Pat Robertson es uno de esos evangelistas de televisión que tienen mucha influencia entre ciertos cristianos conservadores. Es un tipo de ideas que suelen involucrar a Dios, al Diablo y a una supuesta lucha entre civilizaciones; que suele culpar a los que defienden el derecho a abortar, a los feministas, a los homosexuales y en general a cualquier «liberal» de las calamidades que nos acechan. Independientemente de estar uno de acuerdo, o no, con su punto de vista, vale la pena considerar lo que el Miércoles pasado dijo respecto a la guerra contra las drogas:
«‘Él es duro con el crimen, duro contra el crimen, los atrapa y los encierra’. Así arengan los políticos y así se hacen elegir. Pero esa no es la respuesta […] Hemos estado encarcelando gente por haber tomado un par de bocanadas de marihuana y lo siguiente que oímos es que los condenaron a diez años – les dieron sentencias obligatorias y estos jueces arrojan sus brazos al aire y dicen: ‘Que podemos hacer, son sentencias obligatorias’. Tenemos que echarle un vistazo a lo que estamos considerando como crímenes, y este es uno de ellos. Digo, no soy partidario del uso de las drogas, no me tomen mal, solo pienso que criminalizar la marihuana, criminalizar la posesión de unas cuantas onzas, y ese tipo de cosas, digo, nos esta costando una fortuna y esta arruinando la vida de nuestros jóvenes. Los jóvenes van a prisión, entran siendo parte de la juventud, y salen como criminales de carrera.»
Y Pat Robertson no es el único alineado con la derecha estadounidense que piensa que el proyecto de extirpar ciertas drogas de la faz de la tierra ha sido un franco desperdicio. En los últimos meses la gente que defiende ese proyecto se ha visto arrinconada por la imposibilidad de encontrar un argumento que lo justifique.
Es que las críticas a la guerra contra las drogas vienen de todas las posiciones políticas. Aquel proyecto ha ido muy lejos y se han cometido muchos abusos en nombre de la moral. En un vídeo de la Unión Húngara por la Libertades Civiles, nos muestran que clase de abusos sufren los usuarios de drogas en Asía. Los consumidores y los adictos son torturados, humillados y violados en los centros de tratamiento a los cuales son arrojados. Más del 95% de los que entran, si salen, vuelven a reincidir.
Como el consumo de drogas no es un crimen de verdad, la única forma como se puede imponer tales leyes es haciendo mofa de todos nuestros principios. Por ejemplo, en Estados Unidos se creó la DEA que hace parte del brazo ejecutivo del poder judiciales pero no es ni policía ni ejercito, pero sí es un ente super-estatal con intereses que se extienden fuera de su país. Por otro lado, a los que se les obliga a seguir tratamientos en los países asiáticos se les encierra sin un juicio, luego no tienen derecho a apelar la decisión pero sí se pueden esclavizar. Y si entran por voluntad propia, no se les permite salir.
Toda esta guerra contra las drogas no tiene nada de heroico. ¿Cómo hacerle entender a la población colombiana que toda esa guerra no vale la pena? ¿Cómo hacerle entender a la población colombiana que a un consumidor de drogas no le podemos arrebatar su dignidad? En fin, ¿cómo hacerle entender a la población colombiana lo infinitamente valioso que es la vida? ¿Cómo hacer que la población colombiana deje de justificar sus posiciones inclementes?