El centenario del nacimiento de Orlando Fals Borda
La Revista Cambios y permanencias de la Universidad Industrial de Santander dedica su último número a la celebración del Centenario del nacimiento del sociólogo Orlando Fals Borda. Contiene textos de Gabriel Restrepo, Eduardo Gudynas, Alfonso Torres, Helwar Figueroa, Damián Pachón, Joanne Rappaport, Carlos Duque, y una entrevista con Rodrigo Uprimny
Damián Pachón Soto, Universidad Industrial de Santander
Helwar Figueroa Salamanca, Universidad Industrial de Santander
En el año 2013, uno de los autores de esta editorial presentaba los textos compilados por Ediciones desde abajo con el título Socialismo raizal y el ordenamiento territorial. Allí resaltaba cómo el pensamiento de Orlando Fals Borda en torno a la Investigación Acción Participativa (IAP) con las comunidades subalternas suponía a la vez una transformación social; una subversión social liderada por parte de las propias comunidades emancipadas, que en su proceso de concientización imaginaban una sociedad opuesta al capitalismo y a la dominación cultural. De esta manera, en los territorios habitados por diversas culturas, el saber histórico, la autoconciencia y las utopías raizales se trenzaban en búsqueda de otro mundo posible.
La publicación de este libro se daba en un año en el cual los movimientos sociales de América Latina confluían como una fuerza esperanzadora manifestada en Chile, México, Brasil, Ecuador, Venezuela y Colombia. Las protestas denunciaban las medidas represivas de gobiernos de talante autoritario, el fraude electoral, la corrupción, la represión estudiantil, la destrucción de los ecosistemas en beneficio de las multinacionales, el reconocimiento de los derechos sociales de los campesinos, propiedad sobre la tierra labrada y un comercio justo; así como el reconocimiento de los derechos ciudadanos de las comunidades raizales, negras e indígenas. Al mismo tiempo, en Europa las huelgas protagonizadas por los trabajadores y la ciudadanía en general iban en aumento, particularmente en Grecia, Francia, Alemania, Reino Unido, España, Portugal e Italia. En Estados Unidos, en las manifestaciones del movimiento negro por una justicia igualitaria todavía se sentía el eco de la toma de Wall Street (2011). En Rusia y Turquía, los ciudadanos también se movilizaban defendiendo la democracia. Movilizaciones sociales precedidas por la llamada Primavera Árabe (2011), crítica de las dictaduras, y que, en ese mismo año, 2013, en Túnez y Sudán, en plena transición a la democracia, continuaban reprimiendo a los ciudadanos.
En ese momento, como lo expresaba Bonaventura de Sousa, el continente latinoamericano era visto como el más adelantado en la lucha contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, en un escenario en donde se presentaban dos tipos de luchas: ofensivas y defensivas. En Ecuador, Bolivia y Venezuela, que estaban en plenos cambios radicales del modelo de desarrollo, de Sousa definía sus luchas como ofensivas. Mientras tanto, en Brasil y Perú se presentaban acciones para desmontar los logros alcanzados por parte de gobiernos progresistas por medio de una contrarrevolución jurídica (Lawfare) y la criminalización de la protesta, estas eran las luchas defensivas. En ese escenario, las democracias se tensionaban entre los cambios sociales y la defensa del statu quo; luchas políticas enmarcadas en un debate cultural defensor de la autodeterminación de los pueblos, comprometidas con la superación del colonialismo y el establecimiento de una sociedad respetuosa de la diversidad, abierta al diálogo cultural, a la autodeterminación de los pueblos y a la defensa de los ecosistemas. Una agenda política liderada por diversos movimientos sociales, vistos como sujetos históricos, capaces de superar el colonialismo cognitivo (o lo que las teorías decoloniales llaman colonialidad del saber) y desarrollista a través de sus acciones políticas. Por cierto, en ese convulsionado 2013 en la mencionada obra se afirmaba que “(…) la propuesta participativa, democrática no dogmática y pluralista de Fals Borda aboga precisamente por un proyecto contra-hegemónico, alternativo, intercultural para hacer frente al capitalismo global y a la unificación cultural del mundo y el arrasamiento de los recursos y las formas de vida”.
Hoy, diez años después, la revista Cambios y Permanencias, teniendo en cuenta que el 11 de julio de 2025 se cumplen cien años del natalicio de Orlando Fals Borda, decide realizar un merecido homenaje a su obra con este número especial titulado Sentipensando el territorio con Fals Borda: saberes, resistencias y nuevas perspectivas de futuro. Publicación que tiene por objeto reflexionar sobre el legado crítico de Fals en un contexto que por momentos se percibe más adverso que hace diez años, pues el péndulo de la política global se mueve nuevamente hacia la derecha en donde los fascismos viralizados por personajes de ficción amenazan con callar las voces de millones de seres humanos, cada vez más empobrecidos por un capitalismo salvaje, depredador y bárbaro.
