Los colombianos tenemos una memoria de corto plazo.
Hace una semana, la mayoría vestía ruana. Hace una semana todos éramos campesinos. Hace una semana la noticia del momento era el paro agrario. Bogotá y algunos municipios de Cundinamarca se volvieron un caos, localidades en toque de queda; campesinos, indígenas, jóvenes, estudiantes, universitarios y todo aquel ciudadano que apoyaba el paro salieron a las calles a protestar porque como siempre, a la gente buena le suceden cosas malas.
Todo comenzó cuando el Documental 970 se viralizó rápidamente a través de Youtube y fue cobrando fuerza en las comunidades online. El video daba cuenta de cómo con la firma del TLC con Estados Unidos, los campesinos colombianos se verían perjudicados con la siembra de sus cultivos, al dejar de utilizar semillas no certificadas por transgénicas.
En palabras de la directora del material audiovisual, Victoria Solano, “el documental, más allá de enfatizar en si los campesinos utilizaban semillas criollas o certificadas, pone en el ojo y cuestiona sobre la forma en la que se legisla acerca de las semillas y patentes en Colombia. Por ejemplo, el ICA (Instituto Colombiano de Agricultura) dice que sí pueden resembrar los campesinos que tengan cinco o menos hectáreas, y claro, pero después de que ellos hagan un montón de papeleo. Yo me pregunto qué pasa con los de 6, 7 y 8 hectáreas, ¿son considerados iguales que los que tienen 200? Eso es un poco injusto”.
En adelante, quienes simpatizaban con esta población y tenían claro cómo se vería afectada empezaron a lanzar sus voces de protestas a través de blogs, estados en Facebook, artículos de opinión, columnas, en fin… ahí se fueron sumando también quienes veían crecer la masa y moverse con ellos, aún sin saber muy bien qué pasaba. #Noalparogrario, #Paroagrarionacional, #Yoapoyoelparoagrario, fueron algunos de los hashtag más populares, trascendiendo a las noticias, medios digitales y prensa internacional, mientras los bloqueos en algunas de las principales vías del país impedían el abastecimiento de combustible y alimentos.
Hace una semana, importantes avenidas de Bogotá fueron bloqueadas, el cacerolazo se hizo escuchar, los pacíficos se vistieron de blanco y tricolor, se tomaron la Plaza de Bolívar; pero también en medio de todo, los hechos de violencia se multiplicaron. Los noticieros se encargaron de mostrar los “desmadres”, disturbios y daños materiales causados por los violentos. Los manifestantes culpaban a la fuerza pública de abusar de su autoridad, mientras que las redes sociales hablaban de los abusos de parte del Esmad, los reporteros improvisados subían de inmediato videos que daban cuenta de tales denuncias. Como el que aparece a continuación, donde se nota como uniformados de la Policía Nacional agreden a algunos manifestantes reunidos en la Plaza de Facatativá.
Mientras los líderes campesinos buscaban sentarse a dialogar con el gobierno, en algunas zonas del país los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía eran noticia cada día de la semana. Por un lado los opositores de Juan Manuel Santos le echaban el agua sucia, mientras él mismo se tiró la soga al cuello al declarar que en Colombia no había ningún paro. Y es que mientras los memes y los insultos en contra del Primer Mandatario iban y venían en Facebook y Twitter, cientos de colombianos se iban uniendo a las protestas. Estaban los políticos que tildaron de irresponsables a quienes apoyaban el paro, así como el Vicepresidente quien declaró que “los hechos de violencia fueron un verdadero abrazo del oso”.
Hace una semana la situación era crítica y la mayoría de los colombianos se pusieron la ruana como muestra de apoyo a la población campesina. Hace una semana todos estábamos en los zapatos de los campesinos y a pesar de que muchos no comprendieran las verdaderas implicaciones del asunto y de las consecuencias de un paro nacional, todo el mundo en Colombia era campesino.
Hoy aparentemente las negociaciones entre las partes involucradas han llegado a un acuerdo, y pareciera que el cese de actividades de protesta son historia de hace unas semanas. Los colombianos tenemos una memoria de corto plazo, mientras hace varios días todos protestábamos en contra del gobierno y se lanzaban voces de apoyo a los campesinos, hoy la historia es otra, la noticia es otra.
Este viernes ya no será una ruana, sino la camiseta de la Selección Colombia. En unos días, el país entero se paralizará, no para lanzar sus desaires en contra de alguna clase política dirigente o el gobierno, sino para apoyar a la Tricolor.
Los encontrones, enfrentamientos, actos de violencia, muertes, heridos, judicializados, los trending topics, videos, denuncias, en fin… El paro nacional agrario ya es harina de otro costal y mientras tanto seguirá estando en el archivo como noticia en desarrollo.
Eliana Álvarez Ríos – anaylerios
Directora de Contenidos
Colombia Digital