Imperio del Cáncer

Publicado el Julia Londoño

LOS VESTIGIOS DEL AMOR PROPIO

¿Cómo se convierte un alambre en un hombro, cómo imita la curva de una oreja y cómo refleja con intensidad la emoción de una mirada?

Fui a ver Vestigios, una exposición presentada en Cali, por la artista Carmen Gómez. Una invitación íntima a pensar en la identidad a través de 3 propuestas trabajadas con un material: el alambre. Una serie de autorretratos, una pieza compuesta por  nidos inspirados en  los pájaros mochileros del Pacífico colombiano  y una bandada de aviones elaborada en alambre de cobre.

http://carmengomezvega.wordpress.com/
Vestigios se encuentra en Proartes hasta finales de este mes.

Me sorprendieron los autorretratos por la naturalidad con la cual la artista logra mostrarse a sí misma a partir de un material aparentemente tan rígido y frío.

La nostalgia en el rostro de la artista que vivía en una ciudad lejana, la temeridad en su mirada en la época universitaria, la cotidianidad y la ligereza de una siesta de tierra caliente… ¡en alambre!

La sutileza con la cual presenta los delicados nidos de pájaros convirtiendo de nuevo la rigidez en algo orgánico, un hogar vivo.

La agudeza con la cual un enjambre de aviones recuerda las migraciones, los viajes en los cuales se embarcan miles de personas en busca, tal vez, de una mejor versión de sí mismos.

¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿En qué imágenes nos reconocemos?

La exposición me trajo el recuerdo de una situación divertida que viví hace unos años cuando visitaba por primera vez la casa de un amigo cercano.

Mi amigo, orgulloso, respondía a mi curiosidad señalando este cuadro de la sala, comentando la historia de ese libro y la de aquel escaparate. El momento más simpático del tour por la casa familiar se dio cuando encontré en un corredor  una secuencia de bonsáis, una colección de arbolitos cuidadosamente dispuestos como en una exposición.

No pregunté nada, los miré fascinada, creyendo que la historia de la colección se contaba sola, pero cuando mi amigo notó mi silencio consideró importante anotar algo en respuesta a mi interés. No tengo idea de por qué son tan importantes para mi mamá, dijo, pero los cuida con tremenda dedicación.

Fue inevitable reírme porque tanto mi amigo como sus hermanos y sus papás son particularmente bajitos, con una estatura promedio de 1 metro con cincuenta, pero la relación entre la colección y su estatura, que para mí era evidente, él no la había hecho nunca.

Unos años más tarde, mientras trabajaba en la redacción cultural de un periódico, tuve una sensación parecida al entrevistar a un fotógrafo barranquillero con un apellido famoso: Tscherassi. El artista intentaba responder a mi observación sobre el objeto de su interés, una tribu en África cuyos miembros tenían una piel muy oscura y unos profundos ojos azules.

Él no lograba  explicarme por qué le fascinaban tanto esas personas que yo encontraba tan parecidas a él. Yo habría definido la suya como una serie de autorretratos. Él se esmeraba en describir la magia que había en la mezcla de esa raza que calificaba como misteriosa, seductora y única en el mundo. Amaba la belleza de los otros rostros que eran él.

Pueden ver la obra de la artista en este link: http://carmengomezvega.wordpress.com/

@JuliaLondonoBoz

 

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