El genocidio palestino por parte de los israelitas que amenaza con destruir los cimientos del humanismo construido precariamente durante más de dos siglos de luchas sociales al mismo tiempo que los derechos humanos, forjados con la sangre de millones de víctimas; la guerra entre Ucrania y Rusia que afina las miras de las armas de fuego (y virtuales) en una especie de tercera guerra mundial no declarada; el incesante aumento de las migraciones que intenta ser contenidas con murallas naturales o construidas por el hombre; y la crisis ambiental en un escenario de postpandemia en la llamada nueva era del Antropoceno, por momentos parecen cerrar las puertas al pensamiento crítico y alternativo –Fals diría “sentipensante”–.
De ahí la vigencia de la obra de Fals y su llamado de volver a las utopías, a la historia y a la acción para llenarnos de la fuerza necesaria para que el pensamiento crítico no desfallezca en medio del presentismo, la pérdida del saber histórico y los intentos homogeneizadores de uniformar la diversidad.
Este reconocimiento se justifica, además, por el innegable lugar que ocupó Fals Borda en el pensamiento crítico latinoamericano. Recordemos que, tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el continente quedó a la intemperie espiritual debido a la crisis europea, tal como lo recordaba el filósofo mexicano Leopoldo Zea. En ese contexto, la ciencia social despierta en el continente con corrientes como la teoría de la dependencia, la pedagogía del oprimido, la teología de la liberación, la filosofía de la liberación, la nueva historia social y, desde luego, con la sociología auténticamente latinoamericana, tal como la llamaba Camilo Torres. Es ahí donde el trabajo de Fals Borda irrumpe con fuerza y creatividad cuestionando la importación acrítica de marcos teóricos y de conceptos lejanos de la especificidad de la realidad latinoamericana. Por ejemplo, Fals denunció lo inadecuado que resultaba para nuestro contexto usar conceptos como “feudalismo”, “semifeudalismo”, “pequeña Edad Media”, para referirse al periodo colonial.
Fals Borda llamó entonces a repensarse el “trasplante” conceptual a la vez que exigió asumir los “acumulados históricos” emancipatorios construidos por indígenas, campesinos, negros, etc., para la construcción de un nuevo orden social. La crítica al colonialismo intelectual iba de la mano de la construcción de una nueva metodología, la Investigación Acción Participativa (IAP), que no era solo una apuesta epistemológica, sino política, donde el investigador y las gentes sencillas trabajaban de la mano en pro del cambio social. Esta conjunción feliz entre epistemología y política fue la que le dio el puesto a Fals en la sociología mundial.
Con los recuerdos autobiográficos de Gabriel Restrepo damos inicio a esta aventura por la obra de Fals y su legado intelectual devenido en unas categorías analíticas construidas desde el saber popular y transformador. Restrepo en su texto Orlando Fals Borda: Peregrinación Mítica y Sapiente narra cómo desde los años sesenta la relación con Fals pasó de la confrontación, algo infundada y juvenil, a una amistad centrada en el respeto y la admiración por la capacidad resiliente, creatividad y originalidad en el actuar de Fals, así como en su compromiso con los sectores populares con los cuales compartía su sentir y forma de pensar, pero a la vez imbuido del ethos académico construido a través de sus esfuerzos intelectuales por comprender la sociedad colombiana.
Restrepo considera que la constancia intelectual y una especie de estoicismo de Fals provienen de su formación protestante, característica religiosa que Restrepo inmediatamente complementa con el jolgorio y la alegría carnavalesca de ser un pansexual nacido y “gozado” al ritmo de los porros de San Pelayo. Según él, será en esa mezcla alucinante de fascinación por el sentir popular y la forma cómo lo racionaliza “sentipensantemente” donde estaría el leitmotiv falsbordiano.
Joanne Rappaport en el ensayoMetodologías sentipensantes de investigación nos explica cómo los sentimientos y racionalidad de los campesinos “corronchos” que acompañaron a Fals en sus investigaciones sobre el Caribe colombiano le permitió referirse a ellos como “sentipensantes”, Una categoría que ellos mismos construyeron y que Fals llena de contenido narrando sus vidas y contextualizándolas a través de las creencias míticas y saberes mágicos. De esta manera, la creatividad y aguante del campesino luchador por su tierra cultivada y que le despojan recurrentemente los hacendados señoriales (de ayer y de hoy) deviene en un pescador (hombre anfibio, hoy diríamos hombre y mujer, anfibios), lo que le permite adaptarse a ecosistemas acuíferos, que en tiempos de verano se transforman en grandes zonas de cultivo. El hombre hicotea se transforma en un anfibio que se sumerge y se mueve con la destreza de un pez por las aguas de la vida y de la muerte. Relatos convertidos en comics y cartillas con viñetas cargadas de lenguaje popular, y sociodramas protagonizados por los mismos campesinos interesados en formar políticamente a sus compañeros de lucha. Un proceso de creación artística que para Rappaport es la esencia de la IAP y su devenir histórico y “sentipensante”.
