Por: Luis Eduardo Rico, autor invitado. Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá); Magister en Filosofía Latinoamericana por la Universidad Santo Tomás (Bogotá). Docente de Filosofía al servicio de la Secretaría de Educación de Bogotá D.C. Asesor del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE). Ha investigado diversos aspectos de las obras de Karl Marx, Enrique Dussel y Juan José Bautista, centrándose en los referidos al horizonte ético y a los campos epistemológico, económico y estético.
El sujeto de la liberación: concebir la trasformación desde otra idea de realidad.
Introducción
En uno de sus componentes fundamentales, la Filosofía de la Liberación postula que la transformación de la realidad exige resignificar el horizonte de sentido desde el cual los sujetos piensan y actúan. En este contexto, Juan José Bautista Segales (1958–2021) propone una epistemología que articula la teoría crítica y la praxis descolonizadora. En su lectura de la Ética de la Liberación de Enrique Dussel y de la Teoría del Fetichismo de Franz Hinkelammert, Bautista revela cómo la racionalidad moderna ha “divinizado” la realidad, subsumiendo la vida cotidiana en la lógica del cálculo instrumental. Uno de sus legados consiste en construir y desarrollar una propuesta por la que el auténtico pensar se posiciona como “motor” de la liberación: el ejercicio de nuevo modo de conciencia (existencial) dialéctica, que desencubre fetiches y reconstruye modelos ideales orientados a la reproducción comunitaria de la vida.
Algunos datos sobre el pensador.
Juan José Bautista Segales nació en La Paz, Bolivia, en 1958. Inicialmente se formó en sociología. Emigró a México para cursar sus estudios en Filosofía; allí fue discípulo grandes pensadores como Eduardo Nicol, Hugo Zemelman, Enrique Dussel y Franz Hinkelammert. Interpelado por el sentido de la pregunta heideggeriana «¿Qué significa pensar?», inicia un proceso de formación rigurosa en el que se propuso dar respuesta a este interrogante desde la perspectiva de la situación latinoamericana. Durante los años noventa participó activamente de los diálogos entre la filosofía de la liberación y la ética del discurso de Karl Otto Apel, en cuyo proceso se construyeron aportes fundamentales para la reformulación de la segunda, junto al surgimiento del llamado “Giro decolonial”.
Fue ganador del Premio Libertador al pensamiento crítico, con la obra titulada ¿Qué significa pensar desde América Latina? (2014), con la que se propuso dar cuenta del modo en el que el auténtico pensar solo es posible cuando el sujeto pensante se sitúa desde dentro de la comunidad de vida, en su contexto, motivado o cuestionado por el horizonte vital e histórico que lo constituyen. En otra de sus obras centrales, Dialéctica del fetichismo de la modernidad (2017), Bautista muestra el modo en que las categorías fetichizadas de la racionalidad moderna, al naturalizarse en los modos de vida cotidianos, operan como poderosas fuerzas (religiosas) que, interiorizadas por los seres humanos, exigen el sacrificio cotidiano de la vida (Bautista, 2017, p. 197). En sus escritos posteriores, fundamentó la noción de racionalidad transmoderna, insistiendo en que solo un cambio profundo del «modelo ideal desde el cual pensamos, sentimos y actuamos» habilitará procesos genuinos de descolonización y liberación (Bautista, 2023, p. 100). Juan José Bautista falleció en Ciudad de México en 2021, dejando un legado que impulsa debates sobre epistemología crítica, justicia social y praxis liberadora.
Descolonización epistemológica y crítica del fetichismo
Para Bautista, descolonizar el pensamiento implica liberar a la razón de su función reproductora del horizonte moderno, lo que permite revelar sus presupuestos ideológicos. Esta comprensión remite a lo propuesto por Enrique Dussel en los parágrafos 5.3 y 5.4 de la Ética de la Liberación en la Edad de la Globalización y la Exclusión (1998), donde introdujo la necesidad de una episteme crítica, construida desde las víctimas, que se diferencie de las ciencias sociales funcionales por su finalidad liberadora (Dussel, 1998, p. 445). En diálogo con Marx, Bautista asume esa invitación, encontrando que a lo largo de la obra del pensador treverino se desarrollan continuos ascensos y descensos dialécticos, que son posibles gracias a la forma en la cual, en la tradición mística de la cultura judía, tiene lugar la lectura de los textos sagrados, lo que constituiría el desarrollo interno de su método dialéctico en cuatro niveles (descripción, entendimiento, comprensión y espiritualidad mística), y que a diferencia de la dialéctica hegeliana será lo que le permite desencubrir las inversiones o inconsistencia generadas por el capitalismo, que luego se trasladarán a las distintas instancias en las que se configura la realidad moderna (Bautista, 2023, p. 87).
