Esto mejora, pero no cambia

Publicado el Polo Díaz Granados

Las olas del km 19 llegan al Edificio Ancón de Santa Marta

Hace un mes, unas fotos que me pillé en Facebook llamaron mi atención: eran de una camioneta Burbuja a la que parecía que le hubiera caído un ‘aguacero’ de piedras y escombro.

Preguntando un poco, me enteré de que esta no era la primera vez que le pasaba eso al carro. De hecho, semanas antes había pasado lo mismo: de un piso altísimo de la obra en construcción denominada Edificio Ancón –vecina del Edificio Bellavista, donde estaba parqueado el carro- ya habían caído escombros que terminaron encima de la camioneta.

Más allá de la coincidencia –y la particular saladera de los dueños de ese carro- me llamó la atención el riesgo latente de que, algún día, esos mismos escombros cayeran encima de una persona –o peor aún, de un niño- Riesgo ¡que ojo! Aún considero está latente. Por eso, el 16 de julio escribí este blog: En el Edificio Bellavista hay un muerto que no se ha muerto.

Tal cual lo sabes tú, y los otros 4 gatos que leen este blog, cuando publico mis escritos, acostumbro a escribir algo de información (hechos verificables), que anteceden a una opinión (que es lo que yo pienso y nadie puede cambiar).

Pues bueno, reporteando ese blog me encontré con documentos públicos que señalaban a Enrique Vives Lacouture, el representante legal de Inversora Pegaso, como el responsable de la obra del Edificio Ancón (ver documento 1 y ver documento 2). Esa fue, justamente, la razón por la que en el blog aparece mencionado el señor Vives Lacouture.

¿Pero pa’ qué todo este cuento? Lo que pasa es que el hombre me hizo llegar documentos valiosos sobre el tema que apuntan a que, si en algún momento llega a pasar un hecho que lamentar por cuenta de la construcción del edificio Ancón, ni él ni su empresa serían responsables de nada. ¿Por qué? Porque resulta que –si bien Enrique Vives está en el negocio al ser el dueño del lote donde se construye el edificio, y recibirá algunos apartamentos en contraprestación- quien realmente está encargado de la construcción del mismo es Edgardo Navarro Vives, el mismo del kilómetro 19.

Según consta en la constitución del fideicomiso (como quien dice, en el contrato que rige el negocio de la construcción del edificio), son “el gerente y el constructor quienes desarrollen el proyecto bajo su exclusiva y única responsabilidad técnica, financiera, jurídica y administrativa”.

Yo sé que todo esto que he escrito hasta ahora te parece medio hueso y aburrido, sobre todo porque aquí lo importante –y que nadie le ha parado bolas hasta ahora– es que se está corriendo un riesgo que se puede evitar; Planeación no se preocupa en hacer seguimiento al tema, y si alguien ha corrido a decir algo, es pa’ asegurarse que no lo señalen si pase algo malo.

¡Volvamos al fondo del asunto! Llamemos la atención pa’ que se tomen las medidas del caso. Que los constructores refuercen, que las autoridades vigilen y los ciudadanos estemos tranquilos… Sobre todo que en el Bellavista vive el Mello Cotes, no sea que termine él montándose en un carro en el momento equivocado. ¡Ahí sí nos jodemos todos!

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