Hace poco, necesitaba alquilar una van para un viaje en específico. Navegué por Google y encontré la página de una empresa que decía ofrecer un servicio como el que estaba buscando. Aunque el texto explicativo del sitio era más genérico que el acetaminofén, me decidí a llamar para ver si podían ayudarme.
Al otro lado de la línea estaba una señora servicial y cordial, dispuesta a responder todas mis preguntas. Pero, apenas le dije que el servicio era para 6 personas refutó: “ah no, es que nuestras vans son para grupos grandes, a partir de 11 personas”, e inmediatamente le dije: “deberían poner eso en su página web”. Como en una escena de ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’, mi amable interlocutora se transformó y me dijo en un tono bastante agresivo que no la regañara: “la página está así y punto. Y así se queda porque así nos sirve”. Ni siquiera me esforcé en refutar lo que dijo y colgué, sin mayor preámbulo.
La mujer de esta historia no se da cuenta de las implicaciones que tiene la información incompleta de su web. Si yo hubiera leído que, el transporte era a partir de 11 personas, no hubiera perdido mi tiempo y ese incómodo momento nunca hubiera sucedido.
Las páginas que ofrecen servicios y productos deberían plantearse sin ningún tipo de misterio, que no deje ninguna duda en el cliente. Estas deben ser entendidas como una vitrina de divulgación y no como una especie de campaña de expectativa. No es correcto publicar descripciones etéreas o mensajes crípticos simplemente para “atraer” personas. Todo lo contrario, usted debe tener enunciados claros que le permitan segmentar su audiencia y quienes finalmente compren o lo contacten sean personas realmente interesadas en lo que ofrece, porque la información allí publicada ha sido lo suficientemente clara.
Adicional a esto, hay otros aspectos a tener en cuenta como la ortografía, la buena redacción e inclusive el diseño, que si bien no debe ser el protagonista, enriquece el sitio y le da más credibilidad. Porque, este portal web es más que una cosa: es su vendedor virtual y su representante 24/7 ante todo el mundo. ¿Le creería usted a un ejecutivo comercial mal vestido, que se expresara con groserías o se contradijera en medio de su discurso de ventas? La respuesta es no. Algo similar sucede en la web ya que si su sitio no es un representante digno de lo que usted quiere mostrar, probablemente sea más improductiva que beneficiosa su presencia.
Por último, es importante tener en cuenta que el objetivo de una página comercial o empresarial es ofrecerle al cliente información clara, precisa y pertinente para ahorrar tiempo, uno de las mayores ventajas de la web, constantemente desaprovechada por aquellos que no van directo al grano. Señor empresario: no le haga perder tiempo a sus potenciales clientes.
Ángela Bohórquez
Productora web
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Colombia Digital