Entre quienes votaron por el NO hay gente sensata, con críticas constructivas hacia los acuerdos, cuyos aportes lograrían uno mejor. Pero lo perfecto es enemigo de lo bueno. A muchos votantes del NO, les parecerá más conveniente estos acuerdos que tenemos que volver a la guerra.
Pero los líderes más visibles del NO parecen tener otro parecer. Todo indica que la votación para ellos no fue un plebiscito sobre los acuerdos, sino una pugna política. Porque: ¿dónde están entonces esos aportes constructivos y sensatos?
Pregunto: ¿vale la pena aliarse políticamente con promotores del odio para lograr mejoras al acuerdo? Pensaría uno que varios entre quienes tienen reparos a los acuerdos responderían que no lo vale, así los líderes del NO, con tal de obtener poder político, estén más interesados en promover la exclusión del otro que en promover un espacio diverso donde quepamos todos en paz.
Desde la lógica de la guerra, el cese bilateral indefinido es insostenible: por más que los líderes de la guerrilla lo quieran mantener, al final otros se verán entonces forzados a la insubordinación porque tienen que asegurar su subsistencia.
Por más dinero guardado que tenga la guerrilla, entre más se gaste en su manutención mientras el cese al fuego, menos habrá para reparar a las víctimas. Dilatar los acuerdos por más que par de meses es ser irresponsable ante la realidad.
¡Acuerdo ya!