Esto mejora, pero no cambia

Publicado el Polo Díaz Granados

¿Se apresura el fiscal Néstor Humberto Martínez con el autor del Nissan Bomba?

No habían pasado 4 horas desde que una camioneta Nissan Patrol se incrustó en la Escuela General Santander, en Bogotá, e hizo temblar al país, cuando el presidente Duque, acompañado del Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, dieron el primer resultado: ¡El autor material fue identificado!

Néstor Humberto fue el encargado de dar los detalles: no le tembló la voz para asegurar que José Aldemar Rojas Rodríguez era el “autor material” del atentado. Como cualquier periodista, comencé a coger nota, al tiempo que me iba haciendo preguntas mentales como si me estuviera preparando para una rueda de prensa que -igualmente- ni siquiera hubo.

Les soy sincero: Cuando terminé de escuchar al fiscal, no me imaginé una fuente distinta de sus rápidas investigaciones más allá que el histórico del RUNT. ¿Pruebas de ADN? ¡Ni tiempo hay pa eso!, ¿Cámara de vigilancia, identificación por video? ¡Ni siquiera lo mencionaron! Al fiscal solo lo vi hablar con claridad del histórico del carro. ¡Un histórico que cualquier colombiano se consigue con internet y 30 mil pesos pagando por PSE!

Así que hice lo mismo: En 5 minutos tuve en mi correo el histórico del vehículo (míralo aquí) y el histórico de todos los dueños que ha tenido el carro del atentado (míralo aquí). ¡Me causó sorpresa que el autor material es el mismo último dueño que tuvo el carro!.

Según datos del RUNT (Registro Único Nacional de Tránsito), José Aldemar Rojas Rodríguez compró el carro a un hombre llamado Wilson Arébalo Hernández el 11 de mayo de 2018, y lo mantuvo como un dueño cualquiera: el mismo día que lo adquirió le expidió SOAT y dos meses después de comprarlo lo llevó a revisión técnico mecánica en el CDA El Arauco SAS, empresa localizada en el municipio de Arauca, Arauca.

¡Pero el sentido común me hace hacerme preguntas! ¿Si yo fuera un terrorista, voy y compro un carro con mi cédula para meterlo 8 meses después dentro de un complejo policial y hacerlo explotar? ¿Si mis planes no fueran morir en el atentado, voy a ser tan pendejo de dejar semejante evidencia para que me capturen a las pocas horas? ¿Y si el carro era robado? ¿No es acaso eso lo más lógico que hagan los terroristas en un hecho como estos?

Estoy tan conmocionado como el resto del país. Ni soy de izquierda ni voté por Petro. Dejo estas dudas como una simple reflexión de que quizás, como lo advirtió el propio Iván Duque en la conferencia de prensa, “hay que actuar con toda la firmeza y toda la prudencia”.

P.D. ¡Clave para esclarecer este caso! Conocer la versión de Wilson Arébalo Hernández, el dueño anterior de la camioneta, el que supuestamente la vendió a José Aldemar. Esos sí, donde aparezca muerto, ¡ahí sí cáguese todo el mundo!

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