Esto mejora, pero no cambia

Publicado el Polo Díaz Granados

El novio de mi hermana

Pa’ contarte la historia de este blog que hoy te traigo, necesito que antes cojamos una ‘máquina del tiempo’ y nos vayamos casi una década atrás, por allá al 2014, cuando hice un blog que se llamó del mismo modo al que estás leyendo, pero en el sentido contrario; lo titulé ‘La novia de mi hermano’.

En aquel viejo blog revelé la manera en que el entonces gobernador del Magdalena (2012-2016), Luis Miguel Cotes (político de ‘los de antes’), otorgó un contrato por $17 millones 500 mil pesos del erario a una estudiante de derecho para que ejecutara labores de prestación de servicio ‘profesional’ durante 7 meses como ‘asistente judicial’.

La beneficiaria de esa oportunidad laboral resultó nada menos que la novia del hermano del entonces gobernador. (Si te quieres acordar de ese blog, píllalo aquí).

¿Pa qué te cuento esa vaina? Pa’ que te enteres de que, una década después, cuando se supone que llegó el cambio al Magdalena, la cosa no es igual, sino peor que antes, pues quienes manejan los hilos del caicedismo, lo hacen para darles contratos a sus propios familiares -incluyendo a parejas sentimentales- llegando incluso a la bajeza de hacerlo usando la plata de la salud.  

El que te traigo es apenas un ejemplo. Su nombre es Hugo César Vega Rodríguez, pareja de Patricia Caicedo Omar, hermana del gobernador del Magdalena, por lo menos desde el año 2021.

Ya desde esas épocas, Patricia Caicedo usaba el manejo político del Dadsa, entidad ambiental de Santa Marta donde ejercía como directora, para darle contratos a su pareja: como este, del 10 de junio de 2021 (cuando ya se conocía de la relación de ambos), Patricia Caicedo le dio un contrato de 17 millones 500 mil pesos (si no me crees míralo aquí) al fotógrafo para realizar “actividades de comunicación”.

Después del Dadsa, vinieron contratos de la salud… (Sí, de esa salud que debería ser para atender a los pobres desprotegidos del departamento). Específicamente en la ESE Hospital de Zona Bananera, uno de los municipios más pobres del Magdalena.

Allí, en ese hospital, la gerencia de turno sacó recursos públicos para pagarle, no uno, ni dos, ni tres ni cuatro, sino 8 contratos de supuestas prestaciones de servicio en comunicaciones al parejo de Patricia Caicedo.

El más reciente de estos, el 3 de enero de 2022, el fotógrafo recibió un contrato de -váyanse pa’ atrás- 36 MILLONES en ese empobrecido hospital.

Los 4 Gatos que me leen dirán: ¡Nojoda Polo! ¿Pero eso te sorprende? Si los politiqueros quieren agarrar la marrana del poder es pa eso, pa’ comérsela a pedazos. Y a esos 4 gatos yo les respondo: sí claro, yo lo sé. Pero lo que a uno no le pasa es que con una mano hagas bandideces y con la otra te persignes. ¡Y así es el caicedismo!

Lo que pretendo con este blog -a fin de cuentas- no es criticar que al fotógrafo lo contraten (sus servicios habrán tenido que prestar y, si no lo hizo, ahí sí que lo investiguen), lo que no debemos dejar pasar son esas actitudes de nuestros gobernantes, que en redes y ante sus cámaras, se las quieren venir a tirar de lo que no son. ¿Te acuerdas de Carlos Caicedo Ante la inminente llegada de la Supersalud a intervenirle el hospital?

Cuando de pelear sus manejos politiqueros se trata, los gobernantes están ahí en primera fila para hablar de austeridad, de ahorro de recursos y de cómo los demás se dilapidan los dineros de la salud. Ante eso yo le pregunto ahora a Caicedo: ¿por qué jamás ha dicho nada de los contratos de la salud del que ahora mismo es su cuñado?

Ahora… ¿Sorprenden estas cosas? La verdad es que a mí no, pues, después de todos estos años cubriendo a los gobernantes de ahora, lo he visto todo, hasta cuando Patricia convirtió al de tránsito en su propio cuidador. ¡Apague y vámonos!

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