Bogotá tiene muchos encantos que la hacen única: los imponentes cerros, parques y bibliotecas de todos los tamaños, la Orquesta Filarmónica y, por supuesto, la inigualable Ciclovía, una joya pulida durante 50 años, con la que se descrestan visitantes nacionales y extranjeros.
Bogotá tiene muchos encantos que la hacen única: los imponentes cerros, parques y bibliotecas de todos los tamaños, la Orquesta Filarmónica y, por supuesto, la inigualable Ciclovía, una joya pulida durante 50 años, con la que se descrestan visitantes nacionales y extranjeros.
Lo mejor es que este exitoso programa de la Alcaldía de Bogotá va más allá de sus 138 kilómetros de vías libres de automóviles, los domingos y festivos, cuando alrededor de 1.500.000 habitantes salen a practicar las más diversas actividades físicas y recreativas: ciclismo, trote, patinaje, caminata y aeróbicos, entre otras.
Además de ser considerado el parque lineal más grande del mundo, es tal vez, el único producto de exportación de la capital colombiana, pues varias ciudades, en todos los continentes, han implementado su versión de la Ciclovía, México DF, por ejemplo.
Pero más allá de sus impresionantes números, la Ciclovía tiene un ángulo social increíble, a saber, mediante la figura de prestación de servicios, contrata a estudiantes de primeros semestres de carreras profesionales, técnicas o tecnológicas, quienes encuentran en esta actividad un salvavidas económico para ‘coronar’ sus estudios.
Guardianes
Fotografía IDRD. 23 de noviembre de 2025, recuperado de https://www.idrd.gov.co/ciclovia/boletin-ciclovia
Este personal es conocido con el nombre de Guardianes de la Ciclovía. Siempre uniformados con prendas y bicicletas, mujeres y hombres, llevan los colores de la bandera de Bogotá, son los responsables de hacer los cierres y aperturas de las vías, vigilar los corredores y atender los incidentes en el transcurso de la jornada, que inicia a las 7:00 a.m. y termina a las 2:00 p.m. (Excepto la Av Calle 26, que tiene el horario de 6:30 a.m. a 2:00 p.m.).
Andrés Felipe Estupiñán Manrique, es uno de los 311 guardianes contratados por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte IDRD, en donde también trabajan 29 líderes de ruta y 15 profesionales administrativos, para un total de 355 funcionarios dedicados exclusivamente al correcto desarrollo del programa, que cobra vida los domingos, festivos y dos noches de ciclovía nocturna, en agosto y septiembre. (En estas se realiza el récord Guinness frente a la actividad recreo-deportiva con más duración que fue de 17 horas, el 7 de agosto del 2025).
Andrés Felipe Estupiñán Manrique no solo es guardián de la Ciclovía, también es un ciclista recreativo consumado.
“La ciclovía me ha dado la oportunidad de conocer la ciudad y las actitudes de la gente”, comparte Andrés Felipe, quién en casi cuatro años ha custodiado casi todos los corredores del programa: el circuito del Parque Nacional, tramos de la Avenida Calle 26, Avenida Séptima, Carrera 50, Avenida Boyacá y conexiones en barriales en las localidades de Kennedy, Bosa y el municipio de Soacha.
‘Pipe’, como lo llaman sus familiares y amigos, cursa sexto semestre de educación física, recreación y deporte, una carrera que conecta a la perfección con la razón de ser de la Ciclovía. Ingresó al programa inspirado por su hermano, quien también fue guardián y hoy es profesional titulado, gracias a las bondades de ese, su primer empleo formal.
La disciplina de los Guardianes
‘Pipe’, además de ser un escalador de los mejores, compite en criterium.
Es una gran responsabilidad: madrugar los domingos y festivos, formar en los puntos acordados entre 5:30 y 6:00 a.m. (´Pipe’ vive en Fontibón), mantener en óptimas condiciones la bicicleta y los elementos de trabajo entregados por el IDRD, convivir con los inesperados cambios del clima bogotano y rodar entre 30 y 50 kilómetros.
“Uno está programado con anticipación y así se prepara para levantarse, más temprano o más tarde”, comenta este curtido ciclista de 28 años, que además de ‘patrullar’ los corredores, ha hecho parte de los equipos de comunicaciones, espacio público y gerencia de atención prehospitalaria.
Entre los guardianes hay estudiantes de medicina, distintas ingenierías, como diferentes ciencias: sociales, artísticas, plásticas, etc., una diversidad del conocimiento que le permite al programa ser mucho más que una interconexión de vías, pues ofrece clases de patinaje y ciclismo; actividades lúdicas para los niños; zonas amigables con las mascotas; puestos de control de salud básica; aeróbicos; activación de marcas comerciales y ciclopaseos.
“Una mujer de la tercera edad, en el Park Way, muy juiciosa, siempre salía 10 minutos antes y esperaba a que hiciéramos los cierres y, ella con tranquilidad, hacía una hora de ciclismo en ese circuito; es una de las experiencias más bonitas”, recuerda ‘Pipe’, ferviente practicante de Criterium, una especialidad del ciclismo relativamente nueva en nuestro país.
Los peligros de la Ciclovía
Aviso en la Ciclovía de la Carrera 50 con calle 8sur, fotografía propia tomada el día 23 de noviembre de 2025
Por su puesto, en la inmensidad de este parque lineal, tan exitosamente concurrido, hay caídas, choques, peleas, peligros, robos y mucho más. Los guardianes son el primer respondiente de fracturas de clavícula, laceraciones, abrasiones y hasta ataque de perros.
Muchos de los incidentes más comunes tienen relación a la alta velocidad de algunos ciclistas, el ingreso indebido de vehículos eléctricos, ciclomotores, motocicletas y automóviles; presencia de mascotas sin collar; robo del material de señalización (conos y vallas) y presencia de vendedores ambulantes.
A propósito de los vehículos eléctricos, la administración distrital amparada en la Resolución 160 de 2017 y la Ley 2486 del 2025, no permite su ingreso a la Ciclovía con el fin de preservar la integridad de los bogotanos que asisten a este espacio recreo-deportivo.
“Una vez, en la Carrera Séptima con calle 61, entró un ciclomotor a alta velocidad y, yo le dije que no podía estar en ese espacio; el man se bajó y me lanzó puños, por fortuna tuve el respaldo de otros ciclistas y terminaron agarrados entre ellos. Pero no pasó de los lances y la bulla y, el conductor del ciclomotor, al ver tantos ciclistas, se fue…”, comparte ‘Pipe’, simulando los movimientos púgiles de la escena.
Ellos no solamente están expuestos a la imprevisibilidad del clima y de las situaciones mencionadas, también suelen ser objetivo de los ladrones, pues algunos hacen recorridos largos, desde sus casas, hasta los puntos de formación. Según el IDRD, a 10 guardianes les habían robado sus bicicletas de dotación, en lo corrido de 2024.
Sin embargo, ‘Pipe’ ama su trabajo y es optimista al considerar que la Ciclovía, es el plan recreativo y cultural más atractivo de la ciudad. Una verdadera joya de la que todos deberíamos estar muy orgullosos.
La lectura de mi blog propone un viaje por diversos pasajes de la vida urbana, la reflexión personal y el compromiso social desde el uso de la bicicleta. Los contenidos del mismo están alineados con la necesidad mundial de proteger el medio ambiente y mejorar la movilidad de las grandes ciudades del mundo. La alegría inherente al ciclismo, la salud, el bienestar y la superación del sedentarismo, son algunos de los conceptos a exhortar en este espacio cuyo título connota muchos movimientos de largo aliento.
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