LA CASA ENCENDIDA

Publicado el Marco Antonio Valencia

Humillados y ofendidos

Foto Caracol Radio

Pareciera que en Popayán toda exigencia al gobierno debe hacerse mediante bloque de vía debidamente certificada ante medios de comunicación, y una vez agotado ese trámite, ir de manera formal donde los funcionarios de gobierno a reclamar o interponer una queja ciudadana.

Por supuesto que la anterior afirmación es una broma, un sarcasmo que nace de la realidad.

No  ha pasado una semana de lo que va corrido del año que como medio de comunicación no tengamos que registrar el bloqueo de calles, carreteras y/o la vía Panamericana de grupos sociales reclamando por cualquier cosa.

Hay varios temas aquí.

El primero, es que la gente humillada y ofendida por el silencio de los empleados del Estado ante sus demandas cree que taponando la vía va a recibir respuesta rápida.

Uno más, deducen que la única manera de llamar la atención de la prensa para acompañar a sus pretensiones es con acciones de hecho, y una vez la prensa llega, aprovechar para denunciar a los funcionarios que los olvida.

Muchos líderes frente a un problema comunitario ya no comienzan con cartas, visitas o derechos de petición, si no que inician taponando la vía para buscar espacios de atención y diálogo.

Y por ahí derecho tenemos funcionarios que si no ven el problema en la televisión o la comunidad taponando las vías no atienden.

Como sea todos bloqueos de vías por pequeñas causas, que ninguna lo es, donde priman intereses particulares antes que los generales de toda la ciudad viene causando perjuicios enormes en todo sentido.

Primero, ante tantos bloqueos (hay días que se registran tres marchas y/o bloqueos al mismo tiempo), y por tanto, estamos frente a una ciudad inviable económica y socialmente.

De por sí Popayán es una ciudad con problemas de movilidad por la cantidad de carros y motos y  vías insuficientes, que al cerrar una calle principal por manifestantes… todo se vuelve un caos.

Súmele a lo anterior la pobreza que subsiste en muchos hogares, y cuando hay bloqueos son miles de personas que no pueden llegar a sus lugares de trabajo, ampliando la pobreza y la economía de la ciudad.

A las autoridades como Personería y Defensoría del Pueblo, entre otras que hacen acompañamiento para garantizar los derechos humanos de los marchantes y bloqueadores el asunto se les salió de las manos para evitar los cierres de carreteras. Ya nadie les hace caso.

Ese modelo de solicitar cosas y e interlocutor con El Estado es un modelo fallido que causa más daño a las organizaciones que lo promueven que las ganancias que tiene.

Son tantos los bloqueos, que ya perdieron su lógica y apoyo ciudadano. Un bloqueo o cierre de vías es parte del paisaje, y muchos ciudadanos solo arrugan la cara y ven para otro lado porque saben que mañana será otro día y habrá otro grupo haciendo lo mismo. Y a los agentes del gobierno ya casi ni les importa, saben que un aguacero o pasado el día se acaba. Pero la ciudad sufre.

Hay que solucionar este sistema de pedir y buscar soluciones por las vías de hecho. Los burócratas de alcaldías y gobernación tienen que hacer algo urgente para detener esto.

Los líderes de todas las causas tienen que pensar más allá de sus narices y entender que éste modelo de buscar soluciones está causando más daño que soluciones reales a sus peticiones.

Es un drama que convierte a Popayán en una ciudad inviable, la destruye y suma a la pobreza económica y mental.

Ya paren los paros, por favor.

#Editorial El Nuevo Liberal/ Popayán Cauca

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