El pasado es pasado y ya qué le vamos a hacer. Atrás quedó aquel desconcertante 19 de junio de 2012, cuando el alcalde de Santa Marta, en una sorpresiva maniobra mediática, se fue para Bogotá sin decirle a nadie más que a Carlos Vives y su esposa (entonces asesores de las Fiestas del Mar), que le anunciaría al país que se cancelaba la única fiesta que -de verdad, verdad- los samarios podemos decir que son nuestras.
En mi mente aún retumban algunas de las contundentes frases que el mandatario local utilizó para justificar lo injustificable; por qué quitarle las fiestas a un pueblo: “Las fiestas deben ser incluyentes”, “deben ser unas fiestas en torno al mar”, “debemos recuperar las tradiciones”, “deben dejar de generar riquezas para pocos”, “no deben ser fiestas para tomar cocteles”.
Recuerdo también que el mayor ícono de nuestra cultura musical samaria, el gran Carlos Vives, secundó la posición de Caicedo y -iPad en mano- dijo en Twitter que las fiestas “han perdido su rumbo”. En ese momento Vives habló de “condecorar a todos aquellos personajes que hicieron grandes las fiestas”.
Pero bueno, listo, ¡se cancelaron! ¿Conclusión de entonces? Las nuevas Fiestas del Mar –que deben estar ligadas con el cumpleaños de Santa Marta– requerían de “más tiempo para organizar y reestructurar un evento de este tipo”, por eso el año de gabela. Pero el año se nos vino encima y lo único que los samarios sabemos es que se están volviendo a embolatar. ¿Cuántas veces, desde entonces, se ha reunido el famoso grupo de asesores de las fiestas?
Carlos Vives –gran impulsor de esta idea de cambio– se pasó el año sentado en una butaca giratoria encontrando nuevos talentos para Gaira y preparando su próximo cd. Ocho meses después de la cancelación de las fiestas, los únicos registros virtuales solo hablan de por qué había que cancelarlas. Claudia Elena Vásquez, otra de las asesoras de las Fiestas del Mar, coge pa’ donde coge Vives, ¡ni samaria que fuera! Y otros asesores como Inés María Zabarían y Jorge Alfredo Vargas solo vendrán a ocupar el puesto en la tarima que les arme Caracol.
La única diferencia entre antes y ahora es que la Alcaldía ya no tiene Secretaría de Cultura, que era la encargada de organizar la fiesta. Al punto que la Secretaría ya ni existe en el directorio de la Alcaldía.
¡Pero Caicedo no puede quedar mal!… Es cuestión de días para que el alcalde salga a decir que tiene las fiestas listas. Como cuando un mago saca el conejo del sombrero, Caicedo rencauchará la programación que entonces ya tenía lista la secretaria Villarreal para rescatar la tradición; Carlos Vives calentará voz pa’ volver a cantar en un estadio, bien alejado del mar; organizarán dos conferencias sobre el mar en la del Magdalena para meterle academia a la cosa, y ¡fuera!
La fiesta del mar, tal como el año pasado, quedará reducida a un concierto público, sin reina del mar, sin fiesta y sin na’, y sin querer queriendo, aquellos que hablaron de recuperar las fiestas, terminarán dándole la estocada. Y si no me creen, pregúntenle al profesor ‘Pepe’ Alzamora, creador de las Fiestas del Mar, que todavía debe estar esperando el homenaje que propusieron.
¡Qué viva Santa Marta!, pero, ¿y sus fiestas del Mar?
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Por Polo Díaz-Granados
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