Nota preliminar: Esta columna está basada en la charla que presentó el autor en el XI Congreso Nacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África (ALADAA), en la Universidad El Bosque en Bogotá, el 27 de agosto de 2025, por delegación de la Dirección de Asia, África y Oceanía, del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este texto podría llamarse simplemente una mirada, porque justamente será un vistazo a un tema que en los últimos años ha tenido un desarrollo que daría incluso para un documento mucho más profundo, y hasta una tesis académica. Pero se aspira a que sea lo suficientemente interesante como acicate para investigadores que decidan explorarlo en el futuro.
En la historia de la política exterior colombiana se acuñaron dos conceptos, que han identificado la tradición de nuestra diplomacia en el siglo XX, el Réspice Polum y el Réspice Similia. Ahora bien, estas expresiones que en su momento fueron referencia de dos gobiernos concretos, respectivamente el de Marco Fidel Suárez (1918 – 1921) y Alfonso López Michelsen (1974-78), terminaron por simplificar la historia de la política exterior colombiana en el siglo XX, coincidiendo en este punto con un colega de la Carrera Diplomática y candidato a doctor en historia, Julián Camilo Silva, pues no deja de ser una reducción facilista y por momentos errónea.
Estas dos miradas bautizadas en latín, la que se dirigía al norte (en concreto hacia los Estados Unidos) y la que se enfocaba en los países vecinos, siendo etiquetas que pueden controvertirse, sí revelaban la renuencia tradicional de Colombia de explorar el gran potencial de las relaciones con otras realidades geográficas, en este caso concreto, con los países africanos, pero incluso también en el plano multilateral, con los organismos que tienen sede en aquel continente.
África es un nombre que cuando llega a nuestra cabeza, lo hace con las mismas etiquetas incompletas o injustas que pueden encerrar los pensamientos de un europeo o norteamericano inculto o mal informado cuando piensa en Colombia, ideas como selva, violencia, salvajismo, barbarie, miseria, corrupción y un largo etcétera tan incompleto como corto de análisis, pues las naciones africanas, resultan tan complejas y sorprendentes como nuestro país.
Antes de hablar de la relación entre África y Colombia, debe indicarse que el continente africano cuenta con una población mayor a 1500 millones de personas, siendo el tercero en tamaño del mundo, con una edad promedio de 20 años, en un área de 30 millones de kilómetros cuadrados que concentra un tercio de los recursos minerales del mundo, especialmente de Coltán, Platino, Cobalto y otros elementos valiosos, no sólo en los mercados sino en lo geopolítico. En 2025 se calcula que seis de los diez países que más crecerán en el mundo son africanos. Son solo algunas de las cifras que reflejan el gran potencial del citado continente.
La mirada colombiana hacia el África empezó de una manera trágica, entre los siglos XV y XIX incluso, cuando miles de seres humanos que fueron esclavizados llegaron a nuestros puertos y de allí se desplazaron a diversas regiones del país. Ese inicio cruel, dejó una realidad diversa y rica, en cultura y sociedad. En la música colombiana, la cumbia como ritmo que nos identifica en el mundo y que ha trascendido tiempos y espacios, no sería lo que ha llegado a ser, sin su aporte fundamental africano.
Colombia es después de los Estados Unidos y Brasil el país con mayor número de afrodescendientes del continente, al menos un 10% de la población total. Lo cual es significativo, si tenemos en cuenta que la Unión Africana, el gran organismo regional que agrupa a 55 países, contempla aparte de 5 regiones naturales, una sexta región virtual, la de la diáspora africana en el mundo.
La historia debe reconocer en el futuro, el aporte e innegable liderazgo de la vicepresidenta Francia Márquez, para el diseño y ejecución de la Estrategia África 2022 – 2026, que hace parte del Plan Nacional de Desarrollo y que comprende 12 grandes ejes temáticos, dos de los cuales, corresponden a la Cancillería: Presencia diplomática con diálogo político y relacionamiento con la Unión Africana.
Ningún otro líder político colombiano en el pasado había identificado y trabajado tanto por el relacionamiento de nuestro país con África. Hasta el momento la vicepresidenta Márquez ha realizado tres giras a ese continente, que no pocos sectores del país han criticado o no han entendido, por ignorancia, poca información, o por sesgos políticos o ideológicos, sin entrar a considerar el gran potencial que representa para Colombia acceder a nuevos mercados y enriquecerse en el plano cultural con una realidad que paradójicamente nos resulta tan cercana.