En el tercer ensayo que lleva por título Génesis y legado de la investigación (acción) participativa Alfonso Torres resalta cómo la metodología de investigación de Fals se basa en darle eco, dimensión narrativa y analítica al saber popular o al sentido común de la gente corriente, saberes que posteriormente constituyen la ciencia y el pensamiento universal. Además, es la experiencia “para sí” de las personas corrientes la que les permite comenzar un proceso de autoconciencia para la liberación y la transformación social en la cual el investigador sólo es un mediador. De esta manera, Torres argumenta cómo se fue construyendo el saber “sentipensante” de Fals alrededor de la IAP, la cual comenzó a llenarse de contenido desde sus primeros trabajos en torno al mundo campesino andino (años cincuenta) donde Fals analizó los fuertes vínculos cuasi-religiosos que el campesino tenía con la tierra, para terminar de perfilarlo en los años setenta al estudiar la idiosincrasia costeña del campesino más alegre y vivaz quien por esos años luchaba creativamente por la emancipación y el derecho a la propiedad. Experiencias que le van a permitir a Fals decantar su método para presentarlo oficialmente en el “Simposio mundial sobre investigación activa y análisis científico” realizado en Cartagena en 1977.
Cierra esta primera sección de la revista, dedica a los autores invitados, la reflexión de Alexander Pereira que lleva por título Orlando Fals Borda. Retorno a mi Caribe natal. Un caribeño universal, nacido en el Carmen de Bolívar, que nos habla nostálgicamente sobre cómo Fals, luego de su ostracismo en el centro del país andino, encuentra en el Caribe colombiano un lugar para reconstruir su pensamiento, alejado radicalmente de cierto positivismo evidente en sus primeros escritos; o su distanciamiento de su marcado estructural funcionalismo cuando elaboró su tesis doctoral El hombre y la tierra en Boyacá (1957). Es así como a finales de la década de 1960 se encuentra nuevamente con sus paisanos para elaborar con ellos su obra cúspide Historia doble de la Costa (1979-1986), que para Pereira representa un trabajo colaborativo con campesinos que se encuentran en plena emancipación, de ahí que las apuestas performativas e investigativas del Fals le permitiera contar a varias voces la historia de la resistencia campesina. Una tenacidad forjada históricamente frente a la dominación de las elites costeñas (tropicales, señoriales y atrasadas) acaparadoras de la tierra y despojadoras además de las culturas ancestrales enraizadas en tierras, ciénagas y ríos.
La sección de artículos científicos se abre con el artículo del uruguayo Eduardo Gudynas Sentipensando territorios: una revisión del concepto, sus expresiones y urgencias en América Latina, quien evidencia cómo es posible usar las categorías de Fals en otros escenarios con problemáticas similares o en propuestas de investigación alternativas, comprometidas con las comunidades. De ahí que Gudynas analice cómo las políticas extractivistas, lideradas por los estados en asocio con las multinacionales, están afectando las identidades y los ethos territoriales de las diversas comunidades que habitan la gran cuenca de la Amazonia al sobreponer intereses nacionales y corporativos en territorios culturalmente diversos. La respuesta por parte de Gudynas a esta homogenización cultural, destructora de la naturaleza, es “sentipensar” el territorio desde la perspectiva de sus habitantes para proponer a la vez un socialismo raizal y ecológico, donde el territorio se organice popularmente y de esta manera evitar la injerencia de actores externos que desconocen la idiosincrasia territorial.
El texto de Damián Pachón presenta un panorama general del pensamiento de Orlando Fals Borda iniciando en sus apuestas de investigación con los campesinos, su interés por la violencia y preocupación por cómo producir el cambio social en la historia. Aquí Pachón no solo alude a las relaciones entre la utopía y el cambio, o lo que Fals llama “subversión”, sino que muestra, también, cómo se va dando el paso hacia la IAP. Al final del texto Pachón analiza los rasgos principales de la utopía de Fals. Esa utopía tiene nombre propio: el socialismo raizal, el cual debe ser construido tomando valores y aprendizajes de los grupos subalternos y de la mano con estos. En ese trabajo de co-construcción la IAP sigue estando presente, pues ciencia y emancipación van de la mano, a diferencia de lo que asume el positivismo más aséptico.
