George o nomics

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COMO ES UNA MADRE

En esta ocasión publicaré, con expresa autorización de su autor, un texto elaborado por el Dr. Alberto Posada Acero ([email protected]), quién ha dedicado los últimos años de su carrera como abogado a garantizar mediante acciones legales el acceso a  la salud para cientos de colombianos victimas invisibles pero reales de un sistema que hace años colapsó en tecnicismos y corrupción. La salud, que debería ser un derecho, se convierte en privilegio de pocos, dejando a héroes anónimos como el doctor Posada la tarea de proteger a cientos de vidas en riesgo. Este texto resume, a manera de narración, la tragedia que es realidad diaria para miles de ciudadanos.

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Por: Alberto Posada A.

La veo  con la mayor dulzura buscando que ninguno de sus movimientos pueda causarle el menor daño, lo alza entre sus brazos, es un niño de nueve años, no camina, no habla, el diagnostico medico  dice:” incapacidad Neuro motora severa”. El balbucea, su rostro esta algo desfigurado, su cuerpecito también muestra desproporción, su historia clínica aunque no lo dice abiertamente, nos indica una posible falla medica en el momento del alumbramiento y su padre cuando se dio cuenta de la situación de su hijo, el muy cobarde huyo y la madre y el no volvieron a verlo.

Cierro los ojos y  veo a esta mujer tratando de tomar un bus, o en el mejor de los casos, si pudo ahorrar algo de los treinta mil pesos que se gana por día como empleada de servicio, en la hazaña de lograr que algún taxi la lleve. Imaginó el dolor de sus brazos,  su corazón adolorido viendo el rechazo de la gente hacia su hijo, pero  noto un sentimiento de amor que no cabe en su  cuerpo y que le va permitir soportar lo que viene más adelante; llega hasta el hospital; por favor mi hijo convulsiono ayer varias veces en la noche, vivo en Bella Flor, ciudad Bolívar, allí no llegan carros a esas horas, le imploro atiéndamelo, la enfermera que hace el filtro, como se dice en las entidades hospitalarias a la labor de evaluar el triage o apuro de la urgencia, le pide el carnet,  al verlo le dice está afiliada a Caprecom y el convenio con esa entidad  termino, por favor suplica, atiéndamelo , no se puede, vaya a su EPS, que le digan donde se lo pueden atender.

De nuevo empieza el suplicio del trasporte, llega a la EPS, una cola enorme, nadie se conmueve, todos llevan una tragedia propia, una enfermedad por tratar, una droga urgente por autorizar, una cirugía postergada infinidad de veces, son filas de desamparados  que en el mar de la desatención esperan una gota de agua. Al fin porque su turno llego o porque alguien conmovido le permitió pasar más adelante,  esta frente a la ventanilla, muestra a su hijo que llora por el suplicio de tantas horas cargado, por la molestia de las escaras formadas en su único universo de movimiento,  que su estado de discapacidad le permite, vivir en una cama, la que ni siquiera puede recorrer totalmente.

Tiene la esperanza de una nueva orden de servicio para otro hospital,  no importa que este en el otro extremo de la ciudad, al fin me van a atender  a mi hijo, ¡oh ilusión vana! después el mismo suplicio, allí tampoco lo atienden, el mismo argumento, el contrato con esa  E. P. S. lo terminamos ayer, alguien dice, como esta para liquidarse no pagan y nadie quiere atender sus pacientes…  Señor, se queja ella en silencio, luego mi hijo no es hijo tuyo, acaso en la radio y en la televisión que tienen mis patronos,  donde trabajo  he oído que hay  salud  para todos, como el perro de ellos si tiene médico y  hasta guardería y mi hijo tan solo repulsa inspira, será que para ti son mas importantes los animales que el ser al que le disteis tu aliento, perdóname mi Dios si es un castigo para mi  aplícalo a mi ser  en la forma más cruel que quieras, pero no a quien la vida no le ha permitido la más insignificante travesura, al  inocente no lo martirices  más….

Casualmente tengo a  esa madre en frente, su edad treinta y cinco años, pero por su sufrimiento parece una mujer de cincuenta,  sus ojos derraman las pocas lagrimas que aún le quedan, su pelo ya está lleno de canas, se ve a simple vista que sufre de desnutrición,  sin embargo sus facciones son finas, su cuerpo a pesar de su delgadez denota que corresponde a una mujer que fue hermosa y me viene a la mente las estrofas del bambuco que dice ‘‘ y vez esa vieja escuálida y horrible, pues hoy aunque parezcate imposible fue la mujer más bella entre las bellas, el clavel envidio sus labios rojos y ante la luz de sus divinos ojos vacilaron el sol y las estrellas ’’. – asumo de inmediato que con una acción resolutiva se lograría que atienda  a su hijo, más…. al  mirar los documentos que esta mama me trae, me doy cuenta que el médico  no le formulo los pañales, el colchón anti escaras,  la silla de ruedas, la silla de baño y la crema para curar sus ulceras, el argumento que le dio el galeno fue que  la E.P.S. le prohíbe formular lo que no está en el plan obligatorio de salud.

Puede más la moneda del puesto que la ética médica; una tutela pienso enseguida, puede lograr mitigar en algo su necesidad mas no su dolor, y con ella conseguir estos insumos, pobre quimera, pero tampoco se pudo, el mezquino Juez que no sabe de justicia, exegeta del derecho, cómplice sin saberlo del negociado de la salud, niega este derecho fundamental al ser humano más indefenso sobre la tierra, y no tutela;  porque no existe la fórmula del médico, en cambio los centros comerciales se mantienen infinidad de sillas de ruedas sin pasajeros, para cuando ocasionalmente un señor (a) no se fatigue en su recorrido. Yo no sé quien sufre más si esté ser que nunca conoció la felicidad o su mama quien a pesar de haberla conocido se sometió  conscientemente a vivir en un mundo de amargura y sufrimiento.

 

E U CARTONERO DE LA JIMÉNEZ

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