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Transformando la economía mundial

OPINIÓN

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Por: María Camila Bustos*

En los últimos días de la Conferencia de las Partes (COP21) en París, crece la expectativa alrededor de un acuerdo global climático. Los negociadores, el sector privado, la academia y la sociedad civil se mueven por los corredores tratando de entender las minucias de un texto que si llega a ser lo suficientemente ambicioso, marcará un nuevo paradigma en el desarrollo y una transformación en la economía global.

Para muchos este sigue siendo un tema demasiado técnico, ambiental y con acrónimos por doquier como buen proceso de las Naciones Unidas. Muchos ven las negociaciones climáticas como algo que se decide a puerta cerrada por un pequeño número de negociadores, lejos de la vida cotidiana de la mayoría de la gente.

Pero lo que se está negociando en Paris es en realidad un acuerdo económico, que si logra tener éxito, marcará un giro hacia un futuro donde como sociedad dejamos nuestra adicción a los fósiles combustibles e imaginamos que un mundo diferente es posible.

Por primera vez en la historia de la humanidad, todos los países sin importar si son desarrollados o si están en vía de desarrollo han sido invitados a presentar sus contribuciones a un nuevo régimen climático. Hasta ahora, mas de 185 países han presentado sus contribuciones, detallando los planes nacionales para reducir sus emisiones de carbono y asi hacerle frente al cambio climático.

Un grupo de países incluyendo Colombia han decidido integrar un componente de adaptación en el cual se delinean estrategias para proteger a la población de los inevitables impactos del cambio climático en su territorio.

Esto ha generado conversaciones a nivel nacional que en muchas ocasiones no ocurrirían de otra forma. Ha cementado la noción de que el cambio climático llegó para quedarse. Y a su vez, ha ayudado a que cada vez más los diferentes Ministerios y agencias del gobierno entiendan que este no es un problema ambiental, sino un tema transversal que nos incumbe a todos.

Es por eso que en la cumbre del clima vemos representantes de todo el mundo luchando por un futuro diferente. Jóvenes, pueblos indígenas, mujeres, sindicalistas, y mucho más que hacen parte de un grupo diverso y fragmentado que busca presionar a los líderes del mundo para que entreguen un acuerdo justo y ambicioso. Al final del día, serán las poblaciones más vulnerables que sufrirán de manera desproporcional  de inundaciones, sequías y  escasez de agua.

París no nos dará todas las soluciones que necesitamos. Pero ese no es su objetivo final. Las soluciones tendrán que venir desde el nivel local ya que cada país será responsable de trabajar hacia un desarrollo más limpio y bajo en emisiones mientras crea resiliencia a los impactos climáticos.

Lo que sí nos puede dar París es un acuerdo de escala global que nos dé la oportunidad de pensar que el desarrollo y la prosperidad de la humanidad no tienen que estar ligadas a la industria de los fósiles combustibles y la violación de derechos humanos en la extracción del petróleo, gas y carbón. París representa una oportunidad para reevaluar el tipo de modelo que queremos, un modelo que priorice la vida, la dignidad y ante todo, el futuro de las próximas generaciones.

*Investigadora de De Justicia y Nivela

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