Femmes Fatales

Publicado el Claudia Plazas

¡Los campesinos son unos duros para montar videos!

Pues sí, los campesinos son unos duros para montar videos, o por lo menos eso es lo que dio a entender el General Rodolfo Palomino. Yo la verdad creo que los únicos que se han armado unos videos distantes de la realidad son los señores del gobierno, quienes parecen ignorar los disturbios en las vías del país, el alza en los precios de la canasta familiar y los abusos de las autoridades. Aunque siempre escribo sobre la situación de las mujeres en Colombia, prefiero tomar esta oportunidad para hablar sobre el paro, porque a pesar de lo que diga el General Palomino, yo he visto videos de mujeres y niñas heridas y atacadas por miembros del ESMAD.

A mí la verdad me parece inaudito que el Presidente Juan Manuel Santos, quien proviene de una familia de periodistas, no vea noticias, no se informe o quiera darle la espalda a la difícil situación que se muestra en los medios y en las redes sociales.

Es una lástima que el gobierno quiera desvirtuar la magnitud del paro. Si esta era una estrategia del Presidente Juan Manuel Santos para calmar los ánimos, quedo claro que tuvo el efecto contrario. Lo único que el Presidente Santos logró fue que los campesinos se unieran aún más en un cacerolazo, al cual el gobierno respondió con tanques de guerra. ¿Muy proporcional la respuesta del gobierno, recibe cacerolazos y envía tanques? En Colombia estamos mal, muy mal si creemos que los intereses de los campesinos no nos involucran a todos. Déjenme recordarles que a lo largo de la historia la lucha de los campesinos ha sido la lucha de todo el pueblo.

Si nos independizamos fue gracias a la lucha de los criollos que se rebelaron contra los españoles. La historia de Colombia es la historia de una batalla infinita por combatir la desigualdad social. De hecho, si en Colombia llevamos décadas en una guerra civil es porque la desigualdad social hizo levantar a los Chulavitas, esos campesinos conservadores que marcaron los primeros años de violencia en Colombia.

Por tal motivo, no sobra recordarle a Juan Manuel Santos que así firme la paz con las FARC, está claro, clarísimo que el problema de fondo persiste, la desigualdad social.

Las FARC podrán entregar las armas, pero muy seguramente algún otro grupo víctima del abandono del gobierno podría levantarse en armas y rebelarse contra el gobierno. De nada sirve firmar la paz con un grupo armado cuando el gobierno le manda tanques de guerra a campesinos que solo tienen los azadones de su trabajo para defenderse y las cacerolas para protestar. En otras palabras, firmamos la paz en Cuba pero el gobierno sigue alimentando el conflicto interno en contra de ciudadanos indefensos que solo reclaman condiciones de vida y de trabajo justas y dignas.

Si hay algo que me ha dolido al ver las imágenes que evidencian los hechos de los últimos días es darme cuenta que los atropellos en contra de los campesinos no ameritan investigaciones por parte de la Unidad de Derechos Humanos, sin embargo un paseo millonario sí. Evidentemente el gobierno hace sentir a los colombianos como ciudadanos de segunda clase en su propio país.

En este tipo de situaciones es imposible ser imparcial, o por lo menos lo es para mí. Yo no puedo darle la espalda a los campesinos que trabajan largas jornadas para que yo, muy cómodamente, tenga alimentos en mi mesa cada día. Tampoco puedo respaldar a un gobierno que se tapa los ojos ante la grave situación de la clase trabajadora colombiana.

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