Familia Ayara

Publicado el Muévete

Hip Hop – Cultura y renta

Con ocasión de la visita a la Universidad de los Andes por parte del filósofo norteamericano  Robert  Sandall, desde el movimiento Hip Hop generamos inquietudes sobre su tema. De lo dicho por el filósofo acerca de los límites éticos del mercado, sale a relucir aquel precepto general que reza “no todo tiene precio” adquiriendo vigencia para marcar el límite con el que se puede topar  el afán de acumulación y generación de riquezas. Sin este precepto, aquella visión enfermiza de un mundo completamente subordinado al intercambio mercantil y a la asignación de un valor monetario, traería consigo el deterioro completo de las múltiples facetas de la ya convulsionada sociedad global y por ende del ser humano. No habría cabida para un acto espontaneo de afecto o siquiera una palabra amistosa. Estos actos propios de nuestra más vital humanidad estarían encadenados a un catalogo infinito de precios regido por el cálculo racional. La “racionalidad” del mercado, sin embargo, con su temible capacidad de someter todo a su axiomática podría realizar por completo esta imagen, si no hay un freno, advierte Sandall.

Desde el movimiento Hip Hop está presente esta problemática y justamente ha marcado las tensiones propias del movimiento. Estas tensiones presentes no solo a nivel nacional sino global se ven dadas por aquellos que por un lado sostienen un purismo ético con un claro rechazo a las lógicas del dinero y por otros que simplemente ven el Hip Hop como un medio para generar riquezas y exponerlas (estilo gangster). Favorecer una posición o la otra es caer en sesgos y no dar respuestas que den solución a las complejas problemáticas sociales, económicas y éticas que hay justamente alrededor de la determinación de ese límite. Solo hace falta volcarse al transporte público en Bogotá y ver las insuficiencias de esas posiciones con relación a la situación de cientos de jóvenes raperos. Son unos simples acumuladores y ambiciosos para aquellos puristas que adolecen de una miopía frente al potencial del Rap como medio de subsistencia. Ingenuos y débiles que deberían buscar espacios donde haya dinero dirán los gangsters enceguecidos frente a la capacidad crítica y constructiva del Rap al interpelar la vida anímica, movilizar cuestionamientos frente a la realidad, y en resumen, ejercer a través de las líricas un cuidado del otro.

No representa un gran ejercicio mental intuir que es a través de ese potencial de cuidar del otro que brinda el Rap donde confluyen valores de un orden distinto, un valor material, y un valor ético y sociocultural. Si dejamos de lado las posiciones facilistas, la dificultad aun permanece en cómo trazar esa frontera entre mercado y cultura. Para empezar a abordar el largo y truncado camino que supone esa dificultad, se requiere comenzar a caminar por las andaderas de una regulación a  la actividad de miles de artistas urbanos en la que ellos sean sus principales artífices.

Daniel Andrés Quintero Acevedo

Fundación Artística y Social La Familia Ayara

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