Por su parte, las reflexiones de Nicolás Herrera Farfán –como el título de su artículo lo sugiere– ahondan en las virtudes teórico-metodológicas que Fals Borda adquirió y desarrolló a lo largo de sus travesías por el país. El contacto con comunidades campesinas le proveyó un sólido insumo para su propuesta de la IAP, mediante la cual planteó discusiones esenciales a nivel pedagógico que tuvo alcances más allá del territorio nacional. De ahí que Herrera establezca una sugerente relación entre la IAP y la Educación Popular (EP) de Paulo Freire, diálogo por medio del cual el autor realiza un balance de las raíces del pensamiento de nuestro sociólogo colombiano a través de los vaivenes de la academia y su vida misma.
En una línea argumental similar a la del anterior texto, en el artículo Orlando Fals Borda y el laboratorio metodológico: investigación crítica y comprometida en el período 1970-1975 las autoras argentinas María Mercedes Palumbo y Laura Celina Vacca desarrollan una necesaria síntesis de la metodología falsbordiana. Para las autoras, fue entre los años de 1970 y 1975 cuando Fals Borda tuvo su período de mayor riqueza productiva investigativa, que ellas denominan “laboratorio de experimentación metodológica”. Esto tuvo que ver con sus periplos por el país, con la cercanía con otros intelectuales de “La Rosca” y con su contacto con comunidades campesinas. Es decir, que dicho período fue esencial para la posterior propuesta teórica de la IAP y para las bases del pensamiento de Fals que hoy por hoy recordamos.
Precisamente, un ejemplo de la forma en la que el pensamiento de Fals Borda debe ser aplicado en la cotidianidad de las comunidades desde el presente y con un compromiso que implican los planos académico y social, es el artículo de Carlos Duque Acosta Universidad pal´ barrio como propuesta de educación popular, re-existencia y deselitización de la academia de inspiración falsbordiana. Duque Acosta, en el contexto del estallido social del año 2021 en la ciudad de Cali, adelantó una propuesta de educación popular con la comunidad basada en la puesta en escena de varios conceptos teóricos de la IAP que son retroalimentados luego de entrar en contacto con los saberes de las gentes. La propuesta del autor es muestra, como insiste, del potencial que subyace a la educación popular y al pensamiento falsbordiano, a través de los cuales es posible deselitizar la academia y transformar la sociedad.
Por último, en la sección de Diálogo con autores tenemos el privilegio de contar con las palabras que el profesor Rodrigo Uprimny pronunció a finales del año pasado en la Cátedra de Paz sobre la Justicia Especial de Paz (JEP) realizada en la Universidad Industrial de Santander. En esa ocasión nuestro invitado hizo una defensa destacada del informe de la Comisión de la Verdad y de las labores adelantadas por la JEP. Ambas, instancias paradigmáticas en la implementación de los Acuerdos de la Habana puesto que al poner en un lugar central a las víctimas del conflicto armado interno colombiano nos ubicamos a la vanguardia de la puesta en funcionamiento del derecho alternativo. Un hecho que por su originalidad a nivel internacional se convierte en una contribución para el mundo en la búsqueda de la paz y de la cual los colombianos todavía no somos conscientes.
De esta manera, consideramos haber logrado, junto con los autores que nos aceptaron esta invitación, rendir un merecido homenaje a la obra de Orlando Fals Borda y reconocer a la vez, con él, que es posible imaginarse, con los sectores excluidos del poder, un mundo donde la razón se realice transitando por los cauces de las emociones y los sentires diversos. Por ello, invitamos a nuestros lectores y especialistas en el pensamiento de Fals a que superemos al maestro con nuevas propuestas y desarrollos investigativos novedosos, pues por momentos pareciera que no hemos avanzado y que continuamos girando en torno a un marasmo de utopías no realizadas, que, sin embargo, siguen siendo la esperanza.
Damian Pachon Soto
Profesor titular de la Universidad Industrial de Santander y Visitante Asociado del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kobe (Japón). Doctor en Filosofía y miembro de la Sociedad Colombiana de Filosofía. Comprometido con el uso público de la razón para pensar los problemas nacionales y mundiales. Convencido de que la filosofía contribuye a la cualificación de la democracia.
Autor de los libros “Estudios sobre el pensamiento colombiano, volúmenes I y II (Bogotá, ediciones Desde abajo 2011, 2020), “Espacios afectivos. Instituciones, conflicto, emancipación” (en coautoría con Laura Quintana, Barcelona, Herder, 2023), “Política para profanos” (Universidad Industrial de Santander, 2022), “El imperio humano sobre el universo. La filosofía de Francis Bacon” (Bogotá, 2019), entre otros.
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