La historia de la ‘biblia de la moda’ se partió en dos. Sinceramente no pensé vivir para ver el día en que un personaje como Kim Kardashian protagonizara alguna de las portadas de la publicación de moda más importante de todos los tiempos, pero el negocio es así. El deseo de Anna Wintour de sucumbir ante los caprichos de Kanye West desató una guerra entre los fashionistas del mundo, que si bien es cierto son conscientes de las ventas masivas que persigue la directora de Vogue USA con este número, también lo son al recalcar que si “la Kardashian” es considerada ahora un fashion icon, Snooki podría ser la nueva Carrie Bradshaw.
Tras develar el pasado viernes el cover de la edición de abril de la versión americana de Vogue, bajo el título «Su vida de moda y momentos surrealistas», en la que la reality star posa junto a su futuro esposo en un vestido con aires nupciales firmado por Lanvin, y mostrando su enorme anillo de compromiso avaluado en tres millones de dólares, las redes sociales enloquecieron, rechazando de manera absoluta la decisión de la publicación. El enfado de Wintour contra la más polémica de las Kardashians – hasta hace poco más de un año estaba vetada de todas las galas y eventos que incluyeran a esta cabecera – parece haberse esfumado. El poder, el ruido mediático y las habladurías – buenas, y en su mayoría malas- que genera la más extravagante del gremio de hermanas sedujo a la directora de Vogue, quien parece haber querido borrar las grandes fronteras establecidas entre el buen gusto y el apellido Kardashian, fronteras que sin lugar a duda crecen de forma abismal.
Lo peor aún estaba por llegar. Gracias al descontento de los lectores de Vogue alrededor del globo, Anna Wintour, “la dama de hielo”, como es conocida por su intransigente, carácter decidió publicar un editorial defendiendo su posición y las razones de su elección: «Uno de los placeres de dirigir Vogue, y que forma parte de una larga tradición de esta revista, es ser capaz de mostrar a quienes definen la cultura en un momento dado, que hacen que las cosas se muevan y cuya presencia en el mundo ejerce influencia sobre la manera en que lo percibimos. Pienso que todos podemos estar de acuerdo en que Kim y Kanye juegan ese papel actualmente», señaló. También afirmó que la idea completa de usar a Kim en la portada y retratar en un editorial la vida de estos dos personajes fue enteramente de la revista y que las “suplicas” de Kanye no tuvieron cabida en las decisiones.
El sueño de toda la vida de Kim está materializado en este photoshoot realizado por la gran Annie Leibovitz -en el que participó también la primogénita de la pareja autodenominada “la más importante del siglo”- , y el cual no se salvó de las burlas de otros famosos. Entre los comentarios más sonados del fin de semana hicieron eco en el mundo virtual personalidades como Sarah Michelle Gellar, quien publicó en twitter que cancelaría su suscripción a la revista, por su parte Vanity Fair tuiteó que no podía creerlo, mientras que Bryan Boy (blogger) nominó a Honey Boo Boo para la próxima edición de septiembre de Vogue (The September Issue). Los memes, montajes y parodias también vieron su propia luz, una vez más James Franco y Seth Rogen se burlaron de la pareja posando para su propia versión de la revista y Ms. Piggy posó junto a Gustavo en el cover de Vague.
Dejando a un lado el deprimente hecho de que alguien encapsula la cultura de nuestra generación y nuestro tiempo en la vacía vida llena de excesos de esta, #laparejadelaquetodoelmundohabla (#worldmosttalkedaboutcouple), como reza el hashtag de la portada, debemos tener claro que consiguieron poner a la publicación en boca de todos sin siquiera haber lanzado aún a la venta el primer ejemplar. Acertada o no, la edición de Vogue con West y Kardashian sin duda será una de las más – o la más- vendida de la década. Y en cuanto a Wintour, pues retomo las sabias palabras de Naomi Campbell cuando le preguntaron que pensaba al respecto, “es la decisión de Anna Wintour ponerla en la portada de su revista, ¿quién puede cuestionarla?”.