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Publicado el Blog El Río

Los impactos que deja la minería en los fondos marinos

La ONG WWF lanzó un nuevo informe que describe los posibles impactos ambientales si no se detiene la extracción de minerales del fondo del océano. Aún conocemos muy poco sobre estos ecosistemas y los efectos sociales, económicos y ecológicos que traería la minería a largo plazo.

Organizaciones internacionales han impulsado una “moratoria a las actividades mineras en el fondo del océano” para proteger de daños irreversibles el lecho marino. / WWF.

El mundo está buscando la forma de transformarse hacia un lugar de fuentes de energía renovables no convencionales, como las energías eléctrica o solar. Esta inquietud ha puesto los ojos y las presiones en el fondo marino, que parece tener un enorme potencial para promover estos avances. Allí permanecen grandes depósitos minerales y recursos de gran interés económico, como el cobalto, el litio y el níquel, necesarios, por ejemplo, para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, paneles solares y las turbinas de viento que imperarán en las próximas décadas.

Actualmente se han confirmado 30 contratos de exploración minera autorizados por la Autoridad Ambiental de los Fondos Marinos (ISA, por su sigla en inglés), organismo encargado de regular la minería oceánica en el Pacífico, Atlántico e Índico. Pertenecen a 21 contratistas del mundo.

Aunque los minerales de los fondos marinos podrían ser una salida a la futura escasez de estos metales, científicos y organizaciones internacionales han impulsado una “moratoria a las actividades mineras en el fondo del océano” para proteger el lecho marino antes de que se produzcan daños irreversibles e irreparables. En un informe publicado por WWF se asegura que las extracciones no deben continuar hasta que se analicen los riesgos ambientales, sociales y económicos y se garantice la protección del medioambiente marino.

Las profundidades marinas desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento de los sistemas de La Tierra. Sin embargo, al ser la última frontera del planeta,  es un mundo en gran parte desconocido e inexplorado. Hasta ahora sabemos tan poco de los ecosistemas en los fondos oceánicos, que se hace imposible evaluar cuáles serían los impactos reales de este tipo de minería en los ecosistemas.

Además, los océanos ya se enfrentan a una multitud de presiones y factores estresantes, como el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación, la destrucción del hábitat y la acidificación de las aguas. Se estima que, en la actualidad, el 66 % de la superficie oceánica está experimentando un aumento de estos impactos acumulativos.

Los peligros de la minería en fondos marinos

Científicos y organizaciones conservacionistas internacionales explican que abrir esta nueva frontera para la extracción de minerales desestabilizaría los delicados ecosistemas oceánicos. Además del impacto que podría tener en la destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad, también hay efectos no contemplados en las pesquerías, la seguridad alimentaria y  los ciclos del carbono y nutrientes del océano. “Los beneficios intrínsecos a largo plazo de un océano saludable superan con creces los incentivos a corto plazo que ofrece la minería de los fondos marinos”, señalan desde WWF.

Impulsar esta nueva frontera para la extracción de minerales desestabilizaría los delicados ecosistemas oceánicos. / WWF

Hasta ahora los ecosistemas del fondo marino han experimentado mínimas alteraciones por intervenciones humanas. “Contrario a lo que se cree, sabemos que científicamente el fondo del océano está lleno de vida. Y estos minerales y metales proveen hábitat para una variedad de vida microbiana y otras formas de vida más grandes», señala el informe. De hecho, los minerales que las compañías mineras quieren explotar son los fundamentos de los ecosistemas profundos del océano. ¿Por qué? En ausencia de la luz del Sol, los microorganismos del océano profundo usan la energía de reacciones químicas para absorber carbón y formar compuestos orgánicos. Un proceso llamado quimiosíntesis. “Esto construye la capa inferior de la cadena alimentaria para el ecosistema marino más amplio”, explican.

Asimismo, son ecosistemas que tienen muy bajos niveles de resiliencia, con características que reducen su capacidad para recuperarse rápidamente de las intervenciones humanas. Las especies viven largos años y su desarrollo es muy lento para llegar a su edad reproductiva y las tasas de fertilidad son bajas. “Dado el lento ritmo de los procesos de aguas profundas, es poco probable que los hábitats destruidos se recuperen en escalas de tiempo humanas”, asegura el documento.

