A partir de hoy, y hasta el 28 de enero, en el Archivo General de la Nación se expondrán fotografías, cartografías, mapas e historias sobre el río Bogotá, desde su nacimiento hasta su muerte en el Magdalena.

Por: María Paula Rubiano
Periodista Blog El Río – El Espectador
Esperanza. esa es la palabra clave que Patricia Silva, líder del servicio al ciudadano de la CAR, repite una y otra vez al referirise a la exposición que está bajo su cargo. Para ella, ese es el sentimiento que quiere despertar en quienes visten la exposición “¡Que corran las aguas! Del páramo al Magdalena, historias del río Bogotá y sus luchas” en el Archivo Nacional de Colombia.
La exposición, que se cocinó durante dos meses, quiere ser un llamado a la ciudadanía para entender que el río Bogotá no siempre ha sido la cloaca putrefacta que hoy representa y que, por eso, su destino como un río putrefacto no está sellado con fuego.
Tras sumergirse en 180 archivos documentales, compuestos por miles de fotografías, mapas cartográficos, videos y documentos legales, un equipo con miembros de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca(CAR), el Archivo General de la Nación y el Archivo de la Ciudad de Bogotá le dio vida a esta exposición que recorre el pasado, el presente, el futuro y las luchas que han acompañado al río Bogotá a lo largo de su trayecto y su historia.

En la primera parte de la exposición, los visitantes podrán observar la historia del rió Bogotá, lo que significó para los primeros habitantes de la sabana, y el papel social y cultural que ocupó durante varios siglos, antes de que la capital creciera de forma desmesurada y lo convirtiera en la alcantarilla que recibe toda su basura.

Una segunda parte rescata las luchas y tensiones que los seres humanos han tenido con el río. Desde las inundaciones que cubrían casi toda la sabana de Bogotá y llevaron a una desecación de humedales que ya empezó a cobrara su consecuencias ambientales, pasando por las miles de conexiones legales e ilegales de residuos que llegan a él, la relación de la urbe con el afluente ha estado llena de conflictos.

Por eso, la exposición también rescata los distintos esfuerzos -y errores- que han adelantado las entidades públicas para sanar, o al menos reformular, la relación de los municipios con el río.
Finalmente, dice Silva, la exposición recoge el tema de «El río que soñamos». Allí no solo se muestran las acciones que deben cumplirse para que el río Bogotá sea nevagable y recupere la vida , sino que muestra lo que distintos sectores sociales están haciendo desde ya para lograrlo.

“Queremos crear una esperanza de que es posible salvar el río, de crear en quienes la visiten la consciencia de que sí se puede tener un río que sea nuevamente navegable y en el que todos podamos relacionarnos”, dice la coordinadora de la exposición.

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