Conflictuado como siempre y mirando intensamente a las parejas que caminaban cogidas de la mano, el Teórico del Amor acudía a su cerveza semanal con el Filósofo del Baile. Tomaba notas apresuradas en su libreta e interrumpía los besos de los enamorados al acercárseles para detallar con extremo cuidado la posición de sus labios.
El Filósofo del Baile, aliviado de que su amigo no lo haya invitado a la observación práctica de su última teoría; dá un paso (delante, centro, atrás, golpe, centro, adelante) y haciendo girar en su eje a una señorita que pasaba por ahí, preguntó:
FB – Eh, Teórico del Amor… ¿Que problema teórico se encuentra resolviendo?
TA – Mi querido Filósofo del Baile, me encuentro en una encrucijada: buscando ayuda para descifrar los misterios más profundos del sentimiento humano; por medio de una reflexión comparativa me he percatado de que no existe ayuda masculina para los problemas del corazón. Por ejemplo: los consejos de cómo besar siempre vienen de ellas, y están dirigidos a ellas.
FB – Hace días caí en cuenta de lo mismo. Todo son mujeres. Todo lo dicen las chicas para las chicas. Buscaba consejo sobre los quiebres de cadera de la salsa de Yuri Buenaventura cuando me di cuenta que eran sólo las mujeres las que acudían en mi ayuda. ¿Es que los hombres han olvidado menear el bote?, pero en fin hablaba de el acto de besar. Del ósculo…
TA – El beso es el elemento fundamental, semiótica máxima de la relación. En él se pueden descifrar los misterios más profundos.
Pero las mujeres, lo femenino, se ha apropiado del sentimiento, de la teoría y de la práctica de todo. Hablan en códigos incomprensibles para nosotros. Mire no más a esos dos en la banca. Es ella quién lo besa, ella es la que manda los mensajes, ella es la que cifra sus intenciones; él sólo responde a un instinto.
Ellas han conquistado las tierras del amor, y nosotros solo hemos quedado abandonados como unos animales.
FB – Animales somos…
TA – Sí, pero con dudas.
FB – Con dudas animales…
TA – Bien animales son las dudas que tienen los hombres en relacionarse.
FB – Bien animales las deudas que vienen con eso de relacionarse…
TA – ¿Que hacer? ¿Que hacemos para salir de esa animalidad, además de ahorrar?
FB – ¡Abajo con el monopolio! Démosle a los hombres la luz que se nos ha negado. No más consejos de sexologas argentinas, no más lecturas a escondidas de Cosmopolitan y Selecciones, no más la visión de ovario del amor y los sentimientos. No más… Es necesario un veterinario o no sé, alguien que nos entienda, que hable como nosotros, que luche con su animalidad… Y que nos preste plata.
TA – Si. Alguien que gruña como nosotros y nos diga cómo invertir, tanto la plata como la energía… La energía sexual es un bien que no se puede ir repartiendo por ahí así no más.
FB – Exactamente… ¿Y por que no me presta plata usted y yo le voy diciendo cómo es que se reparte la bailada?¿Por qué no gruñir en un blog dirigido a nosotros los abandonados hombres?
TA – Gruñamos… Pero antes, déjame tomar unas notas de esos dos… Los gays siempre son una buena muestra de comparación… – ¿Disculpe, podría volver a besar a su novio…? Apasionadamente, si no le importa.