[En imágenes] La primera gran expedición para descubrir la fauna de Caño Cristales
El Instituto Alexander von Humboldt y Cormacarena acaban de lanzar “Fauna de Caño Cristales, sierra de La Macarena, Meta”, primer documento de este tipo. La expedición descubrió tres nuevas especies y espera prolongarse por tres años más. Por: María Paula Rubiano Periodista Blog El Río y El Espectador Fotos: Ivan Mikolji El tema, si bien es…
El Instituto Alexander von Humboldt y Cormacarena acaban de lanzar “Fauna de Caño Cristales, sierra de La Macarena, Meta”, primer documento de este tipo. La expedición descubrió tres nuevas especies y espera prolongarse por tres años más.
Por: María Paula Rubiano Periodista Blog El Río y El Espectador Fotos: Ivan Mikolji
El tema, si bien es reciente, ya es cliché: la guerra como un cerco invisible que creó santuarios de naturaleza que apenas empezamos a descubrir. En la serranía de La Macarena, y en su lugar más emblemático, Caño Cristales, la historia no tendría por qué ser distinta: fue allí donde el Mono Jojoy asentó sus tropas. Fue allí donde, por años, el río de los cinco colores se convirtió en una especie de mito, un lugar hermoso en el que los guerrilleros hacían fiestas monumentales.
Con las tropas de las Farc concentradas, el misterio que rodeó a Caño Cristales empezó a despejarse. No sólo 16.000 turistas visitaron sus aguas en 2016, sino que por primera vez la ciencia pudo asentarse allí durante varias semanas, para inventariar la fauna que mora en esas tierras cada vez más amenazadas por una deforestación acelerada y por los rumores de una eventual explotación petrolera.
Carlos Lasso, el investigador del Instituto Alexander von Humboldt que lideró el estudio, comenta que el proyecto surgió hace tres años con Cormacarena, la autoridad ambiental de las 3’587.590 hectáreas del Área de Manejo Especial La Macarena. “Nos dimos cuenta de que había una carencia prácticamente absoluta de información sobre la biodiversidad de Caño Cristales y que conocerla era fundamental para que Cormacarena tome mejores decisiones. Por eso nos aliamos”, dice el investigador.
Veintidós científicos, tanto locales como del Humboldt, trabajaron entre el 22 de octubre y el 3 de noviembre de 2016 recogiendo especies de animales terrestres y acuáticas. No fue fácil. Lasso asegura que la fauna tiene ritmos y horarios distintos a los de los turistas, y por eso era usual que el equipo trabajara en las madrugadas y en las noches.
“Utilizamos muchísimos métodos de observación y captura de animales, pero tal vez uno de los más complejos fue el de las cámaras trampa. Las tuvimos instaladas durante un mes. Otro tema novedoso fueron las observaciones subacuáticas que nos permitieron ver peces, camarones y esponjas”, explica Lasso.
El resultado es el libro “Fauna de Caño Cristales, sierra de La Macarena, Meta”, un inventario que recoge más de 300 especies animales de la región. El libro documenta dos nuevas especies: un pez y una esponja. Además hay una culebra acuática y otro pez que todavía no han sido identificados y que también podrían ser especies desconocidas para la ciencia.
La publicación es apenas la primera de tres investigaciones que el Humboldt y Cormacarena esperan hacer a largo plazo. En 2018, los investigadores se embarcarán en una nueva expedición para descubrir la biodiversidad acuática en los ríos Duda, Guayabero y Lozada, tres importantes afluentes de la región. Y los dos años siguientes harán un monitoreo de las especies emblemáticas para la región y de cómo pueden verse afectadas con las presiones que se han ido intensificando debido al fin del conflicto con las Farc.
Una de esas especies claves sería, evidentemente, la Macarenia clavijera, la pequeña planta roja que le da su color característico a Caño Cristales. Lasso explica que esta especie no sólo es importante por su atractivo turístico, sino porque sin ella, muchas de las especies que hoy pueblan las aguas cristalinas del caño no estarían en él.
“Caño Cristales es un río del Escudo Guayanés, la parte más primitiva del planeta y, por lo tanto, muy poco fértil. Por eso, sus aguas son muy ácidas, con muy pocos nutrientes. La Macarenia es un receptor de nutrientes y eso hace que la base de la cadena alimenticia de ese ecosistema viva asociada con ella; hay peces que viven dentro de ella y otros se alimentan de ella. Incluso vimos que aves y dantas se comen la Macarenia”, explica Lasso.
Los científicos están convencidos de que con nuevos estudios lograrán ver mejor la intrincada red que conecta a todas las especies de Caño Cristales –documentaron más de 300 especies animales– y así las instituciones podrán tomar mejores decisiones para conservarlas. De hecho, con este primer estudio ya se han tomado medidas tan simples como evitar que cuando el río se seca en verano, la gente pise las macarenias secas, pues en ellas está la semilla que las hará florecer cuando el agua empiece a caer una vez más, entre junio y septiembre.
Además, consolidar datos robustos sobre la riqueza en biodiversidad de Caño Cristales puede servir para fortalecer la apuesta de ecoturismo en la región, que ya va dando sus primeros pasos, pero todavía es prácticamente inexistente cuando no hay río ni macarenias rojas. Pensar que en Caño Cristales hay especies de peces que no existen en ningún otro lugar del mundo y que pueden verse en cualquier época del año puede convertirse, sin duda, en un motivo más para visitar ese inexplorado rincón del país.
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Blog El Río
Este blog nació en 2014 con un sueño: que algún día el río Bogotá, al lado del que viven más de ocho millones de colombianos, deje de ser uno de los más contaminados del planeta. A medida que nos sumergíamos en él, nos dimos cuenta de que el problema era más profundo, y que por eso era necesario hablar, pensar, escribir, fotografiar y documentar nuestra relación con el agua en todo el territorio colombiano.
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