Admirador y estudioso de la obra de Franz Hinkelammert — al que llamaba “el Marx de América Latina”— estudia su Teoría del Fetichismo, recuperando el pasaje de Marx en la Sección primera, capítulo IV, Volumen I de El Capital donde muestra cómo, al convertirse en mercancías, los productos humanos se vuelven «objetos endemoniados» que ocultan las relaciones sociales que los engendran (Marx, 1975, pp. 87–89). Bautista profundiza esta apreciación al exponer que el fetichismo dota de sacralidad al mercado, convirtiendo las mercancías en «divinidades» que devoran la vida, en el sentido propuesto por Hinkelammert (1977, p. 12). A partir de aquí el filósofo boliviano insistirá en la necesidad de desarrollar un modo de racionalidad que desfetichice la realidad; es decir, que revele las formas “fantasmagóricas” ocultas en las mercancías capitalistas, que se proyectan y determinan las relaciones sociales entre las personas, que son las relaciones entre individuos solos, aislados, que se vinculan transitoriamente a través de intereses circunstanciales. Ahora bien ¿cómo reconstruir o transformar las creencias que se tienden sobre las relaciones entre los seres humanos? Nuevamente, en una lectura creativa de Marx, Bautista comprende que el modelo ideal del «Reino de la Libertad» postulado como «una asociación de hombres libres, que trabajen con medios de producción colectivos» para orientar la praxis (Marx, 2019, p. 96), permite concebir como posibles todas aquellas formas de vida en las que el ser humano no sea sometido sino reivindicado conforme a su dignidad, muchas de ellas presentes en las tradiciones y pasado de los pueblos.
Para que esta composición de la racionalidad sea posible, de manera concreta, en los sujetos ético-políticos de la liberación, será necesario articular un pensar metodológico que pueda concebir a la investigación categorial como un momento o parte fundamental de la praxis liberadora. Así, esta concepción faculta al sujeto crítico para descubrir hechos invisibilizados, contradicciones latentes en los distintos sistemas, e igualmente, le provee de un horizonte existencial capaz de generar categorías situadas. Al restituir la racionalidad en su dimensión creadora de vida común—y no de dominación— Bautista convierte el pensar en un acto de compromiso político permanente con la transformación de las realidades de opresión.
Relevancia de la racionalidad transmoderna para los procesos ético-políticos en América Latina y el “Sur global”.
Según Dussel, la transmodernidad implica «una ruptura en todos los niveles de la civilización» (político, cultural, subjetivo, económico, estético) que surge como parte del proceso de transición descolonial (Dussel, 2014, p. 303). Bautista retoma ese horizonte para proponer una racionalidad transmoderna, que reconozca y valore la pluralidad de cosmovisiones originarias, desplace la universalidad de la razón occidental y ancle el conocimiento en la praxis comunitaria (Bautista, 2014). En un contexto en el que el desenfreno de la formalidad procedimental neoliberal (en sus diversas facciones) ha ocasionado el vaciamiento vital de las democracias, la ausencia de subjetividades orientadas por el criterio de la vida común, la presencia de economías depredadoras y acumuladoras, y experiencias sociales de violencia estructural, un pensar como el propuesto por Bautista ofrece herramientas metodológicas y categoriales, que develan las narrativas sobre las que se sustenta el sentido común moderno; ese mismo horizonte de sentido que hace aparecer como “normales” y hasta “deseables” las causas y situaciones de exclusión por las que atraviesan un número cada vez mayor de personas.
La lectura e interpretación críticas de la Filosofía de la liberación de Enrique Dussel, a partir de las construcciones aportadas por quien fuera (en palabras del mismo Dussel) “el mejor de sus discípulos”, invita concentrar los esfuerzos argumentativos en la creación de las condiciones para una deliberación simétrica entre las víctimas, que son los afectados por un modo de validez institucional centrado en el cumplimiento incuestionable de la Verdad del sistema (acudiendo a la expresión utilizada por el filósofo de la argentino-mexicano). Así, al situar el pensar más allá del paradigma de la conciencia, esto es, como corazón de la transformación, la racionalidad transmoderna hace posible la configuración de una subjetividad que conciba la posibilidad y la necesidad de establecer escenarios de diálogo comunitario que reivindiquen la importancia no solo de la emancipación, sino de la liberación. Bautista propone un cambio radical de modelo ideal, que permita concebir una factibilidad que transgreda los marcos vitales que dan forma a la realidad: «la recuperación de nuestra propia realidad histórica tiene que ver con la necesidad de producir no sólo otra concepción de realidad sino, en este caso, de tiempo, de temporalidad y de futuro» (2014, p. 242).
