La historia que te traigo hoy no podrías entenderla sin antes tener claro estos dos actores que ya he mencionado en entradas anteriores: La Universidad en el Aire -por un lado- y por el otro, el rector sin título, cuyo protagonista hoy se transforma un poco para darle sentido a este blog, llamado: ‘El exgobernador sin PhD’.

Si te da mucha pereza leer sobre la ‘Universidad en el Aire de Santa Marta’, te resumo que esta fue una universidad de papel creada por Carlos Caicedo Omar, en la que se gastaron $500 millones de pesos en pocos meses y a punta de sueldos de corbata, pues la universidad ni siquiera funcionaba cuando ya le estaba metiendo al presupuesto la pendejada de 8 mil millones de pesos. Todo esto sin tener ni un solo estudiante inscrito, ni tampoco carrera alguna aprobada.

Pues bien, precisamente con esos mismos recursos que le metieron a la universidad de papel, el 2 de noviembre de 2023, la entonces alcaldesa de Santa Marta, Virna Johnson -subordinada de los designios de Carlos- ordenó que se firmaran los nombramientos de varios profesionales universitarios para que ‘trabajaran’ en esta universidad.

Digo que ‘trabajaran’ -así, con comillas simples- porque varios de estos profesionales universitarios tenían una tarea muy particular, que nada tenía que ver con el rol de la universidad: la misión, encomendada por el mismísimo Carlos Caicedo Omar, era la de redactar la que sería la tesis de un doctorado que el señor don Carlos Caicedo realiza en España. ¡Sí, así como lo lees!

Fue así como el rector de la Universidad en el aire, Hugo Paternina Espinosa, pensando en congraciarse con el exgobernador -pero a la vez encontrarle justificación al sueldo de los profesionales por la tarea ‘extrauniversitaria’- se le ocurrió una idea que terminó convirtiéndosele en un búmerang: crear el Centro de Estudios sobre Autonomía, Descentralización y Federalismo.

¡Para desgracia del rector!, el nombre que le puso al centro de estudios académico fue prácticamente el mismo que presentó Caicedo para su tesis doctoral, llamada ‘Federalismo y Autonomía Territorial en Colombia’: ¡qué desfachatez!

Por supuesto que, para Carlos Caicedo, la decisión de nombrar de esa manera el centro de estudios, lejos de ser un acto lambón que le gustaría, le dio mucha ira, pues -con justa razón- esto daría para que cualquier persona se enterara e hiciera la conexión en algún momento de que el centro de estudios (con el nombre de su tesis) era preexistente al trabajo que él presentaría, lo que abriría las puertas al evidente plagio.

Enojadísimo por lo sucedido, el exgobernador Caicedo ordenó a Virna Johnson a que citaran a todas las personas involucradas con la tesis y, en presencia de la directora jurídica de la Alcaldía de Santa Marta, les exigiera la renuncia a sus cargos, cuando estos ni siquiera llevaban un mes de haber sido nombrados.

Pero los trabajadores -ahora llamados al paredón del fusilamiento- no eran tan brutos como para renunciar a un cargo de nombramiento de planta con la semejante situación política que se estaba presentando en noviembre de 2023, pues ya Carlos Pinedo Cuello había sido oficialmente elegido alcalde de Santa Marta. ¡Carlos Caicedo ya no tenía el poder!

Impotente y con mucha rabia, Caicedo entonces ordenó a Virna Johnson a que demandara los actos de nombramientos de estas personas, menos de 50 días después de que estos habían sido nombrados. Efectivamente, así sucedió: el 19 de diciembre de 2023, corriendo y a las patadas, la efe jurídica de la Alcaldía, Bertha Lorean Vizcaíno Linero, radicó las respectivas demandas de nulidad de los actos administrativos, en una serie de recursos que -fueron hechos tan a la machota- que el Tribunal Administrativo del Magdalena los descartó por no haber cumplido con requisitos mínimos para su radicación. ¡Todo por salir corriendo ante la ira de Caicedo!

El fondo de esta historia -opino yo- radica en que este es un ejemplo más que muestra las conductas repetitivas de Carlos Caicedo Omar, las de un hombre que llegó a la Universidad del Magdalena sin título profesional, y que por eso fue objeto de burla por los estudiantes de los años 90, quienes llevaron hasta la sede de la Gobernación del Magdalena (cuyo gobernador de entonces, Jorge Caballero Caballero lo había nombrado) para evidenciar que la universidad era ‘dirigida’ por un ‘burro’.  (Si no me crees, lee la historia aquí).

En esa época, Carlos Caicedo fue denunciado por el estudiante de Economía Hugo Maduro ante el Procurador General de la Nación de entonces, hecho que llevó a una suspensión de su cargo que, tristemente, solo fue de 5 días y que disfrazaron como si fueran unas vacaciones. Maduro -en hechos que hasta la fecha no conocen la verdad jurídica de por qué sucedieron- fue asesinado a bala en medio de la época negra en la que el paramilitarismo se tomó las universidades públicas del país a sangre y fuego.

Ese fue el mismo Caicedo que -pese a haber pasado años en el monte alzado en armas, en la ilegalidad, y de tener ocupaciones en cargos públicos que le demandaban tiempo y presencia, sacó de repente un título que lo acreditó como abogado de la Universidad Nacional, sin que en esta universidad los propios estudiantes de su promoción lo recuerden.

Sin duda alguna un rector sin título y – todo parece indicar- que será también un exgobernador sin tesis ni PhD.

¡Y así, de segurito lo volveremos a elegir!

Porque así somos.

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