SOBRE LA LIBERTAD DE LOS SERES HUMANOS en La Revolución Personal
El hombre nace libre, responsable y sin excusas. (Jean Paul Sartre).
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida. (Miguel de Cervantes Saavedra).
Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo. (Franz Grillparzer).
“No hay camino hacia la libertad… … la libertad es el camino” (Joan Manuel Serrat).
De acuerdo a la RAE en su primera acepción, libertad “es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.
La libertad es un derecho y también un valor. Cada uno de nosotros tiene su libertad y cada uno trabajará por ella hasta donde crea que debe llegar, no es cierto que la libertad llegue hasta donde empieza la del otro, no… La libertad no tiene límites.
A pesar de todo vivir libre es bastante difícil, sobre todo, libre de la sociedad y de sus propios pensamientos. Alguien dice que “la libertad es una utopía, pues el ser humano nunca podrá llegar a desarrollar esa capacidad de realización y libertad que tiene, y que no lo podrá hacer debido a sus creencias, conceptos, moral, ética y demás prejuicios establecidos; sin dañar a las personas de su entorno, ya que nunca podrá hacer lo que quiere de acuerdo a su propia naturaleza. Generalmente se frena por lo que le impone la sociedad y por su propia auto-censura. Si la persona se dedica a satisfacer su naturaleza, la sociedad la rechaza y la considera antisocial por la sola persistencia de ser diferente, pues esta no tiene espacios individuales sino de masas. Esto tiene su asidero en que la sociedad establece normas de convivencia, aunque de lo contrario el mundo sería un caos y eso es paradójico. Muchas veces el individuo reprime sus propios pensamientos, y aunque la auto-censura puede ser peor que la sociedad, siendo el propio ser humano quien bloquea sus pensamientos y su personalidad impidiendo que estos salgan a flote, manteniendo él mismo coartada su libertad.
La Revolución Personal propone una libertad plena equilibrada y consciente en el aspecto físico, mental y emocional.
El acto más execrable que puede cometer un ser humano es coartar la libertad de otro ser humano, ni siquiera por un condicionamiento simple, como por ejemplo: “Si llegas tarde, no te doy torta” o casos más graves como la retención obligatoria y sin el consentimiento de otra persona, o el más grave de todos como es el quitarle la vida a un congénere, sin importar el por qué. Además se puede coartar o coaccionar la libertad de una persona de forma física, maltratándola; de forma mental, amenazándola; y de forma sentimental, engañándola con mentiras.
Cuando más personas tomen consciencia de la libertad que proponemos, cuando dejemos de lado el vivir por el “qué dirán” y cada uno de nosotros seamos auténticos y vivamos para nosotros mismos, construiremos un mundo libre y la utopía ya no lo será, entonces viviremos libremente, respetando la libertad de los demás y seremos felices… Viviremos nuestra propia vida y las demás personas vivirán cada uno su propia vida.
Ideal sería que al final de nuestras vidas y antes de morir pudiéramos decir: “He sido feliz en mi vida, soy libre, he realizado todas las metas que me propuse y he permitido que las personas que me rodean sean libres también”
La libertad es natural al ser humano, sin ninguna diferencia; se nos ha dado por naturaleza, al nacer, un bien que se llama libre albedrio. Usted, yo, y todos los seres humanos podemos hacer uso de el, no tiene restricciones, ni condicionamientos; ejerzamos siempre este don. El libre albedrío podría entenderse como la capacidad de elección entre el bien y el mal, el problema sería definir lo bueno y lo malo, creándose situaciones ambiguas porque lo que es bueno para mi, puede ser malo para otros. O si habláramos del beneficio o del perjuicio, llegaríamos al mismo análisis, lo que me beneficia a mi puede perjudicar a otros. La Revolución Personal la define mejor, como el derecho a la capacidad de elección responsable, tolerante, conscientemente equilibrada en los tres aspectos del ser humano: material, mental y emocional. Recordemos que no estamos solos en el mundo, somos algo más de siete mil millones de habitantes en nuestro planeta y no podemos exponernos a perjudicar a nadie, estos son los principios con los cuales debemos obrar: servicio, bienestar y desarrollo para TODOS.
Ejerzamos la libertad de acuerdo a nuestros principios fundamentales que nacen de nuestra consciencia, orientada al respeto a la familia y la sociedad, forjándonos y educándonos como personas integras, únicas y solidarias.
En el camino de nuestra vida encontraremos muchos obstáculos y muchas personas que de una u otra forma desean coartar nuestra libertad, seguramente con propósitos mezquinos, en su beneficio personal; eso es inevitable. Pero no nos dejemos contaminar, ni llevar por la desilusión, el desánimo o el pesimismo. Nosotros mismos caemos muchas veces en la tentación de coartar nuestra propia libertad y la de nuestros seres queridos y demás personas que nos rodean
La libertad nos ofrece la oportunidad de aprovechar, de levantarnos cuando tropezamos, de opinar, de hacer, de decidir y de vivir libremente, sin interferencias, ni presiones, ni constreñimientos, respetando, tolerando, sirviendo, dando y ayudando en lo que nuestras capacidades nos lo permitan. Ejerzamos nuestro derecho.
En los derechos fundamentales de los individuos, las Leyes nos garantizan la libertades de expresión, de culto religioso, de asociación, de movilidad, de pensamiento y muchas mas, lo cual constituye la base de las sociedades democráticas, demarcando el sentido y alcance de las libertades sin menoscabar el derecho de otros.
Entonces, libertad es que cada quien puede pensar, decir, hacer y sentir lo que quiere por sí mismo, basándose en su propia decisión, sin influencias de otra u otras personas, teniendo en cuenta nuestra autonomía, esto en el terreno individual de nuestra autodeterminación y autogobierno. En el marco social, la libertad la ejercemos aceptando el derecho y la responsabilidad, participando en la toma de decisiones colectivas, se entiende que al obedecer las leyes estamos obedeciendo las autoridades democráticamente establecidas, por lo tanto nos estamos obedeciendo a nosotros al ejercer el derecho de participación.
Texto: Dhyanamurti