Conclusión
Juan José Bautista Segales propuso los elementos para fundamentar «otra idea o concepción de razón» (2014). La Filosofía de la Liberación y, de manera particular su Ética y su Política, se enriquecen con los aportes de una racionalidad que responde a sus Principios críticos. El filósofo boliviano muestra que la liberación exige una racionalidad crítica capaz de desgarrar los velos del fetichismo y reconstruir modelos ideales orientados a la vida comunitaria. Esta concepción de razón enlaza el pensar crítico de la actualidad con la redención de las formas de vida comunitarias y modelos ideales liberadores, que desde el pasado se hacen presentes en el “ahora”, mostrando tanto las contradicciones manifiestas en los modos de vida que se centran en la autosuficiencia individual-unilateral, como las posibles salidas a las principales encrucijadas producidas por la racionalidad y praxis modernas. Su propuesta metodológica ofrece la posibilidad de ejercer el pensar como un adentrarse epistemológico en la realidad, que permita la creación y posicionamiento de conocimiento pertinente. En una de sus obras más relevantes insistía, en que la descolonización del conocimiento no pretende como tarea central la negación de los conceptos, teorías y categorías europeas o anglosajonas, sino el posicionamiento de los horizontes cosmológicos propios, como ámbitos desde los cuales poder leer y construir nuevos contenidos:
Lo que estamos sugiriendo es que cuando nos apropiamos de conceptos, categorías, teorías, o filosofías provenientes de la tradición occidental o de otras; [sic] que el fundamento de esta apropiación, (o sea el proyecto o concepción de humanidad y de vida, que es aquello que está pre-sub-puesto) no sea el horizonte o proyecto moderno-occidental, sino el proyecto nuestro; es decir, que lo pre-sub-puesto en la construcción del conocimiento científico y filosófico respecto de nuestra realidad y horizonte, debiera ser nuestro propio fundamento, o sea nuestro propio proyecto de vida, de nación y de humanidad y que en última instancia éste se deduzca de nuestra historia, cultura y tradición. (2010, pp. 255-256)
El presente latinoamericano acude al encuentro entre la crisis y la disputa por la representatividad, las evidencias sensibles de violencia sistémica y los movimientos populares que insisten en la solución pacífica de los conflictos, la depredación medioambiental y la comprensión de la naturaleza como escenario o fuente de la vida; así también, entre la amenaza latente del ingerencismo (que hoy se presenta en las nuevas metamorfosis económicas y políticas) y la configuración de múltiples experiencias políticas y culturales emancipadoras y de liberación. Frente estas manifestaciones, la obra de Bautista se presenta como brújula: invita a reconocer el núcleo mítico-ontológico de las culturas negadas, a afirmar la centralidad de la vida y a construir instituciones democráticas fundadas en la participación simétrica de las víctimas. Al hacer del pensar un acto liberador, su legado ilumina el camino para anticipar “otro tiempo”. Justamente, era este el sentido del argumento expresado en uno de los cursos[1] que impartiera previamente a su paso al plano ancestral, en el que insistía: «parece que solo un proceso de redención prepara el camino a la liberación».
Referencias
Bautista, J. (2010). Crítica de la razón boliviana. Elementos para una crítica de la subjetividad del boliviano con conciencia colonial, moderna y latino-americana. Rincón Ediciones.
Bautista, J. J. (2014). ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad transmoderna y postoccidental. Ediciones Akal.
Bautista, J. J. (2017). Dialéctica del fetichismo de la modernidad. Editorial Teoría y Praxis.
Bautista, J. J. (2023). La teoría del fetichismo de Marx. Tabula Rasa, 48, 77–102. https://doi.org/10.25058/issn.2011-2742
Dussel, E. (1998). Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión. Editorial Trotta.
Dussel, E. (2014). 16 tesis de economía política: interpretación filosófica. Siglo XXI Editores.
Dussel, E. (2016). 14 tesis de ética: hacia la esencia del pensamiento crítico. Editorial Trotta.
Dussel, E. (2025). Hacia una teoría de la modernidad/colonialidad. La descolonización epistemológica. Ediciones Akal.
Hinkelammert, F. (1977). Las armas ideológicas de la muerte. Editorial Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).
Marx, K. (1975). El capital. Crítica de la economía política (Vol. 1). Siglo XXI Editores.
Marx, K. (2019). El capital. El proceso de producción del capital (Tomo I, Vol. 1). Siglo XXI Editores.
[1] Bautista, J. (2020). “El tiempo mesiánico como filosofía de la Historia”. En la obra de Walter Benjamin. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=Uw6YQ8uM-vE&list=PLA-D2fJo3NiOZdMD1HH-uEdN0j69kDARR