El Teórico del Amor y El Filósofo del Baile

Publicado el Teórico del Amor y Filósofo del Baile

Primer gruñido. La ironía del amor

Conflictuado como siempre y mirando intensamente a las parejas que caminaban cogidas de la mano, el Teórico del Amor acudía a su cerveza semanal con el Filósofo del Baile. Tomaba notas apresuradas en su libreta mientas trazaba un diagrama, lo tachaba y volvía a dibujar. Finalmente se rindío e increpó a una vendedora preguntándole si las mujeres estaban conspirando contra él.

El Filósofo del Baile, aliviado de que su amigo no lo haya invitado a la observación práctica de su última teoría; dá un paso (delante, centro, atrás, golpe, centro, adelante) y haciendo girar en su eje a una señorita que pasaba por ahí, preguntó:

FB – ¿Vamos a almorzar? ¿Choripan o arepa venezolana? … ¿Y a usted que le pasa que lo veo como mal alimentado? Cómo sin desayuno…

TA – Mi querido Filósofo del Baile. Me he encontrado con una disyuntiva relacional, que es una contradicción intrínseca en sí misma… Su análisis ha consumido mi tiempo y me ha imposibilitado comer.

FB – ¿Qué inconsistencia en las relaciones ha encontrado? .

TA – Las relaciones son un imposible categórico. Son ilógicas e irracionales. Basado en mis observaciones, he encontrado que la búsqueda del amor es una cruel ironía. Tomemos los consejos más comunes en cuanto a encontrar el amor.

FB – Seguramente las explicaciones se las dió su prima, su mamá, la profesora de sociales o una compañera de la oficina.La simpleza animal nuestra no nos permite entender más allá que el amor es algo que se va sintiendo al mismo tiempo que le van dando ganas. Como el hambre.

TA – ¡Que va! Mis métodos de análisis son mucho más juiciosos y exhaustivos. Simplemente le pregunté a algunas chicas en un bar. Primero, dicen ellas, uno no debe buscar el amor, por lo cual uno debe adoptar una posición pasiva. Esperar a que llegue la apropiada, el apropiado, o en viceversa y en sentido contrario.

FB – Obvio. Usted no pide a domicilio una pizza para ir a buscar al de la moto al restaurante. Usted, por más hambre que tenga, espera a que llegue y después se la devora. En otras palabras, hay que hacer como con los marranos de engorde y esperar que llegue el 31 de diciembre.

TA – Razón tiene. Sin embargo, está máxima popular se refuerza con la segunda explicación  que reza a su tenor: “lo que es de uno es de uno es de uno”. Pasividad se recomienda por segunda vez. El amor se tiene garantizado, por lo cual la espera debe llevarse con calma y se debe procurar no exasperarse… Aconsejan respirar pausadamente, con ilusión…

FB – Para toda persona hay una media naranja, o mejor: para cada tipo de hambre hay una comida: una pizza, papitas, chicharroncitos, arepa o chorizo. Lo que no se recomienda, lo que debería estar prohibido, es que se vaya a la plaza a ver toda esa fritanga para entender qué tipo de hambre tiene. Se indigesta.
Lo más sensato es tener hambre e ir probando lo que le van dando a ver si es lo que quería o necesitaba. Al final la sal de frutas existe y puede volver a comer de otro plato tras una pausita y una siesta..

TA – Por último, comúnmente las consultadas aconsejaron que se tome el amor como una empresa, pues “el que busca encuentra”. ¡He ahí la intrínguilis! ¡La contradicción! El imposible categórico de las relaciones. Si bien hemos establecido que los dos principios son pasivos e inactivos y derivan en la espera, el tercer principio incluye una acción que derrumba por incompatibilidad de tiempos verbales los dos axiomas anteriores. Después de predisponer a la innacción, a la inactividad, la teoría romántica demanda una acción que exige derribar los primeros postulados… Es caótico, ilógico, incomprensible…

FB – Espere un momento… O me invita a un liberal y una ponymalta o vamos a buscar almuerzo. Con esta hambre no es que se pueda filosofar de a mucho.
El asunto lo veo así: para comer rico hay que saber que es lo que uno quiere.  Pedir, pero esperar a que se lo traigan. Sea a domicilio o en el corrientazo. Pero usted es el que mira el menú y pide el plato. Esa es la acción y así mismo la inacción.

TA – Dele la vuelta como quiera. La contradicción, la ironía y la imposibilidad son manifiestas. Si iniciamos la argumentación lógica con el segundo axioma, por ejemplo: Si lo que es de uno es de uno, no hay porque salir a buscarlo; si hay que buscarlo, no hay que esperarlo ¿Porque buscar si con solo esperar se encontrará?.

FB – Ay hombre, lo que le dije en un principio: Esas reglas las debió poner una chica para complicar el asunto y poderse jactar de conocer los secretos del amor. Como yo lo entiendo es que para comer bien y quedar satisfecho hay que tener hambre pero no mostrarla porque le dan las sobras.

TA – Mmmm… Entonces, el problema está en encontrar un restaurante sin buscarlo. Camine entonces, hay que acabar con el hambre y darle otra vuelta a esta teoría, como a una arepa… Hablando de arepas… ¿Estas reglas femeninas aplicarán también entre dos chicas o dos hombres? Me carcome la duda. ¡Maldita heteronormatividad teórica y lingüística!

FB – Seguramente aplican. Todo es cuestión de apetito y de saber comer.

@TeoricodelAmor

@FilosofodeBaile

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