Esto mejora, pero no cambia

Publicado el Polo Díaz Granados

El aguatero que se ganó $30 millones en Sitionuevo

Esnéider Lugo es un ‘man’ cualquiera que se gana la vida vendiendo bolsitas de agua bajo el insoportable sol del mediodía en Palermo, el pequeño corregimiento que está ubicado justo después del puente Pumarejo, donde comienza la carretera que de Barranquilla nos lleva a Santa Marta. 

Este muchacho, que no pasa los 22 años, también le hace amagues a su cruda realidad haciendo labores de reciclaje junto a su papá. Esnéider estudió apenas hasta los primeros cursos de bachillerato y jamás en su vida ha tenido en sus manos plata para derrochar. ¡Eso lo ha visto si acaso en las telenovelas!

¡Pero eso es lo que él cree! Porque resulta que en la Alcaldía de Sitionuevo, a la que pertenece el corregimiento de Palermo, se encargaron de hacer que Esnéider cumpliera el sueño de ser millonario… Si fuera por la Alcaldía de Sitionuevo, entre él y su papá, Álvaro Lugo, se habrían ganado tres contratos en el año 2012 (de esos que se adjudican a dedo) y se habrían echado al bolsillo casi 30 millones de pesos. El único detalle es que si eso fuese cierto, ellos, que figuran como contratistas, ni se dieron por enterados.

Los contratos en mención son el 044 (clic aquí), supuestamente con el objeto de recolectar y botar una maleza que permitiera mejorar la vía que comunica al caño de Aguas vivas ($10.555.0000), el contrato 043 (clic aquí), con el que se harían jornales de recolección de maleza al caño de Sabanagrande ($9.240.000) y, finalmente, el contrato 123 del 2012 (clic aquí), con el cual supuestamente controlaron las inundaciones producto de las crecientes del río ($9.235.130). Todos esos contratos, a los ojos del pueblo, se convocaron, se ejecutaron, se recibieron a satisfacción y se pagaron a los contratistas beneficiados. Es decir, al vendedor de bolsitas de agua y su padre.

Esto que les cuento aquí –tal cual– constituyó la base de los argumentos que el propio Esnéider dio ante la Fiscalía para dejar constancia de que nunca firmó ningún contrato en ninguna Alcaldía y que, jamás en su vida, ni él ni su papá, han recibido tal cantidad de plata (ver denuncia).

Y las razones para denunciar les sobran, porque es que a los ojos de todos los ciudadanos, especialmente los sitionueveros, estos polémicos contratos -al igual que muchísimos otros que cursan investigación en la Contraloría Departamental- están hechos con todas las de la ley: los firma el alcalde, los firma el jefe de presupuesto, los firman el secretario… Se cumplen todos los procedimientos normativos, aunque a la hora de la verdad, cualquiera que vaya a los sitios donde se hicieron estos contratos verá que allá nada ha pasado. Aprovechen y ‘échenle un ojo’ a un reciente blog en el que les hablé sobre los colegio en el aire de Sitionuevo. 

Y aunque para ti y para mí sea un tema que hasta nos podría sorprender, en ese rinconcito de pueblo magdalenense que es Sitionuevo, este tema ha sido debatido en los pupitres del Concejo Municipal y continuamente denunciado por veedurías ciudadanas… aunque pa’ nada haya servido.

¿La Contraloría? ¡Conoce la situación! ¿La Procuraduría? ¡Conoce la situación! ¿La Fiscalía?¡Conoce la situación! Y mientras tanto en uno de los pueblos recónditos del Magdalena los políticos se llenan los bolsillos a punta de contratos firmados como al niño que le ponen a llenar las planas de un cuaderno en blanco, para justificar ante nadie la consignación en efectivo de unos contratos que solo vieron la luz en el papel… Y si le preguntan a Esnéider, él sigue vendiendo sus bolsitas de agua.

Sigamos así, que vamos progresando…

Por Polo Díaz-Granados
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