Jesús Zárate Moreno

En 2012 fue fascinante descubrir el documental Searching for Sugar Man (Buscando a Sugar Man), sobre un cantautor estadounidense, ignorado en su momento y rescatado para la posteridad gracias a esa historia de redención. En el plano literario, encuentro un caso similar y la sorpresa es doble, pues se trató de un diplomático profesional que hizo carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Se trata de Jesús Zárate Moreno, único escritor colombiano en obtener el prestigioso premio literario Planeta.

Como dato curioso adicional, Jesús Zárate Moreno ganó en 1972 el premio Planeta, pero no pudo celebrarlo porque había fallecido en 1967. Ahora bien, resulta tan sorprendente el descubrimiento del autor, como evidenciar la nula información sobre su vida. Afortunadamente encontré un artículo de la otrora estudiante de literatura Lunay Estela Figueroa Arias de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), que viene a rescatar del olvido a Jesús Zárate Moreno. Para quien desee buscarlo se titula: Jesús Zárate Moreno, trayectoria vital: 1915 – 1967.

El autor y diplomático colombiano nació el 15 de septiembre de 1915, en Málaga (Santander, Colombia) y falleció en Bogotá en 1967, dato que me estremece, pues mientras él se iba yo nacía en la misma ciudad y el mismo año. Sus obras publicadas son las colecciones de cuentos: Un zapato en el jardín (1948), No todo es así (1948), El viento en el rostro (1953), El día de mi muerte (1955), las novelas La Cárcel (1972) y El Cartero (1973), que fueron publicadas a modo póstumo, igual que tres piezas de teatro.

La investigación de Figueroa Arias revela que el escritor privilegió su tierra santandereana como escenario y argumento de sus obras, los recuerdos de su infancia y juventud en Málaga, desde donde se traslada a Bucaramanga, la capital del Departamento, en donde cursa el bachillerato y a los 18 años se vincula al periódico Vanguardia Liberal en muestra de su genial precocidad para la escritura. Se convertiría en secretario del diplomático y político liberal Gabriel Turbay, médico de la Universidad Nacional de Colombia, Ministro de Relaciones Exteriores, candidato a la presidencia de la República y quien murió a los 46 años de una enfermedad fulminante en París.

Fruto de la relación profesional con Turbay y gozando de una merecida reputación periodística, Zárate Moreno en 1943 es nombrado Jefe de Correspondencia del Ministerio de Relaciones Exteriores en Bogotá, ciudad en la cual se publican sus primeros cuentos. Posteriormente, Zárate es nombrado Primer Secretario en la Legación de Colombia en Madrid y Cónsul General de Colombia en Barcelona. Un zapato en el jardín(1948) es publicado en Madrid y en el mismo año en la editorial Imprenta de Bucaramanga en Colombia, su segundo libro de cuentos No todo es así

Jesús Zárate Moreno, regresa a Colombia en 1948 y es designado como Subdirector del Departamento Diplomático, escribiendo al mismo tiempo reportes especiales para el periódico El Tiempo. Hernando Téllez alaba los cuentos de Zárate Moreno por la temática provincial con tono universal. En 1949 es nombrado Director de Información y Prensa de la Cancillería y se vincula con el periódico El Espectador, convirtiéndose en asiduo colaborador en el Magazín Dominical donde resultó muy popular una columna suya titulada El pabellón de reposo, bajo el seudónimo Zalacaín, se trataba de historias reales pasadas por el filtro literario que fueron publicadas hasta 1954. 

Desde 1950 a 1953, Zárate fue Jefe de la Sección de Europa, África y Oriente en el Ministerio, al tiempo que Ediciones Espiral de Bogotá publicaba su libro El viento en el rostro, relatos de Zalacaín (1953), selección de las mejores crónicas escritas para el Magazín Dominical. Dejo a los amigos de El Espectador y su Magazín, la posibilidad de reeditar en papel o en la versión digital del periódico estos relatos de Zárate Moreno para que los lectores contemporáneos puedan descubrir al escritor.

En 1954, Jesús Zárate Moreno es nombrado en Cancillería como Director de Política Exterior y del Departamento Diplomático, luego como Consejero de la Embajada de Colombia en México de 1954 a 1955, publicando simultáneamente El día de mi muerte con la Editorial Iqueima de Bogotá. 

Los siguientes cargos diplomáticos de Zárate fueron Consejero de la Delegación de Colombia en la OEA, Consejero de la Delegación de Colombia ante la ONU, cuando nuestro país fue elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad. Al regresar a Bogotá, en lo que los funcionarios de Cancillería llamamos planta interna, sería Subsecretario del Servicio Exterior y Subsecretario de Asuntos Diplomáticos entre 1959 y 1960, que equivale a lo que hoy sería un Viceministro.

Zárate fue Delegado alterno de Colombia como Ministro Plenipotenciario ante la XVI Asamblea General de las Naciones Unidas de 1960 a 1961. Llegaría a ser Embajador en Cuba en el momento de transición de la dictadura de Batista al gobierno revolucionario de Fidel Castro, época en la que comenzó a concebir la trama de lo que sería su novela La Cárcel, que al parecer fue pensada para ser obra de teatro con tono humorístico.

En 1962 Zárate Moreno fue nombrado Embajador de Colombia en República Dominicana, en una época turbulenta para el país caribeño, pero que le permitió escribir su gran obra que permaneció inédita durante varios años. En 1967 es designado como embajador en Suecia, pero una enfermedad avanzada le impide cumplir el encargo del gobierno colombiano y lamentablemente fallece en Bogotá el 12 de diciembre del mismo año.

Su esposa Alicia Rey y sus tres hijos (Néstor Augusto, Eduardo y Alicia Zárate Rey), luego de hacer el duelo por la muerte del jefe de hogar, rescataron entre sus documentos el manuscrito de La Cárcel y coincidió con la publicación en algún medio de la época de las bases del premio Planeta, convocado por la editorial fundada en Barcelona, percatándose que no había ninguna restricción o advertencia sobre si podían participar obras de autores fallecidos y decidieron enviar la obra, que fue la ganadora en 1972. 

Debe decirse que fue una gran sorpresa para los organizadores del premio, conocer que el escritor ganador había muerto cinco años atrás pero ante la calidad literaria de la novela concedieron el premio, aunque en convocatorias posteriores se cuidaron de advertir que sólo se admitirían obras de autores vivos en el momento de dar a conocer el fallo del jurado respectivo. La Cárcel, es una obra divertida a pesar de desarrollarse en un escenario improbable para una trama optimista.

Resulta emocionante, para quien escribe estas líneas descubrir a un colega en doble sentido, como diplomático y escritor, quien desde sus dos disciplinas le dio prestigio a nuestro país en el extranjero. Espero que este modesto texto sirva de motivación para conocer las obras de Jesús Zárate Moreno, nuestro particular Sugar Man, de la literatura y la diplomacia en Colombia.

*Dixon Moya es embajador de Carrera Diplomática y Consular, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/

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