La Estrategia África se ha desarrollado gracias al trabajo mancomunado entre el despacho de la Vicepresidencia y la Dirección de Asia, África y Oceanía de la Cancillería. Desde la Coordinación de África y Medio Oriente hemos sido testigos de la buena sintonía y de la claridad a la hora de asumir los objetivos. Pero sin duda, es responsabilidad de todo el Estado colombiano que esta Estrategia se mantenga y consolide en el tiempo.
Puede afirmarse que ya se pueden observar logros palpables en el aumento de la cantidad y calidad del diálogo político y diplomático, proyectos de cooperación horizontal (Sur-Sur y triangular) y acercamientos en materias específicas como educación, deporte y cultura. En el plano comercial, cabe destacar la iniciativa “Ella Exporta a África”, la cual, a través del Fondo Mujer y en alianza con ProColombia, apoya la internacionalización de empresas propiedad o lideradas por mujeres que tengan como objetivo exportar al mercado africano.
Justamente la vicepresidenta Francia Márquez realizó su tercera gira al África entre el 26 de agosto y el 1 de septiembre, visitando cuatro países (Etiopía, Mozambique, Madagascar y Nigeria), en una muestra del compromiso institucional del gobierno colombiano, al impulsar las relaciones de amistad, rescatando el pasado común y proyectándose al futuro, enfatizando en el gran potencial económico, pero también cultural que hay entre nuestro país y las naciones africanas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, ha impulsado la apertura de nuevas embajadas de Colombia, que en este momento llegan a 8 en África: Argelia, Egipto, Marruecos, Kenia, Sudáfrica y 3 recientes, Ghana, Senegal y Etiopía, en cuya capital Adís Abeba, se encuentra justamente la sede de la Unión Africana, porque no sólo hablamos de la relación bilateral entre Colombia y los países africanos, así como del aporte de nuestro país en el acercamiento entre dos bloques regionales, la CELAC y la Unión Africana.
Colombia como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (2025 – 2026), no sólo promueve la relación con la Unión Europea, para lo cual desde antes de tomar oficialmente la presidencia de manos de Honduras el 9 de abril de este año, desde la Dirección de Mecanismos de Concertación e Integración Regionales (DIMCIR) se trabaja organizando la Cumbre de noviembre próximo en Santa Marta, y acercando a nuestro máximo mecanismo de concertación y diálogo político regional con China, con los países de la península arábiga (reunidos en el Consejo de Cooperación de países del Golfo) y con la Unión Africana. Estas acciones se constatan en el Plan de Trabajo que Colombia como presidente a través de la entonces directora de Mecanismos, embajadora Margarita Manjarrez presentó junto al Viceministro de Asuntos Multilaterales Mauricio Jaramillo Jassir, a los miembros de CELAC a final del mes de abril.
Retomando las acciones de acercamiento a Africa, uno de los puntos centrales de la agenda de la tercera gira de la vicepresidenta Márquez a Etiopía, fue sin duda su reunión con el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Sr. Mahmoud Ali Youssouf, en la que estuvo acompañada por el viceministro Jaramillo Jassir, de cuyo despacho depende la Dirección de Mecanismos de Concertación e Integración Regionales.
La Estrategia África, que debe permanecer como política de Estado independiente de los gobiernos por venir, encaja perfectamente con la Agenda 2063, año en el cual la Unión Africana se ha comprometido en consolidarse como un continente integrado, próspero y pacífico. En el plano comercial el potencial es inmenso, cuando se descubre que existen 8 comunidades económicas regionales en un momento, en que las realidades de los mercados tradicionales para los productos colombianos, con mayores restricciones, obligan a buscar alternativas.
Espero que cuando los historiadores del futuro escriban sobre la política exterior de Colombia, hablen de dos nuevas miradas fundamentales, el Réspice Asia y el Réspice África y muestren los frutos de lo que se siembra actualmente, y destaquen la Estrategia África, sin fecha de caducidad, consagrada como política de Estado en Colombia. Siendo consecuentes con el inicio del presente texto, que sea una mirada permanente, curiosa y bien enfocada.
*Dixon Moya es embajador de carrera, actualmente Coordinador de Africa y Medio Oriente en la Dirección de Asia, Africa y Oceanía. Lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/