BRINDIS POR LA VIDA Y POPAYÁN
Por Dilver Noe Alegría (Docente)
La distancia que en ocasiones nos aleja de nuestra querida Popayán, puede ser comparable en algún momento con aquellas sensaciones de no felicidad completa; aquella que se expresa en rebeldía, inconformidad, en protesta. Aquella que entre nosotros surge e inspira la prosa, la diatriba… de aquello que solo nuestra realidad nos invita a pensar, a soñar, a luchar. Popayán en si misma cercana o lejana es la razón entonces que le da sentido a nuestro existir por eso hoy la añoramos y no importando el rol y lugar desde el cual la recordemos, junto a ella es menester proponer un brindis. ¡Salud por la VIDA!
LO QUE PIENSO Y SIENTO POR POPAYÁN
Por Luis Guillermo Céspedes Solano (Abogado)
Popayán es la ciudad del conocimiento. Aquí se conocieron mis padres; y yo de ellos, con ellos, en sus calles coloniales; conocí el amor, la solidaridad, la alegría, la historia, sus costumbres y he disfrutado sus atardeceres cargados de arreboles y sus deliciosos platos llenos de diversas esencias.
Popayán deberá seguir siendo la ciudad universitaria por vocación, cultural e idílica por tradición, constructora de sueños por esperanza. Una ciudad que reconozca todos los rostros, todas las manos, todos los corazones, tiene que ser un propósito que nos motive a avanzar; bajo principios de respeto, tolerancia y trabajo mancomunado.
UN CREPÚSCULO INFINITO
Por: Javier Orlando Muñoz (Docente)
¿Lo están viendo?… en Popayán está enterrado Don Quijote, y una pirámide nos cuida, y bajo tierra hay una inmensa reserva de diamante que es lo que le da la energía a la ciudad y hace que los que se van nunca la olviden. Pero también, aunque en Popayán todo es posible, ya a nadie le interesa: los poetas o la exaltan falsamente o la denigran desde su insensibilidad. Los ciudadanos perdieron la experiencia del milagro que tienen enfrente. Tal vez el crepúsculo nos esté diciendo que lo real es sagrado, y que es hora de levantar la mirada.
DE CALI PERO PATOJO
Por Azul (Director de artes escénicas)
Hola soy Azul nacido en Cali, pero patojo. Puedo decir con orgullo que nuestro Centro Colonial es el más hermoso del país. En Popayán somos blancos, negros, cafés, con tierra en la cara, desplazados, lugareños, extranjeros, universitarios y de mil colores. Las paredes del centro, las procesiones del centro, el gastronómico del centro… es parte del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO. Y aunque no lo crea, el resto, los que vivimos alrededor del centro también somos patojos/patojas. Recibimos las sobras, pero también nosotros y nosotras somos los cimientos de los edificios del Centro; somos su periferia y veredas.
MIRADA POÉTICA
Por: Esperanza Melenje (periodista- gestora cultural)
Popayán cuando niña fue consentida y poderosa
sociopolítica y económicamente.
Los diversos cambios sociales y de exclusión
nublaron en la mítica evolución.
Gobiernos carentes de amor, sin arraigo fundado
en los que la “Fecunda y Maternal” acogió.
Necesarios para salvaguardar la herencia
que proporciona identidad y garantizan historia.
Tradiciones que conservan su devoción
Como la “Serpiente de Fuego” que data de 1566.
Anhelantes de que la niebla florezca,
la ruta fervorosa de la religión reverdezca.
Promocionemos con agrado encantos, etnias, gastronomía y arquitectura
Invaluables tesoros de patrimonio cultural.
Digno destino de “Turismo Mundial”
de gran auge, posición económica y social.
“Popayán, felíz 482 años de su fundación”
HAY UN LUGAR
Por: Regina Varona Gaviria (Directora Fundacaldas)
Hay un lugar anclado en el corazón de los Andes colombianos, ligado con la naturaleza y el cielo. Un territorio donde todos danzan al ritmo de los astros que amplifican su sinfonía cósmica en cada calle, en cada rincón engalanado de sutileza y encanto. Esa magia que se refleja en sus paredes del color de la paz, embriaga el espíritu de sus habitantes de creatividad e inspiración, de la misma que bebió el Sabio Caldas, quien me enseñó que la historia es una construcción cultural llena de verdades a medias y certezas por descubrir. Este lugar es, mi amada Popayán.
MI CIUDAD BLANCA
Por: JUAN CARLOS QUIÑÓNEZ VIDAL (docente, director de teatro)
Ciudad blanca
Que la luna majestuosa expones
La he visto de siete colores
Deslumbrar a visitante entero.
Cuidad blanca
Que en tus calles recoges
La simpatía y tranquilidad
De tus ancestros.
Cuidad blanca
Que te tiñes de colores
Por la valentía de los guerreros
Que ya no son muchachos ciegos.
Cuidad blanca
Que desde tus tierras atisbas
El volcán de lluvia y fuego
Cómo símbolo de un gran guerrero.
Ciudad blanca
Que los gamonales no dejan
Que tus calles se vistan
De avenidas para el progreso.
Ciudad blanca
Qué esperas que lleguen
Los capirotes abajo
A usanza de tus ancestros.
FLORECE LA CIUDAD BLANCA
-Daniel Sebastián Melo Cabal (Poeta, estudiante)
Hace siglos, Hace años, hace minutos, ahora
Popayán, capital de las ciudades blancas
llena de perfumes, susurros y música flotante
preñada de pletóricos paisajes
celeste y cobre
violeta y ámbar
Dorado y purpurino
que son la proyección de
verdes e ilimitadas esperanzas.
Hace siglos, hace años, hace minutos, ahora
Popayán, jardines de los que emana
mística blancura
Para sus habitantes de almas prístinas
que pintan las paredes
con el pincel de solidaridad, respeto,
Responsabilidad, cordialidad y amor.
Hace siglos, hace años, hace minutos, ahora
Popayán, blanca como las nubes
Blanca como sus faldas de colonia
Blanca como la luna de menta
Blanca como las estrellas centinelas y cómplices de
Popayán, capital mundial de la poesía.
SUEÑO PARA POPAYÁN
Esperanza Cerón Villaquirán (Médica)
Sus calles estarán descongestionadas porque caminamos más; veo rutas turísticas para observar pájaros o degustar nuestras cocinas escondidas. Sueño con los parques convertidos en escuelas de artes para niños. El Morro ha sido devuelto a las culturas indígenas y hay un parque lineal a lo largo del río Molino. Las tertulias deportivas, literarias, y para diversas artes y oficios, donde tomarse un tinto y encontrarse para hablar hacen parte del paisaje diario. Las personas que atienden todos los negocios u oficinas son amables. Finalmente, Popayán ha elegido gobernantes honrados, que no ponen sus intereses personales ni politiqueros por encima del servicio público.