Carta abierta JD ASODIPLO 30 julio 2025

29 de julio de 2025

No es necesario ser un diplomático para indignarse con las violaciones del derecho internacional que se perpetran en la actualidad en la Franja de Gaza, ni con el deterioro y la violencia creciente en Cisjordania. El mundo sufre guerras y agresiones que socavan la paz y la convivencia en Ucrania, Sudán, Palestina, por mencionar las más notorias; aunque no se puede guardar silencio ante ninguna, lo que ocurre en Gaza merece que dejemos constancia de nuestro rechazo. 

El derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y, en general, la arquitectura del derecho internacional, se están viendo socavados. Las convenciones fundamentales que garantizan la protección de la misión médica, del trabajo humanitario, de los periodistas y de los organismos internacionales se ignoran y violan flagrantemente. En Palestina se usa actualmente el hambre como arma de guerra, el castigo colectivo, el desplazamiento forzado masivo, la profanación de cadáveres y lugares sagrados, todos delitos proscritos por el Derecho Internacional.

Que todo ello ocurra a la vista de la humanidad, y que muchos Estados y actores internacionales miren hacia otro lado, validen e incluso tomen partido en favor de tales violaciones, nos hace preguntarnos en dónde ha quedado el sentido de humanidad que debe clamar por la exigencia de un alto al fuego, por la entrada de ayuda humanitaria en condiciones dignas y seguras para la población bajo asedio, por la liberación de los rehenes de lado y lado.

Los diplomáticos hemos sido formados bajo la égida del derecho internacional que privilegia la resolución pacífica de los conflictos internacionales y nos hace conscientes de que históricamente el diálogo y la negociación, por encima de la barbarie y la deshumanización han sido, sino las más fáciles de lograr, sí las más efectivas y duraderas maneras de dirimir conflictos y salvar vidas.

Colombia fijó su posición en concordancia con el derecho internacional, aún antes de que se desatara la catástrofe de la que hoy somos testigos contra los seres humanos hacinados en la Franja de Gaza – Palestina. El derecho de defensa, incoado por Israel ante los execrables ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamas, ha derivado en una condenable y desproporcionada respuesta que ha sido denunciada por Sudáfrica, como violatoria de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), acción que ha sido respaldada por distintos Estados, incluyendo al colombiano. Desafortunadamente, las medidas provisionales que dictó la CIJ el 26 de enero de este año, en el marco del proceso, han sido ignoradas y no han surtido efecto hasta el día de hoy.

Los diplomáticos de carrera colombianos somos consecuentes con nuestra política exterior, marcada por quien constitucionalmente tiene su dirección, y por ello la Junta Directiva de la Asociación Diplomática y Consular de Colombia -ASODIPLO-, se une a los clamores para que termine la masacre contra el pueblo palestino, que se liberen los rehenes y que se reconozca y concrete el derecho a la autodeterminación de Palestina como un Estado de pleno derecho; estamos convencidos de que solo por estas vías se logrará la paz en la región, la justicia para Palestina y la convivencia de Israel con sus vecinos.

Los diplomáticos del mundo, independientemente de nuestra afinidad política, religión u origen nacional tenemos la responsabilidad de alzar nuestra voz para llamar a la cordura, pedir la prevalencia del derecho sobre la barbarie, de la vida sobre la muerte, la cesación inmediata de la destrucción colectiva y el inicio de negociaciones diplomáticas que conduzcan a una paz justa, duradera y respetuosa de los logros que ha alcanzado la civilización. 

Invitamos a las asociaciones nacionales de diplomáticos en el mundo para que se pronuncien también a favor de la diplomacia como el medio idóneo de solución de los conflictos armados internacionales bajo el respeto irrestricto del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, y en general del regreso al orden mundial civilizado. 

No es tiempo de guardar silencio, no es tiempo de permanecer indiferentes ante acciones que socavan a la humanidad misma, al multilateralismo y al orden internacional sujeto a las normas de convivencia y resolución de conflictos que hemos acordado, aceptado y preservado por décadas.

Junta Directiva

Asociación Diplomática y Consular de Colombia

ASODIPLO

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