La droga, ¿y Colombia?

Publicado el Jorge Colombo*

Drogas legales e ilegales: nicotina, alcohol, barbitúricos, hipnóticos -LIBRO GRATIS-

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Esta es la segunda entrada de una serie en la cual estoy compartiendo el libro Consumer Union Report: Licit and Illicit Drugs. A la primera entrada de la serie, adjunté las partes correspondiente a los opiodes y a la cafeína. En esta, el turno le corresponde a las partes III y IV que tratan sobre la nicotina y los barbitúricos (entre estos el alcohol).

Uno de los mayores perjuicios de la política vigente de control de estupefacientes es que ha transformado el concepto de adicción en un «tigre de papel»: se nos hace creer que la adicción es curable («es cuestión de voluntad», oímos por ahí) y que la adicción a la nicotina o al alcohol no son tan graves como la adicción a la heroína. Pero todo esto es falso.

La adicción a la morfina, a la nicotina o a los barbitúricos tienen un elemento crítico en común: aunque algunos la pueden superar, uno no puede saber de antemano si pertenece o no al grupo que tendrá que vivir por siempre con ella. Las variables son muchísimas: fisiológicas, psicológicas, sociológicas. La diferencia es que la adicción a la morfina no le hace tanto daño al cuerpo como sí lo hace la adicción a la nicotina o al alcohol.

La adicción a los barbitúricos (repito, esto incluye el alcoholismo) es particularmente peligrosa. Estas sustancias causan degeneración física y mental. De hecho, en los hospitales psiquiátricos, entre los casos de demencia, es muy común encontrar gente con un historial de alcoholismo. La degeneración de mucho cocainómano se debe no a la cocaína en si, sino al hecho que muchos la usan para engañar al cuerpo haciéndole creer que no está intoxicado con alcohol, lo que les permite tomar en cantidades excesivas.

Y además de lo nocivo a la salud y la mente, el efecto que tienen los barbitúricos no puede ser peor: inhibe el control que ejerce el cerebro sobre los impulsos. No es el usuario de morfina, ni el marihuanero el que termina envalentonado haciendo estupideces y fomentando la violencia domestica. Como muy oportunamente lo ha escrito Nicolás Rodriguez en su columna de hoy: «Ya quisiera la Policía que todos sus ladrones fumaran marihuana».

Entre la morfina, la nicotina y los barbitúricos, la más adictiva y la única que no tiene uso médico alguno es la nicotina. Así que de acuerdo a la clasificación de estupefacientes de las Naciones Unidas, la nicotina debería ser tan ilegal como lo son hoy la heroína y la marihuana. Pero evidentemente no lo es, por el simple hecho que el tabaco es a Estados Unidos lo que la coca es a nosotros los pueblos andinos  (aunque la cocaína sí tiene usos médicos). También hay una inconsistencia respecto a la clasificación de barbitúricos: aunque la mayoría tienen el mismo tipo de restricciones legales que la cocaína (hacen parte de la Lista III en las convenciones de la ONU), el alcohol, un barbitúrico líquido, no esta sujeto a tales restricciones. Mejor dicho, alcohol en capsula sin prescripción es ilegal, pero en botella no.

Ahí le dejo el libro. Léalo. Y si quiere saber más sobre este tema de las drogas, lo invito a que asista a alguno de los eventos que se están realizando hoy en ciudades de todo el mundo (incluidas Bogotá y Medellín) en el marco del día mundial de la liberación de la marihuana.

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