Femmes Fatales

Publicado el Claudia Plazas

La paja en el ojo ajeno

Los casos de violación de una niña agredida por seis hombres y el de una mujer de 23 años, quien falleció a causa del crimen, no solo conmocionaron a India sino al mundo entero. Socialmente, India es vista como una nación donde las mujeres son menospreciadas, ¿pero qué tan lejos está Colombia de India en este tipo de crímenes? De acuerdo a las estadísticas de violación de las Naciones Unidas, no muy lejos.

La tasa de violación del 2010 en India fue de 1.8 por cada 100.000 habitantes, en Colombia  fue de 6.8. Claro que si las cifras no hablan por sí solas, los hechos sí lo hacen. Empalamientos, violaciones, asesinatos, hasta un apuñalamiento en pleno centro comercial demuestran que, lastimosamente, en Colombia la situación de las mujeres no es mejor que en India.

Colombia no fue el único país que entró a opinar y sobre la situación de las mujeres en India luego de que estos dos casos se conocieran. En Estados Unidos, periódicos como The Washington Post describieron el contexto social en India de la siguiente manera: “El incidente ha resaltado, una vez más, el absoluto desprecio por la seguridad de las mujeres en india y como los políticos, la policía y los poderosos líderes comunitarios acusan frecuentemente a las mujeres por aventurarse tarde en la noche, por visitar bares y hasta por vestirse de cierta manera.”

Aunque la condena mediática que se le dio a las dos violaciones está completamente justificada, la situación de las mujeres en India no parece ser muy distinta en algunos países occidentales. En Estados Unidos, la tasa de violaciones en el 2010 fue de 27.3 por cada 100.000 habitantes, en Bélgica 27.9 y en Suecia 63.5.

Pero volviendo a Colombia, casos como los de India no son hechos aislados en nuestro país. En enero una niña de seis años fue  hallada muerta y con signos de violación. Al parecer, en Colombia es fácil criticar la condición social de países orientales mientras nos tapamos los ojos para no ver lo que pasa en nuestro propio jardín; miramos “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. El mismo día en el que fue capturado Alberto Palacio, responsable de la violación y la muerte de la niña, salió a la luz el  caso de una mujer víctima de empalamiento en Soacha, una Rosa Elvira Cely más. El acusado del empalamiento, Juan Pablo Martínez,  podría solo enfrentar una pena de 12 y 20 años en establecimiento carcelario en caso de ser hallado culpable. Una pena tan corta suena no solo ridícula sino también injusta, más aun si se tiene en cuenta que Javier Velasco, responsable del otro caso de empalamiento que estremeció al país, tenía otros dos procesos en su contra; el primero por la participación en la violación de sus dos hijas biológicas y el segundo por abuso de una trabajadora sexual. Está claro que en Colombia, los violadores enfrentan penas lo suficientemente cortas que les permiten salir a reincidir.

Con penas de 12 a 20 años por una violación y asesinato, más las rebajas por “buena conducta”, a los criminales en Colombia les está quedando cada vez más fácil cometer este tipo de crímenes y enfrentar castigos mínimos. Aunque el rechazo a crímenes como los de India puede ser un buen comienzo, sería mejor no darle la espalda a la crítica situación de las mujeres en Colombia. De otro modo, esa tasa de 6.8 violaciones por cada 100.000 habitantes solo está condenada a aumentar.

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