Estas son mis razones personales ; no las de todo el mundo; ya sabemos que además China es una potencia y este es el idioma del futuro, etcétera.
Sutilidad
El chino requiere detalle; una sutilidad infinita, casi artística, para apreciar diferencias entre un carácter y otro, entre una pronunciación y otra. No me refiero a que quien aprenda chino debe tener el talento innato, pero creo que sí requiere desarrollar una mayor percepción que en otros idiomas para entender por qué el carácter de cielo (天) se puede convertir en negación (无) con solo el cambio de dirección de un trazo o por qué el número (yi) se puede volver pollo (ji) si está mal pronunciado.
El significado detrás de cada carácter
El poeta Ezra Pound y el traductor Ernest Fellonosa estaban fascinados con el hecho de que el carácter de 明 ming (Claridad, brillo) estuvieran compuestos por sol y luna. Debido a la evolución del idioma y a los diferentes tipos de caracteres que se pueden encontrar (abstracto, fonético-pictórico, fonético-abstracto; etcétera); no siempre se cumple está sencilla regla; sin embargo, sí hay muchos caracteres que nos remiten a muchos otros componentes. Por ejemplo el de 道 (Dao) camino, vía y que ha sido traducido como Tao (del Taoísmo) remite a ojo que está en medio de otros dos y a movimiento. Y para quien sabe mirar e indagar, siempre se puede ir más profundo.
La necesidad de equilibrio en la escritura
Los caracteres remiten al equilibrio; aquello que sube al cielo pero tiene sus pies en la tierra, lo que está arriba pero tiene su reflejo en el abajo; el movimiento que contiene lo demás, porque a fin de cuentas todo es movimiento (como idea taoísta). Y así, también, la importancia del vacío en cada carácter, aquello que sugiere lo lleno y lo vacío. Los estilos caligráficos trabajan con el movimiento y el vacío. Así hay estilos en los que pareciera perderse la forma del caracter, pero su esencia original sigue ahí.
La imaginación que produce cada trazo
Siempre hay raíces en todas las palabras, por ejemplo, también en el latín, que es la base de los idiomas occidentales. Sin embargo, no más un solo caracter, por ejemplo 想 (Desear, extrañar, pensar), compuesto por árbol, vista y corazón. genera infinidad de posibilidades imaginativas.
La idea de lo infinito
El idioma chino y sus componentes me traen a la mente la idea de un laberinto, donde una raíz remite a otra palabra, y donde cada una de de ellas se descompone en lo más pequeño y se amplia en la inmensidad. Metáfora, en mi interpretación, de lo pequeño que es a la vez interminable, como los laberintos de Borges.
Sin embargo, no quiero, con este párrafo, desanimar a los estudiantes que solo desean aprender lo cotidiano; se puede aprender, aunque hay otro punto en que los amantes del chino, es decir, los que van más allá de la superficie y se internan en lo laberinto de lo inacabable, descubren la pasión de estos laberintos que llevan tanto al detalle como a la amplitud, tanto a a la hormiga como a la palma de Buda en la que camina la pequeña hormiga. De nuevo, mi interpretación.
La musicalidad de las palabras dichas
Las tonalidad de las palabras, que pueden variar desde una sola palabra dicha hasta una frase o un texto completo que se lee; pero independientemente de ello hay una música intrínseca en ellas. Lío que de nuevo se puede resolver si uno se vuelve sutil a nivel de apreciación del sonido.
Permite un mayor entendimiento de la cultura
Una cosa es hablar de la importancia de ciertos conceptos para la sociedad china o del valor que ésta da a la comunidad por encima del individuo y otra verlo reflejado en el idioma. Creo que el mejor curso de cultura, sociedad y filosofía china es el estudio del idioma.