desarrollo de máquinas eficientes para jugar ajedrez, se ha mostrado que un sistema máquina-humano tiene el mejor desempeño. La evidencia está en el campeonato de estilo libre de este juego, donde cualquier combinación humano-máquina puede participar. En torneos de este tipo, simples aficionados con un par de laptops normales han derrotado a sistemas potentes de inteligencia artificial y a grandes maestros. El secreto está en utilizar la capacidad de cálculo de las máquinas en unión con la creatividad y abstracción humana. Como lo expuse anteriormente aquí, la tecnología, más allá de estar contra nosotros, se convertirá, cada vez más, en parte de nuestra vida.

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