Por esto, en este nuevo informe se señalan los puntos claves de lo que sí conocemos hasta ahora y los posibles impactos que pueden generarse en los ecosistemas marinos. Según afirman, se espera que cada operación minera de los fondos marinos extraiga de manera efectiva entre 8.000 y 9.000 kilómetros cuadrados de fondo marino en el transcurso de una licencia de 30 años. Además, la liberación de productos químicos tóxicos, como aguas y metales residuales, descargados por los barcos durante la explotación minera, podrían afectar a cientos de kilómetros de distancia del lugar de la explotación a ecosistemas oceánicos de varias profundidades. Asimismo, los metales liberados podrían resultar tóxicos para algunas formas de vida marina y, potencialmente, podrían ingresar a la cadena alimentaria que llega hasta nosotros.

Otro de los impactos previsibles con este tipo de exploración es la contaminación acústica y lumínica. El ruido y las luces de esta industria podrían afectar gravemente a especies que se sumergen en las profundidades o viven allí y que utilizan el ruido, la ecolocalización o la bioluminiscencia para comunicarse, encontrar presas y escapar de depredadores. La comunicación de las ballenas y los delfines, por ejemplo, podría verse gravemente afectada con estas intervenciones.

La minería oceánica también podría traer graves afectaciones sociales y económicas a las comunidades pesqueras, que dependen de los recursos naturales para su subsistencia. / WWF.

Como si fuera poco, más allá de los impactos ecológicos, la minería oceánica también podría traer graves afectaciones sociales y económicas, principalmente a las comunidades pesqueras y vulnerables, que dependen de los recursos naturales para su subsistencia. Pero también sobre la pesca mundial.

Según el informe, los efectos negativos de la minería pondrían en peligro la principal fuente de proteínas de cerca de 1.000 millones de personas y el sustento de casi 200 millones. Asimismo, se estima que el valor potencial de la explotación minera de fondos marinos se encuentra entre los US$2.000 y US$20.000 millones, lo que representa tan solo una fracción de la economía sostenible de los océanos, que anualmente genera entre 1,5 y 2,4 billones de dólares con esta, que benefician a muchos países y comunidades costeras.

Por unos océanos sanos

Los océanos desempeñan una función integral en la regulación global del clima y son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas en todo el mundo. Por eso, entre las propuestas está considerar el reciclaje de los materiales existentes y cambiar los hábitos de producción y consumo, solo así se podría generar un cambio hacia una economía azul sostenible que proporcione beneficios sociales y económicos para generaciones actuales y futuras. Restaurar, proteger y mantener la diversidad, productividad y resiliencia de los ecosistemas marinos también pueden ir de la mano con tecnologías limpias y energías renovables.

Los beneficios comerciales de este tipo de explotación se limitan a unas pocas empresas, mientras que los riesgos y los impactos profundos son asumidos por la sociedad en general y el planeta. / WWF

“La industria quiere que pensemos que la minería en aguas profundas es necesaria para satisfacer la demanda de minerales que se utilizan en las baterías de los vehículos eléctricos y los dispositivos electrónicos en nuestros bolsillos. Pero no es así”, dijo Jessica Battle, líder de la iniciativa Sin Minería en los Fondos Marinos para WWF. “No tenemos que destruir el océano para descarbonizarlo. En su lugar, deberíamos dirigir nuestro enfoque hacia la innovación y la búsqueda de productos y procesos que requieran menos recursos”.

Aunque en Colombia todavía no se está dando este debate, una de las preocupaciones de científicos y organizaciones de todo el mundo, que se destaca en el informe, es que los ecosistemas marinos están conectados y que muchas especies son migratorias, por lo que la explotación de los fondos marinos no puede producirse de forma aislada, sino que fácilmente las perturbaciones pueden cruzar las fronteras jurisdiccionales.

“La exploración y extracción de materiales de los fondos marinos aumentará la huella humana en zonas desconocidas y ecosistemas vulnerables”, señala el informe. “Además, los beneficios comerciales de este tipo de explotación se limitan a unas pocas empresas, mientras que los riesgos y los impactos profundos son asumidos por la sociedad en general y el planeta”.

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