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Un homenaje para el científico que “revivió” los manglares del norte de Colombia

Con el documental “El Hombre del manglar”, Parques Nacionales Naturales le hizo un homenaje póstumo a Heliodoro Sánchez, uno de los primeros ambientalistas colombianos entender la importancia de los bosques de manglar en el país.

Heliodoro Sánchez, ambientalista colombiano, en el parque Nahuel Huapi, en Argentina. / Foto: Víctor Vásquez

Por: María Paula Rubiano
Periodista Blog El Río y El Espectador

En 1968, el santandereano Heliodoro Sánchez se graduó como ingeniero forestal de la Universidad Distrital. Su primer trabajo lo llevó hacia la costa colombiana, un lugar que Sánchez, bumangués de nacimiento, no conocía. Su destino: la Isla de Salamanca, un complejo de manglar en Magdalena, justo entre la Ciénaga Grande y el río Magdalena.

Lo que vio en el recién creado parque natural -se fundó en 1964- fue un ecosistema asfixiado. Buena parte de los mangles estaban muertos, pues la carretera que conecta a Santa Marta con Ciénaga había bloqueado la entrada de agua dulce hacia las ciénagas saladas. Los árboles morían antes de crecer, ahogados en un agua demasiado caliente y salada para ellos.

El trabajo, que apenas duró un par de años, lo marco. Y aunque Heliodoro Sánchez recorrió el país como uno de los primeros directores de Parques Naturales, siempre regresó a ese manglar abandonado que él, junto a las comunidades locales, sacó de la muerte. Por eso, el pasado Día Internacional por La Defensa del Manglar, Parques Nacionales Naturales (PNN) le rindió un homenaje póstumo a “el hombre del manglar”.

En el evento, Julia Miranda, actual directora de PNN, presentó el documental Heliodoro, el hombre de los manglares, que recoge la vida personal y científica de Sánchez, uno de los pioneros de la conservación en el país.

Cuidar el medio ambiente en un país donde no existe

En 1968, en los televisores colombianos comenzó a transmitirse un comercial en el que una voz masculina narraba el mito de la creación y, al mismo tiempo, anunciaba el nacimiento del Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena). Para esos años, pocos entendían qué significaban esas palabras. Por esos años, la naturaleza era esa imagen idílica creada por dios para el goce humano.

Heliodoro, así como Julio Carrizosa o  Jorge  el “Mono” Hernández, fue uno de los primeros en poner sobre la mesa el tema de la conservación en el país. Primero, como director del Parque Natural Puracé, que en ese entonces era un territorio en disputa entre el estado y los indígenas asentados en sus cerros nevados.  Fue él quien llevó a esas cimas la idea de la conservación como se concebía desde lo institucional.

“Mientras todo el mundo giraba en torno a los conflictos sociales y políticos de Colombia durante la década de los 70, Heliodoro Sánchez se dedicó a pensar en el futuro de los ecosistemas, sus servicios y su relación con la humanidad”, señala Parques Naturales.

Foto: Cortesía familiares y amigos de Heliodoro Sánchez / PNN.

Unos años más tarde, en 1977, fue nombrado por Julio Carrizosa como director de Parques Nacionales Naturales. Allí se reencontró con Isla de Salamanca, esas 56.200 hectáreas de pequeñas islas separadas entre sí por angostos canales de agua dulce y salada. Recién asumió el cargo se enfrentó a un mico que pretendía quitarle 100 hectáreas al Parque para construir una ciudad industrial y un puerto adjunto al de Barranquilla.

Las áreas protegidas de bosque de manglar declaradas durante su dirección de Parques Nacionales, fueron la antesala de los procesos que hoy en día hacen en la región Pacífico en Parques como Sanquianga, Gorgona, Utría y Bahía Portete.

Junto a otros técnicos del Inderena, Sánchez echó mano de su experiencia como editor de la revista científica Colombia Forestal, así como el apoyo de periodistas y senadoras para proteger el Parque. Tras una batalla de tres años, en 1980 lograron derogar la ley.

Isla de Salamanca, el proyecto de su vida

Pero ese solo era uno de los múltiples problemas de Isla Salamanca. Sánchez sabía que, además de la carretera que cortó el flujo de agua salada y dulce en el ecosistema, la tala excesiva, los trabajos y obras pesadas en las inmediaciones estaban matando al Parque.

Por eso, en 1997 emprendió el proyecto “Conservación y Manejo para el Uso Múltiple y el Desarrollo de los Manglares en Colombia”, a través del caracterizó y zonificó este ecosistema, que por esos años eran un lodazal con unos cuantos chamizos muertos.

Junto a pescadores locales, diseñó un plan para llevar agua dulce hacia las ciénagas saladas para abrir caños y pasos de agua a través de la carretera. Ese enfoque de trabajo con comunidades era nuevo en el país. Hasta entonces, la conservación y la supervivencia humana parecían haberse divorciado de forma tajante. Se creía que no era posible conservar y aprovechar.

Parques Nacionales Naturales protege 66.710 hectáreas de Manglar

Tras re abrir los caños, Heliodoro Sánchez y los pescadores de la región sembraron plántulas de manglar en montículos que ellos mismos construían. Viveros de mangle y planes para pesca responsable fueron sumándose al plan. Su trabajo, revolucionario para ese entonces, dio resultado: recuperaron más de 400 hectáreas de mangle muerto.

Junto a Kenton Miller en la ciénaga de La Caminera, en Sucre, en 2009. / Foto: Cortesía familiares y amigos de Heliodoro Sánchez / PNN.

Por eso, en 2007 Sánchez fue la primera persona en ganar el Kenton Miller Award para la Innovación en el Manejo de Áreas Protegidas, otorgado en Bariloche por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Tras 50 años de vida profesional, en los que además fue docente de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Heliódoro Sánchez falleció el 12 de febrero de 2017.

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