El Río

Publicado el El Espectador, Dejusticia y Patrimonio Natural

Guacheneque y Chingaza, las fábricas de agua dulce de Bogotá

De estos dos frágiles ecosistemas depende el bienestar de 7.5 millones de personas. ¿Cómo nos benefician y qué los amenaza?

Páramo de Guacheneque. Laguna del mapa/ Foto: Alejandro Rueda
Páramo de Guacheneque. Laguna del mapa/ Foto: Alejandro Rueda

Hoy en día la capital colombiana demanda alrededor de 30m3/s de agua potable tratada en  los sistemas de La Regadera (2%), el sistema Tibitoc (28%) y el sistema de Chingaza (70%).El agua dulce que se trata en la planta de potabilización de Tibitoc viene de la Cuenca Alta del Río Bogotá y el agua dulce tratada en la planta Wiesner proviene del páramo de Chingaza.

Los páramos, ubicados a  3000 y 4000 m.s.n.m en las montañas de la zona ecuatorial, son proveedores de bienes y servicios ambientales como el agua dulce y se caracterizan por tener temperaturas frías y llovizna horizontal que es atrapada por su vegetación.

Son lugares  son muy importantes por su rol en la producción y regulación hídrica debido a que el agua poco se evapora creando nacimientos de agua dulce. Además en los páramos colombianos se concentran las masas nubosas húmedas que provienen de la Amazonia, los valles interandinos o el pacífico. Otra de sus funciones consiste en fijar carbono mediante la necromasa adherida a sus plantas.

Estas, las montañas más ricas en especies y géneros en el mundo, solo se encuentran en Venezuela, Ecuador y Perú y aisladamente en Panamá y Costa Rica y contienen el 8% del total de endemismos en la flora nacional con más de 4700 especies de plantas, 70 especies de mamíferos, 15 especies de reptiles, 87 anfibios, 154 especies de aves y 130 especies de mariposas. El 49% de los páramos del mundo están en Colombia en la cordillera oriental y central así como en la Sierra Nevada de Santa Marta y el sector Nariño y Putumayo.

En ellos encontramos pastizales, prados, turberas, choscales, pujas, plantas de cojín y los famosos frailejones.  Por su ubicación, todos los días del año reciben los rayos del sol.

Hoy en día los páramos se encuentran en estado crítico de degradación y transformación pues los humanos hemos usado sus recursos bióticos y físicos para actividades productivas como la ganadería, la agricultura y la minería, entre otros.

En los páramos nacen los principales ríos del mundo. Alrededor del 70% de la población ubicada en los Andes depende del agua dulce de lagos, ríos y acuíferos de páramo. Entre los casos más notorios está el páramo de Chingaza que abastece de agua dulce a 20% de la población nacional.

El último informe de la Contraloría General de la República 2012-2013, sobre el estado de los Recursos Naturales y del Ambiente, sostiene que estos ecosistemas se encuentran en estado crítico de degradación y transformación en nuestro territorio por lo que se encuentra vigente el “Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de la Alta Montaña Colombiana-Páramos”.

Con este se quieren implementar medidas que disminuyan su degradación, causada por plantaciones forestales en áreas con otro tipo de vocación natural, la minería a suelo abierto y subterránea, obras urbanísticas y civiles e incendios causados por el hombre.

 

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Páramo de Guacheneque / Foto: Natalia Gónima E.

 

 

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